

Chihuahua, Chih.
Contra quienes sostienen que ‘están muy adelantados los tiempos’, para las elecciones a gobierno de Chihuahua, no pareciera ser así.
En un año, los aspirantes estarán desplegando la más intensa de sus actividades para aparecer en la boleta electoral.
El informe entregado por Marco Bonilla al cabildo capitalino el miércoles pasado y el que rendirá el día de hoy, Cruz Pérez Cuéllar en Juárez, probablemente sean los últimos informes que presenten ambos de sus respectivas gestiones municipales.
También, ¿por qué no? Pudieran decidir aprovechar la faramalla y el revuelo que despiertan los informes gubernamentales, presentados con toda la fuerza de la que puede ser gala la clase política que mantiene bajo su control algún presupuesto público.
Más de uno de los gobernantes debe añorar, o mirar con ojos de envidia, aquellos tiempos en los que el 1o de septiembre era la fiesta del presidente, y que todo el país debería festejar.
Era día de asueto obligatorio y con ley seca para que nadie ‘perdiera la conciencia’ a causa de las bebidas espirituosas y no pudiera admirar desde la salida de Los Pinos al presidente de México, acompañado, ¿cómo no? de los cadetes del Colegio Militar.
Es que eran los herederos de la Revolución Mexicana, bueno, eso decían ellos.
Y esa ceremonia, acompañada del boato respectivo, se repetía en todas y cada una de las capitales estatales, y en las principales ciudades de México, encabezadas éstas por los alcaldes.
Las fiestas eran proporcionales al presupuesto administrado por los ‘ciudadanos’ presidentes municipales.
Entonces, es probable que alguno de ellos o los dos ¿por qué no? quisieran aprovechar ese escenario en su favor, y llegar a presentar, de manera formal, el segundo informe de su gestión y ahí anunciar la licencia que les permitiría buscar con ahínco la candidatura.
Lo más deseable sería, visto desde la óptica ciudadana, que ambos hubiesen pedido licencias a sus respectivos cargos y estuviesen enfocados a la obtención de su candidatura.
Eso los llevaría a desarrollar extensas e intensas actividades en Chihuahua, para que las encuestas que se aplicaran, en su caso, reflejaran que hay un número grande de chihuahuenses que los ‘conocen’ y ‘aprueban’ su desempeño político.
Además, esas actividades tendrían que combinarlas con frecuentes viajes a la antigua y vieja Tenochtitlán, a visitar a sus respectivos ‘tlatoanis’ para que los apoyen.
Y es que, visto a la distancia, sólo un cataclismo político podría evitar que Bonilla fuese el abanderado panista en el ’27.
Por su parte, Cruz Pérez Cuéllar, de Morena, tendrá que desarrollar con la misma intensidad, las actividades en el estado; ahí las encuestas, supuestamente, sí van a pesar más, y quizá los ‘cabildeos’ que haga son los que van a tener mayor efecto en la obtención de la candidatura en Morena.
Porque tenemos una gran cantidad de referencias en sentido contrario, es decir, que a pesar que dicen que los resultados de las encuestas son los que determinan quienes son los candidatos para definir al candidato del morenaje, han hecho lo contrario.
El caso extremo lo constituyó el que fuera delegado para Chihuahua del Comité Nacional de Morena para las elecciones del 2021, José Ramón Enríquez. Lo señalaron de manipular las encuestas para favorecer a Juan Carlos Loera.
Defendió ardorosamente las encuestas de Morena.
Un año después, acusó a Mario Delgado, líder de Morena, de ser la cabeza de la mafia del poder en el partido y simular encuestas para favorecer a la candidata de Morena al gobierno de Durango. Perdió la candidatura.
Pérez Cuéllar, en cambio, sí tiene un verdadero problema.
Deberá presionar convencer, persuadir, seducir a fin de qué la candidatura en Chihuahua recaiga en un varón, porque, a diferencia del PAN, Morena es altamente competitiva en todos los estados que tendrán elecciones en 2027.
En Chihuahua se presentará una competencia, que puede ser cerrada, aunque Morena, en todas las mediciones, aparece con una ligera ventaja.
Hasta ahora se advierte una intensa competencia, como desde hace 39 años, parejera, nada más que en el pasado, antes del 2021, era entre el PRI y el PAN.
Ahora ha cambiado de contendiente el blanquiazul.
En el resto, salvo Querétaro y Nuevo León, Morena lleva considerables ventajas.
Por tanto, seguramente intentará llevar como candidato en Chihuahua a quien esté mejor colocado en las encuestas, las verdaderas, las que van a tener en Palacio Nacional, porque creer que Luisa María Alcalde, como antes Mario Delgado, y los organismos internos de ese partido, resolverán en quien recaiga la candidatura de Morena en Chihuahua, es una ilusión.
En el PAN la situación es al contrario.
Sólo tiene dos entidades en las que competirá con posibilidades reales de ganar, Querétaro, con una ligera ventaja en las encuestas y Chihuahua, en las condiciones que hemos relatado.
Salvo algún otro factor, estará en condiciones de postular a quien desee, varón o mujer en ambos estados y resolver la paridad de género en el resto de las entidades.
Así que Marco Bonilla, si es el aventajado, no tendrá el problema de la paridad de género.
Y en Nuevo León, en la que la alianza PAN-PRI es la adelantada, si se concreta, con lo que podría ganarle a Morena, que en todas las encuestas se coloca en segundo lugar y en la que MC aparece en tercer lugar.
En el acto celebrado con motivo del informe de Bonilla, tanto éste, como la gobernadora, fue el evento, quizá, en el que con más énfasis develaron, uno, sus aspiraciones, y la otra, en darle, mediante frases al más puro estilo de la clase política, su apoyo.
«Asumo la responsabilidad (¿cuál?), si ustedes quieren, y vamos juntos», dijo el alcalde Marco Bonilla.
Maru le contestó diciéndole, entre otras cosas, «Te vamos a ayudar con puentes».
Luego, Bonilla cerró su informe con la frase: «Asumo el reto… voy por Chihuahua».
Interrogada sobre esa frase, en una conferencia ‘banquetera’, la gobernadora respondió con una pregunta, fue una más que nítida respuesta: «¿Fue destape? Nada más faltaron los fuegos pirotécnicos, ¿no?».
Probablemente la pregunta de la entrevista era innecesaria pues en el evento, la gobernadora Maru Campos le levantó la mano frente a los asistentes, además de realizar los pronunciamientos que ha hecho en otros escenarios.
«… es imperativo cuidar lo más valioso que tenemos: nuestros principios, nuestra libertad y nuestra democracia», en clara alusión a su oposición a la 4T.
O el siguiente: «Chihuahua capital se ha consolidado como uno de los santuarios de la democracia en el país… no se puede permitir que la llama de la libertad se extinga por ningún motivo’».
No podía ser más clara Maru, «pidió al alcalde Bonilla asumir la responsabilidad política que implica el cargo, pues, dijo, de ello depende en buena medida el rumbo de Chihuahua frente al contexto nacional».
No dió pie a la duda: «El futuro de Chihuahua no está a la deriva, no se negocia y no se entrega; al contrario, se defiende con coraje, se honra con resultados y se conquista cada día con amor. Vamos a definir con decisión porque Chihuahua ha sido siempre muralla contra la adversidad; juntos daremos norte al país».
Sí, para Bonilla sí puede ser el último informe al frente del cabildo chihuahuense.
Seguramente hoy tendremos la contraparte en el informe de Pérez Cuéllar.
¿Aprovechará para ratificar lo dicho en abril?: «Liderar Juárez, un aval para levantar la mano: Cruz Pérez Cuéllar sobre su interés por la gobernatura». (Nota de Ricardo Holguín/El Heraldo de Chihuahua, 23/4/25).
«Queremos estar ahí, y vamos a estar ahí… Es una aspiración pública que jamás he ocultado, ni adornado, ni le he dado vueltas. He recorrido todos los municipios del estado, no una, sino varias veces. Conozco Chihuahua y sé que tiene un potencial». (Ibídem).
Bonilla y Pérez Cuéllar comparten una coincidencia:
Ambos han recibido calificaciones aprobatorias de sus gestiones, claro, con los aspectos críticos, enfatizados por sus adversarios políticos y por la sociedad civil, pero hay una extendida percepción que quienes compitan con las siglas de sus respectivos partidos, sus respectivos sustitutos ganarán, a lo mejor con mayor dificultad en el caso del panista.
Ambas ciudades se erigen en la respectiva ‘corona de la reina’, Juárez del morenismo y Chihuahua del panismo.
No parece que cambiarán en el futuro inmediato.
Cuántos votos le aportarán a sus respectivos abanderados estatales está en el aire.
Las ventajas que le aporten a los candidatos al gobierno determinarán al ganador.
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