

Chihuahua, Chih.
-Las revelaciones de Peniley Ramírez desnudan al jefe de seguridad, por décadas, de AMLO
La foto circuló profusamente en Chihuahua, en ella aparecen sonrientes, como si estuvieran en el curso de una broma, la presidenta Claudia Sheinbaum, la gobernadora Maru Campos y el alcalde Cruz Pérez Cuéllar.
Despertó comentarios de todo tipo. Elogiosos o críticos; deplorando, los menos, que hubiesen posado para una foto de esa naturaleza.
No es cualquier foto, por fortuna. No parece ser una más de las fotos tomadas con el fin de “tomarse la foto”, aunque no deja de llamar la atención los colores del atuendo, escogidos por la gobernadora -guindas por todos los lados- para acudir a tal evento.
El fondo de tal imagen debiera concitar las más grandes y numerosas simpatías. Los dos mandatarios chihuahuenses -Campos y Pérez Cuéllar- acudieron a Palacio Nacional para participar en una reunión del gabinete presidencial de seguridad, encabezado por la Presidenta, para analizar seguridad pública en el antiguo paso Del Norte.
Hay razones:
«Ciudad Juárez alcanzó la cifra de 700 homicidios dolosos en lo que va del año 2025, según el conteo oficial de la Fiscalía del Distrito Norte». (Nota de Carlos Rubio, Quadratin Chihuahua, 12/9/25). [https://chihuahua.quadratin.com.mx/estado/ciudad-juarez-alcanza-los-700-homicidios-en-lo-que-va-de-2025/]
Esa cifra equivale, si se proyectara a todo el año, a una tasa de 66.5 por cada 100 mil hab., muy semejante a lo acontecido en el municipio de Guadalupe y Calvo, si se efectuara un cálculo de manera semejante, que tuvo un promedio de 73 homicidios por cada 100 mil hab. ¡En los últimos cinco años!
Que recuerde el escribiente, esta es la primera ocasión en que los más altos funcionarios civiles, titulares, en la entidad, en la alcaldía de Juárez y en la presidencia de la República se reúnen para discutir en particular -haciéndolo público- sobre la situación de la inseguridad en esta frontera.
Ahora, como consecuencia de la reunión, el alcalde Pérez Cuéllar ha anunciado la pronta visita del Secretario de Seguridad Omar García Harfuch a Juárez.
Habría que llamar la atención sobre un hecho.
El de que, a pesar de los niveles de inseguridad por los que ha transcurrido la frontera más importante de Chihuahua, -con altibajos- de todos modos, la actividad económica, impulsada fundamentalmente por la de la industria maquiladora de exportación, no descendió, manteniendo niveles de crecimiento económico superiores al 5% anual durante los últimos 25 años, los que efectuando un cálculo-promedio, resultarían superiores al 9% anual, pues en el lapso 2003-2018 el crecimiento fue del 145%. (Juárez, agosto 2023, Documento Interinstitucional, Secretaría de Innovación y Desarrollo Económico).
[https://www.chihuahua.com.mx/content/ESTUDIOS%20ESPECIFICOS/2023/Documento%20Interinstitucional.pdf]
Es probable, y ninguno de los actores dio cuenta de ello, de manera específica, que el otro tema central de esa reunión lo constituyó la decisión presidencial de impulsar a Juárez como uno de los ‘Polos de Desarrollo Económico para el Bienestar’ (PODECOBI), lo que implica una elevada inversión federal, además de distintos programas de apoyo a la empresa.
Despierta simpatías la confluencia y, además, por el ánimo que se advierte en la imagen difundida, en la que se advierte un nivel de relaciones, que ojalá vayan más allá de las institucionales, incluso dentro de las diferencias políticas evidentes.
En los días previos, Claudia en la mañanera y Maru en el informe de Marco Bonilla, efectuaron sendos pronunciamientos que las ubican en los extremos de la polarización política en el país.
Que esto ocurra envía un poderosísimo mensaje a todos los sectores productivos empresariales de Juárez, de Chihuahua y más allá y, además, a la población de esta región, porque no existe una situación económica, que nos lleve al optimismo, pues la inversión ha disminuido, lo que ha acarreado una disminución en el número de plazas existentes.
De manera regular, al fin del año, siempre, hay una disminución de la actividad económica.
Así ocurrió en el período del fin del año 2024 y el inicio del 2025.
Sin embargo, la tendencia continúa.
Y a pesar de los antecedentes, uno de los principales problemas en la actualidad, es el de la seguridad, que tiene dos componentes en la entidad y no solo en Juárez.
El primero, llamémosle interno, es el de la casi permanente confrontación entre las bandas del crimen organizado en Juárez y en el estado de Chihuahua, vigente desde principios del 2008; y el otro factor, que le podríamos denominar externo, es el de la probable extensión de la guerra sinaloense, la de los Mayos y los Chapos, que ha incrementado los actos de violencia en varias regiones del Estado de Chihuahua.
Así, al permanente foco de violencia de la parte chihuahuense, de las que forman el triángulo dorado, particularmente Guadalupe y Calvo, se ha convertido en un polvorín que, al igual que la región de Culiacán en Sinaloa, a pesar del elevado número de efectivos de las fuerzas armadas y policiacas a ellas destinadas, de ninguna manera disminuye.
La otra que empieza a comportarse de esa misma manera es la zona que va de Aldama hasta Ojinaga, que la ha convertido en sitio frecuente de enfrentamientos y de tiradero de cadáveres.
Llama la atención que, si bien en la capital del estado se ha presentado un número importante de homicidios, Juárez tiene una tasa, en el presente año, muy por encima de la presentada en la ciudad de Chihuahua.
Hay que precisar que no estamos, aún, en los niveles que sufrieron los juarenses en el periodo 2008-2011, ni en los posteriores picos presentados 2015 hasta 2019 y primeros meses del 2020.
Ahora bien, la reunión de los tres mandatarios tiene una importancia estratégica.
El estado de Chihuahua es uno de los diez estados que a lo largo de ya 20 años, forma parte de aquellos en los que se presenta entre el 50 y el 60% de los homicidios en todo el país.
A pesar de ello, ni en los gobiernos de Felipe Calderón, Peña Nieto o López Obrador, le dedicaron esfuerzos adicionales y estrategias adecuadas a estas entidades para combatir la elevada tasa de homicidios de año, en lo que parece, a todas luces, una equivocada estrategia para enfrentar la oleada de homicidios.
Si tan sólo en ellas hubiesen aplicado estrategias eficaces, en la que estuviera presente un seguimiento puntual de las actividades financieras y económicas de los grupos criminales, con toda seguridad habría ha habido una disminución en ellas y, por tanto, una disminución nacional.
De esa manera hubiesen obtenido dos propósitos; por un lado, disminuir el número de homicidios en estas entidades, que le hubiesen ahorrado un gran sufrimiento y dolor a decenas de miles de mexicanos y, por otro lado, hubiesen obtenido cifras a la baja en el total nacional de homicidios, con lo cual hubieran podido difundir que, efectivamente, el gobierno de Claudia Sheinbaum ha disminuido realmente las tasas de homicidios en el país.
Porque, además de lo benéfico que resultó aplicar políticas públicas para disminuir los niveles de pobreza, esa disminución hizo que quedara mal parada la principal frase con la que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador pretendió demostrar que tenía una política de seguridad pública, distinta y efectiva, contraria a la que se había practicado en toda la historia previa del país.
López Obrador y ahora Claudia Sheinbaum dicen que se deben atacar las causas para disminuir la incidencia delictiva, pero con ello criminalizaron a la pobreza.
No, no se necesita ser pobre para convertirse en criminal.
Se equivocan, la estrategia para combatir los índices criminales pasa, sí, por atender los niveles de rezago económico persistentes en el país, pero también hay que combatir las causas de la violencia en concreto, de los niveles de homicidios presentes; de la apropiación de la riqueza que hacen las bandas criminales, en perjuicio de todos los mexicanos.
Por todo lo anterior, bienvenida aquella foto.
No, no fue solo para ‘tomarse’ la foto.
-De escándalo. Las revelaciones efectuadas por la periodista Peniley Ramírez, que señalan al exDirector del Centro Nacional de Inteligencia, al General Audomaro Martínez, de participación de empresas de su esposa e hijo en el ‘huachicol marino’, hacen que resuene la frase más recurrente en los días recientes: ¿Otro que no sabía nada?.
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