El país que recibió López Obrador
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El país que recibió López Obrador 11 de marzo de 2019

Luis Javier Valero Flores

Este es el país que recibió López Obrador. No es, ni de lejos, el mejor escenario para una fuerza política que levantó tantas esperanzas. Administrará la crisis heredada de los gobiernos -como los denomina- “neoliberales”.

No es una frase, en una época en la que hasta el Fondo Monetario Internacional ha reconocido que los programas de combate a la pobreza, aplicados en prácticamente todos los países bajo la égida de esto organismo internacional, son un fracaso: En lugar de disminuir los índices se elevaron.

López Obrador y su equipo generan altas expectativas entre la población. En términos económicos reciben un país con muchos retos, entre ellos están: el bajo crecimiento económico, tasas altas de precariedad laboral, presiones en el precio de los energéticos, desigualdad regional y altos índices de violencia e inseguridad. (Nota de José Antonio Rivera | Ana Karen García, “Así es el México que recibe AMLO”, 30 de noviembre de 2018)

Enrique Peña Nieto entregó un país con una tasa de desocupación históricamente baja, precios al consumidor relativamente estables y capacidad de hacer frente a las responsabilidades financieras”.

Además del entorno económico negativo, con una inflación presionada por los energéticos y con una inmensa deuda pública, que representa poco menos del 50% del Producto Interno Bruto, factores que llevan a un pronóstico poco optimista en la reducción o erradicación de la pobreza, que se agravan debido a los altos índices de violencia e inseguridad en México.



Crecimiento económico

El tamaño de la economía mexicana y su expansión medidas a través del Producto Interno Bruto (PIB) y sus variaciones anuales son el agregado macroeconómico más exacto para comparar el desarrollo económico entre países. Durante el tercer trimestre del 2018, la economía mexicana creció 2.6 por ciento a tasa anual. Las actividades primarias (agropecuarias) aportan 3% al PIB, las secundarias (industrias) 29% y las terciarias (comercio y servicios) 63 por ciento. El resto proviene de los impuestos.

El reto en materia de PIB es superar la barrera de nivel de crecimiento de 2% anual, que se registra desde 2015, y diversificar el desarrollo para disminuir la alta dependencia de los servicios y el comercio.



Empleo

Para el tercer trimestre del 2018 la Tasa de Desocupación se ubicó en 3.2%, la Tasa de Informalidad Laboral, en 55.3%, y la Tasa de Subocupación, en 6.6 por ciento. El salario mínimo diario es de 88.36 pesos, 80% de los trabajadores en el país perciben como máximo tres salarios mínimos (7,953 pesos mensuales).

El desempleo disminuyó en el sexenio de Peña Nieto, pero disminuyó la calidad de los empleos. Hay menos personas sin trabajo, pero las que trabajan lo hacen con remuneraciones bajas. También es relevante el dato de que 6 de cada 100 trabajadores deben buscar una segunda fuente de ingresos para completar el costo de sus necesidades básicas.



Nivel de bancarización

El acceso a los productos financieros es otra de las variables importantes para el dinamismo de las economías. El nivel de bancarización —la proporción de mexicanos que cuenta con al menos un servicio financiero— es de 68 por ciento. Un dato que ha permanecido estático desde 2015.

Existe una brecha regional significativamente amplia en materia de acceso al sector financiero. En Baja California, Baja California Sur, Chihuahua, Durango o Sinaloa, el nivel de bancarización es de 82%, pero en Hidalgo, Tlaxcala, Estado de México, Morelos, Puebla o Veracruz, esa cifra no supera el 60 por ciento.



Deuda pública

Hasta septiembre del 2018 la deuda total del sector público fue equivalente a 46% de PIB. El total las obligaciones con acreedores externos fue de 18% del producto total, mientras que la deuda interna asciende a 28 por ciento.

La deuda pública de las empresas paraestatales, como Pemex y la CFE, representa 50% del crédito total contraído por el sector público.

Es de tal dimensión la deuda y la aguda disminución de la inversión en obra pública, que hoy el Gobierno federal gasta casi lo mismo en ambos conceptos. (Reforma, 4 de noviembre de 2018).

De acuerdo con cifras de la Secretaría de Hacienda, en los primeros siete meses del año se ha destinado un total de 367 mil 492 millones de pesos en inversión pública en infraestructura, la cual comprende la construcción y conservación de obra pública. Este monto representa 11.4 por ciento del gasto total.

En tanto, para cubrir el costo financiero, es decir el pago de intereses y comisiones de la deuda pública, se han destinado 364 mil 385 millones de pesos, 11.3 por ciento del total del gasto.

“(En las últimas décadas) la infraestructura se volvió la moneda de cambio de los ajustes fiscales: con el objetivo de presentar estados de finanzas públicas aparentemente ordenados se sacrificó la inversión pública", señala en un análisis José Luis de la Cruz Gallegos, director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC).



En materia de pobreza

La población que se encuentra por debajo de la línea del bienestar, que tiene ingresos insuficientes para adquirir los bienes y servicios básicos, representa 50.6% del total en México. Se trata de 62.0 millones de personas. La línea de bienestar en zonas urbanas es de XX y en zonas rurales, de XX. Estos valores conciernen a una persona individual.

Durante 2016 se registró que al menos 19.6% de los habitantes en México padece pobreza alimentaria. Esto es, 24 millones de personas tienen ingresos insuficientes para ingerir los nutrientes alimentarios mínimos al día.



En materia de inseguridad y violencia

En el país, 7 de cada 10 mexicanos se sienten inseguros en su lugar de residencia. La cifra para las mujeres es 8 de cada 10; los espacios públicos como el transporte y las calles son los lugares donde más temor se tiene de ser víctimas de algún acto de violencia o delincuencia.

Los hombres son las víctimas más comunes de los delitos de robo de cualquier tipo, fraudes y lesiones físicas. Las mujeres son el blanco de los delitos sexuales; la diferencia de género es mucho más significativa en este rubro que en los otros. En delitos como la extorsión y las amenazas verbales la distribución de víctimas es igualitaria.

Las cifras utilizadas son las más recientes del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el Consejo Nacional de Evaluación de Política de Desarrollo Social (Coneval), la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) y el Banco de México (Banxico).

*Con información de El Economista.

Luis Javier Valero Flores

Director General de Aserto. Columnista de El Diario