Juárez, Chih.
Dos videos cortos atrapan la atención de una buena parte de quienes acceden a las redes sociales más importantes de la internet, ambos tienen como protagonista al entonces candidato al gobierno de Chihuahua, Javier Corral.
Los temas abordados eran -son- de los problemas más agobiantes para amplias capas de la población: El costo y calidad del transporte urbano y las cuotas de inscripción a las escuelas públicas.
Serrano es un mentiroso, decía el candidato Corral, la educación pública es gratuita, bajo mi gobierno no habrá cuotas de inscripción en las escuelas, ni en las universidades. También criticó al sistema de transporte urbano de Chihuahua capital y anunció que no “nos costaría más”.
La descalificación vendría de adentro y no se tardaría mucho.
El mismísimo día de la toma de posesión, abajo de la tribuna central, calientes todavía los micrófonos por el esperanzador y candente discurso del nuevo gobernador de Chihuahua, Javier Corral, su flamante Secretario de Educación, Pablo Cuarón, desechaba una de las promesas centrales de la campaña que los llevó al triunfo, al contestar sobre las cuotas de inscripción, dio rienda suelta a la frase más emblemática del actual gobierno, “las promesas son del corazón, no de la razón”.
Varias semanas después se sabría del incremento a las cuotas de inscripción al Colegio de Bachilleres, a la Uach; del incremento a los derechos vehiculares, del cobro de las tarjetas de circulación vehiculares, de las actas de nacimiento obtenidas vía internet y ahora la perla del grupo gobernante: El aumento a las tarifas del transporte urbano.
Luego de años de declaraciones y de acciones fallidas del gobierno de César Duarte -el “vulgar ladrón”, al que no se le ha extendido la orden de extradición- y de incluso quitar las concesiones, el gobierno de Corral, ante la presentación, por parte de los dueños del “pulpo” camionero, de algunas nuevas unidades en la capital y de muchas simplemente remozadas, le ha dado una gravísima estocada a los sectores más empobrecidos de la población, en general, pero que incluye a quienes tienen empleo, cuyos salarios son los más bajos de la escala salarial y que abarcan a cerca del 20% de la población en las dos ciudades mayores del estado.
Y justamente al inicio del nuevo ciclo escolar, cuando los gastos generados por esto se incrementan estratosféricamente, ahora deberán sumarle el salvaje aumento a las tarifas del transporte urbano.
¿Dónde encontrar la correlación, entre la frase con la que Corral culminaba la mayor parte de sus discursos de campaña: “Mi gobierno será a favor de los que menos tienen, menos saben y menos pueden”, y sus actos como gobernante?
Apenas a fines de enero de este año, el Director de Transporte del Estado, Guillermo Hernández, decía que “Los últimos incrementos y cambios en las tarifas del transporte urbano se efectuaron de manera arbitraria”.
De ahí la explicación a que los anuncios en que Corral prometía la desaparición de las cuotas de inscripción y que no se elevarían las tarifas del transporte, sean, ahora, de los más frecuentados en las redes sociales.
¿También de esto le echará la culpa a los medios de comunicación?
¿Hubo una consulta, así fuera chambona, a los chihuahuenses sobre estos dos asuntos, de los más sentidos por la población?
¡Ah, cómo habrá gente que se acordará de las frases del corazón al momento de juntar los centavos para completar la cuota de inscripción, el uniforme, los libros y, encima, el camión, que ahora todos cobran 9 pesos!
A la mesa de discusiones a que convocó el gobierno de Chihuahua, días atrás, en la que lo central fue de qué manera se aliaban el PAN y el PRD en un Frente Amplio Opositor, como le denominaron, le hizo falta un tema, central para la mayoría de los mexicanos: La falta de congruencia de la clase política.