

Chihuahua, Chih.
Por los episodios públicos de la participación de elementos policíacos en la custodia de elementos del crimen organizado se podría asegurar que el problema es menor.
Sin embargo, en las conversaciones, en las redes sociales y en los medios policíacos es otra la percepción.
Así, el más reciente de esos episodios, en el que dos elementos policiacos municipales, en este caso, de Juárez, fueron asesinados, actuando como escoltas, junto con el presunto delincuente que era el objetivo del atentado, revivió la discusión pública sobre el tema de la confiabilidad de quienes integran los organismos policíacos.
Y de rebote, sobre la eficacia de las dependencias encargadas de vigilar que los policías cumplan con los estándares necesarios para el desempeño de su función.
Porque, suponemos, que los policías de todos los niveles y de todas las instancias de gobierno, son sometidos a los exámenes de confianza que evalúan diversos aspectos de la personalidad y del entorno de los elementos, aplicados, en el caso de los municipales y estatales, además de los integrantes de las empresas privadas dedicadas a la seguridad, por el Centro Estatal de Control de Confianza, que aplica las evaluaciones necesarias para el ingreso, permanencia y promoción de los agentes, asegurando que cumplan con los estándares de personalidad, médicos, éticos y socioeconómicos requeridos.
A su vez, los centros estatales son supervisados por el Centro Nacional de Certificación y Acreditación, dependiente de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, que tiene como una de sus funciones la verificación de que los centros de evaluación y control de confianza de las entidades federativas realicen sus funciones, de conformidad con las normas técnicas y estándares mínimos en materia de evaluación y control de confianza de los servidores públicos de las Instituciones de Seguridad Pública.
Y esa verificación debe realizarse cada dos años. Verificaciones que deberán ser extremadamente puntillosas pues de ellas depende, y no es una exageración, la seguridad pública en el país.
Viene a cuento todo esto porque después del triple asesinato, el alcalde Cruz Pérez Cuéllar aseguró desconocer el trabajo extra de los policías y que, hasta donde se sabía, habían aprobados los controles de confianza.
Luego supimos que el hombre asesinado, junto con los dos policías municipales, se llamaba Ulises Nache Trujillo, conocido como ’Delta 1' o 'El Principal', presunto líder del grupo delictivo 'La Línea', quien operaba un grupo dedicado a la extorsión y secuestros.
Pero hecho tan escandaloso sobrevino luego de una airada protesta de la familia LeBarón, hasta con la petición de la renuncia del alcalde, porque descubrieron que ante la detención de Galdino P. J., alias “El Monster”, implicado en la masacre de la familia LeBarón en Bavispe, Sonora, al momento de su arresto formaba parte de la Policía Municipal juarense.
Ocurrió igual en los dos casos y la carga, entonces, se trasladó al gobierno del estado porque el alcalde y el jefe de la policía municipal aseguraron que habían aprobado los exámenes de confianza y los funcionarios estatales alegaron que se habían recibido peticiones de mandos de la policía municipal para que se aprobara, en el caso de “El Monster”, su permanencia en la municipal de Juárez.
Pero ninguno de los dos gobiernos mostraron la documentación que hubiese terminado con la discusión para dar paso a las determinaciones legales que se deben tomar en estos casos.
¿”El Monster” fue aprobado por el Centro de Control Estatal?
¿Fue reprobado?
¿Y porqué, en cualquiera de los dos casos, no mostraron a la opinión pública la documentación respectiva -tachando la información sensible, como se hace en estos casos- que demostrara la veracidad de sus dichos?
¿Porque no mostraron evidencia de la petición recibida, supuestamente, de mandos de la policía municipal?
Especialmente, como es el caso de la masacre contra la familia LeBarón, que tiene hasta repercusiones internacionales.
Del mismo modo ¿Porqué la autoridad municipal, puesta en la picota en dos hechos, a cual más de sangrientos y escandalosos, no mostró los certificados obtenidos por “El Monster” y los polimunicipales en el Centro de Control?
¿Quién miente?
Y si nadie lo hace, entonces tenemos un gravísimo problema, el de que no funciona adecuadamente el Centro de Control del Estado, pero si esto ocurre, entonces el asunto rebota al ámbito federal, sin que dejen de tener responsabilidades, los del ámbito local, y por igual municipal y estatal.
La aplicación de los exámenes de confianza están regulados por un entramado legal extremadamente puntilloso que, si se aplicaran adecuadamente, estaríamos con muchos menos episodios como los que dieron origen a la presente colaboración.
El titular del Centro Nacional, tiene una gran cantidad de responsabilidades y facultades, que se replican en el ámbito estatal, pero que, por lo visto en las últimas semanas (y meses) existen una inmensa cantidad de hechos omisos en ambos niveles de gobierno y que ya debiesen haber motivado el inicio de una amplia y profunda revisión, por una parte, del cumplimiento de la aplicación de los exámenes y, por otra, de la verificación, por parte de la Federación, de los protocolos marcados en la Ley de Seguridad Pública.
Porque urgen y porque, por lo menos en el caso de Chihuahua, en apariencia, no sabemos en qué terreno nos encontramos.
Miren si no es así.
El gobierno del estado tiene el control de la seguridad municipal en 13 ayuntamientos que no cuentan con policías municipales y, de acuerdo con la SSPE, esos ayuntamientos «no han realizado academias para la formación de sus propios agentes». (Nota de Orlando Chávez / El Diario, Sábado 16 Ago 2025).
Peor aún, a pesar de los apoyos otorgados a los municipios, «a la fecha no han enviado las listas de los candidatos a policías… (listas) solicitadas desde enero… pero ninguno de ellos ha dado una respuesta». (Ibídem).
¿Y luego? ¿Qué esperan para presentar, además de los requerimientos de las listas, las solicitudes de aplicación de sanciones administrativas por las omisiones en el cumplimiento de las regulaciones a que están sujetos?
La situación es grave, no solo por la agudización de la violencia, sino porque -y seguramente es una de las causas- que estamos muy por debajo de los estándares obligados en la cifra de policías por cada 100 mil habitantes.
El estado de Chihuahua cuenta con 0.8 policías, en lugar de los 1.8 establecidos, «tanto por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) como por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), reveló el Censo Nacional de Seguridad Pública Estatal 2025 del Inegi». (Ibídem).
Urge.
Porque a pesar de ser contados los episodios como los que dan pie a la reflexión de hoy, lo notable de los participantes lleva a inferir que la situación es grave.
¿Qué tan infiltradas por el crimen organizado están las corporaciones policíacas?
Un año atrás “Manuel Villicaña Pacheco, alias “Chuy El Largo” o “El Largo Pol”, presunto integrante del Cártel de Sinaloa, fue asesinado afuera del penal de Aquiles Serdán, a 50 metros de la puerta de salida en medio de una refriega. «Junto a él murieron otros dos hombres y uno más resultó herido». (Nota de la redacción, El Diario/Chihuahua, 19 jul. 2024).
Los dos escoltas de Villicaña resultaron, uno, integrante de la policía municipal y el otro de la Guardia Nacional.
El titular de la Secretaría de Seguridad Pública, Gilberto Loya, afirmó que el enfrentamiento había ocurrido a dos kilómetros de distancia del penal, en el entronque con la carretera a Chihuahua.
No fue así. Diversos videos difundidos en redes sociales mostraron que los sicarios esperaban a sus objetivos casi a la salida del penal.
Loya se apresuró a deslindar a la dependencia (de la cual dependen los penales estatales de toda la entidad): «No es un incidente relacionado con el Sistema Penitenciario. No es un problema que tenga que ver con la seguridad del penal, más bien fue un homicidio que se registra en el exterior». (Nota de la redacción, Infobae, 18 Jul, 2024).
¿Y como supieron los sicarios la hora y fecha de la liberación? ¿Cómo fue que llegaron en el momento preciso, para no tener que esperar y despertar ‘sospechas’ en el personal policial?
Parodiando a los astronautas:
«Houston (Chihuahua) tenemos problemas».
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Columna de Plata de la Asociación de Periodistas de Cd. Juárez (APCJ)
2008, 2015, 2017, 2022 y 2023