Chihuahua, Chih.
El pasado Lunes 29 de Julio, en una entrevista exclusiva concedida para el medio informativo especializado en economía Bloomberg, el presidente Andrés Manuel López Obrador habló de diversos temas que van desde la seguridad pública, la crisis de inmigración en nuestras dos fronteras, su opinión acerca de la economía en el país y además mostró su respaldo para una una posible elección del banquero mexicano Agustín Carstens como presidente del Fondo Monetario Internacional, el organismo que se encarga de los préstamos internacionales a nivel mundial así como ayuda y asistencia técnica y económica a países en desarrollo y del tercer mundo.
A simple vista podría parecer una inocente entrevista sin nada relevante que nos ayude a diferenciarla de los dichos del presidente que da en sus conferencias matutinas donde podemos apreciar síntomas de antiglobalismo, autoritarismo, no del tipo que se podría apreciar en países autocráticos dominados por el poder de un hombre fuerte, como en algunas naciones de Centroamérica y del continente africano, en este caso notamos un autoritarismo ligero y cubierto de hipocresía que pregona ser libre de opinar y de tener su derecho de replicar en asuntos de gran importancia para el Estado sin importar el peso que dichas declaraciones las cuales, la mayoría, afectan negativamente a los ciudadanos de este país.
Pero dicha entrevista parece anunciar pequeños detalles escondidos que parecen anunciar mas de lo que se viene en el país.
La entrevista realizada por el periodista británico John Micklethwait, editor en jefe de la agencia de noticias Bloomberg, tuvo una duración aproximada de 51 minutos ininterrumpidos en la cual se cuestionaron diversos temas pero lamentablemente las respuestas fueron pocas y las dudas fueron muchas.
El señor Micklethwait fue incisivo en preguntar al presidente acerca de cuestiones que inquietan no solamente en el mercado nacional si no también que forman parte de la especulación internacional.
Lamentablemente, el presidente López Obrador, como se dice coloquialmente le tomó el pelo al periodista al repetir su discurso que no difiere del que da todas las mañanas en el salón de la tesorería en el Palacio Nacional.
En una entrevista carente de objetividad y cuestionamientos, el presidente negó una vez más el panorama desfavorecedor de la economía nacional diciendo nuevamente que el país va muy bien y negó que próximamente caiga en las sombras de una recesión económica que va pisándonos los talones.
El presidente también aprovechó para dar a conocer su punto de vista acerca de la ciencia económica a la cual parece despreciar y le otorgó un mayor interés a la ciencia política, la cual, en su opinión, debería estar en la cúpula en la toma de decisiones importantes del Estado.
También anunció que está trabajando en un proyecto para la creación de un nuevo libro de su autoría titulado únicamente como Economía Moral, quizás el cual no sea un bestseller como el Libro Rojo de Mao, o Mi Lucha de Hitler, pero anuncia contener dentro de sus páginas mucha de la ideología del líder tabasqueño en contra de la economía del llamado Neoliberalismo y su equivalente en México que es el Neoporfirismo.
El presidente se detractó de sus declaraciones que dio en febrero de este año cuando anunció un crecimiento del 4 por ciento anual del Producto Interno Bruto, ahora anunció en la entrevista que sería del 4 por ciento durante el sexenio para cerrar con broche de oro en un 6 por ciento para 2024.
Año en el que abandonará la oficina presidencial de Palacio Nacional para darle espacio a un sucesor hasta ahora desconocido, pero que muchos en un principio veíamos como Claudia Sheinbaum, la actual jefa de gobierno de la Ciudad de México.
Nuestro presidente sin duda está enfermo de nostalgia, en esta entrevista manifestó sus síntomas de manera abierta en la que busca crear en este sexenio un nuevo milagro mexicano similar al que vivió la nación en la década de 1940 y que según datos del presidente hubo un crecimiento aproximado del 5 al 6 por ciento en el PIB nacional.
Esperemos que un viaje de vuelta al pasado no conlleve de vuelta al regreso del autoritarismo presidencial de aquellos años y su control total de la política económica, esperemos que ese milagro suceda pero como pasa con toda prueba de fe muchas veces la fe se agota y los proyectos se agotan y empolvan en el sótano de los recuerdos.
Desde mi personal punto de vista la entrevista me recordó a la realizada por el estadounidense James Creelman al entonces presidente Porfirio Díaz, publicada en marzo de 1908, el cual tenía miras en la reelección presidencial de 1910.
El error de Díaz fue el de lucirse con el periodista estadounidense y prometer que no gobernaría otro mandato más, el de López Obrador fue el de prometer cosas que no puede cumplir, negar los hechos verificados por agencias noticiosas y de gran prestigio como Bloomberg y tratar de ganarse la confianza de los mercados con una entrevista opaca y sin gran contenido relevante, por fortuna el encuentro reveló las intenciones y motivos ocultos del presidente de la república ocultos bajo la pantalla de promesas, ilusiones y sobre todo otros datos del presidente.
En lo personal Andrés Manuel se vio relajado y confiado, así como tomó una actitud moderada y abierta al diálogo, muy distinta del clásico Andrés Manuel que vemos en los mítines, actos políticos y en sus conferencias matutinas, así como mostró una calidez al invitado que no daría a ningún otro periodista opositor. Dudo que le daría el mismo trato a Jorge Ramos que al señor Micklethwaith.
*Colaborador periodista juarense de Exodo.Tv