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¿Y la no primera dama?

¿Y la no primera dama? 17 de noviembre de 2023

Guadalupe Loaeza

Chihuahua, Chih.

A pesar de que era tímida, de bajo perfil, discreta, de que odiaba los reflectores, todavía veo a la que fuera primera dama, esposa del ex presidente Ernesto Zedillo, caminando entre los escombros que había dejado el huracán Paulina, categoría cuatro, en Acapulco. Era evidente que el ejemplo de Nilda Patricia no hacía más que estimular a otras primeras damas de gobernadores y presidentes municipales y esposas de ricos empresarios para recaudar fondos y distribuir despensas en las zonas más afectadas de Guerrero.

El 8 de octubre de 1997, Paulina tocó tierra a las 4:45 pm en Puerto Escondido y Puerto Ángel en Oaxaca. 

Hay que decir que el 7 de octubre, cerca de 41 horas antes de entrar a Guerrero, el gobierno de México emitió una alerta del huracán desde Tapachula, Chiapas. Acapulco quedó devastado, sin agua, sin luz, generando una terrible crisis humanitaria. Este escenario catastrófico es el mismo que vive el puerto en estos momentos. Conforme pasan los días hay más carencia, las despensas ya no llegan al mismo ritmo que al inicio del desastre.

¿Cómo es posible que hace varios días el gobierno de México declarara el fin de la declaratoria de emergencia tanto en Acapulco como en Coyuca de Benítez, los dos municipios más afectados por Otis, cuando todavía la emergencia para miles de acapulqueños no se ha resuelto? 

¿Cómo es posible que el presidente López Obrador trate de justificar su negativa a ir al puerto y caminar por entre los escombros y montañas de basura que dejó el meteoro, afirmando que no va para que no lo ninguneen y por "respeto a la investidura presidencial"? 

Es decir, "la investidura presidencial" es mucho más importante que acompañar a los guerrerenses en su desgracia. "Si voy y les digo (a la prensa) 'voy a estar en la colonia Renacimiento en Acapulco', me van a ir a ver muchos, porque me quieren como yo los quiero, pero me van a mandar a 10, 20 provocadores. Si no he ido es por eso... abrieron los micrófonos para que me mentaran la madre", dijo en la mañanera del martes.

Al hacer esta declaración tan absurda, la mentada de madre es para los damnificados. 

¿Por qué tanta falta de empatía, por qué está tan preocupado por su investidura y por qué tanto desprecio por la situación que están viviendo tantos damnificados? 

López Obrador tiene razón al decir que le van a mentar la madre, es obvio, la gente está desesperada. Es evidente que si él se resiste a ir al puerto, le ha de tener prohibido a su esposa lo mismo: "No, Beatriz, no vayas, ¿para qué te expones? Te van a mentar la madre y la prensa conservadora va a aprovechar para criticarte y caricaturizarte como si fueras la bondadosa, sensible y solidaria compañera del Presidente. 

No hay que caer en provocaciones, sobre todo ahora que estamos a unos meses de las elecciones", algo así le ha de haber dicho el jefe del Ejecutivo justo antes de partir a San Francisco para asistir a la APEC y reunirse con su homólogo Joe Biden.

Y claro, la no primera dama, ni tarda ni perezosa, le ha de haber contestado: "Si yo no pensaba ir. ¿Qué te pasa? Tú sabes que me encanta Acapulco, pero no ahorita. Además, la Cruz Roja se está organizando muy bien con la ayuda. ¿Cómo crees que voy a ir a Acapulco? Yo hubiera querido ir contigo a San Francisco, porque nunca he ido, pero a Acapulco, ¡¡¡ni loca!!! De todas maneras, haga lo que haga siempre me critican... Yo me quedo tranquilita en Palacio para terminar de escribir mi libro. 

Olvídate de Acapulco y mejor concéntrate en lo que le vas a decir a Biden sobre los migrantes, el fentanilo y el cambio climático".

Qué lástima que la primera "no primera dama" ya no sienta la necesidad de acompañar a su marido en momentos de tragedias como la que está viviendo Acapulco. 

Qué lástima que Beatriz Gutiérrez Müller, teniendo tanto poder, no se atreva a poner el ejemplo para que otras mujeres poderosas vayan a Guerrero a caminar entre los escombros y ayudar a la gente que se quedó sin nada después del paso del huracán. 

La presencia cuenta. Consuela. Y acompaña. Y por último, qué lástima que la esposa del Presidente, que se dice independiente y autónoma, no lo sea.

¿Y a Claudia? ¿Se lo habrán prohibido también? 

*Publicado en Reforma el 16 de noviembre de 2023

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