Chihuahua, Chih.
EN HONOR AL HOMBRE BUENO QUE ABRIO EL SURCO A LA VISION DE LOS VENCIDOS, QUE A PARTIR DE 1963 NOS DIO MEMORIA, IDENTIDAD E HISTORIA, TAN NECESARIA PARA ENFRENTAR EL SIEMPRE DESAFIANTE FUTURO CON LA RAÍZ BIEN ASIDA AL PASADO. Y VER A LA MODERNIDAD COMO DESTINO QUE SE CONSTRUYE CON BASE SOLIDA NO COMO ALBUR QUE SE CORRE EN LA VORAGINE DE TIEMPOS NUEVOS E INCIERTOS, GRACIAS AL VIEJO Y SIEMPRE JOVEN MAESTRO, DON MIGUEL LEON PORTILLA (1926/2019)
¿POR QUÈ TLAMANTINI?
Se define así en náhuatl: Tlamatini, como al hombre que sabe algo o el que saben cosas y en plural tlamatinime se traduce asi cuando se refiere a hombres sabios, era el equivalente a los filósofos en la época de los mexicas.
También eran poetas, y debatían temas sobre la existencia, la verdad, la naturaleza del cosmos y el lugar del hombre en él. Eran los viejos maestros del calmecac que ponían frente a los ojos de los jóvenes que enseñaban “el espejo” en que habrían de verse.
Contribuían al desarrollo de aspectos filosóficos ligados a la religión, y eran maestros en el calmécac, la escuela de los sacerdotes y nobles. Los tlamatinime debatieron de religión con los europeos cuando éstos llegaron a América. 1
LA OBRA Y EL MAESTRO
León-Portilla escribió más de centenar y medio de artículos para diferentes instituciones, y más de cuarenta libros, de entre los cuales destacan los siguientes:
La filosofía náhuatl estudiada en sus fuentes (1956). Esta obra fue su tesis doctoral y desde entonces se ha editado 10 veces y traducido a diversos idiomas como el inglés, el italiano, el ruso y el alemán. León-Portilla explicaba que, si bien los mexicas no tenían filosofía como tal desde el punto de vista moderno, sus tlamatinimê procuraban entender el mundo, haciendo preguntas e indagando al respecto. León-Portilla declaraba que lo que los europeos entendieron como dioses los aztecas lo percibían como diferentes manifestaciones del dios dual Ometeotl/Omecihuatl (Nuestro señor/Nuestra señora de la dualidad). Esta tesis la amplió en Pensamiento y cultura azteca: estudio de la mente antigua náhuatl.[cita requerida]
Siete ensayos sobre cultura náhuatl (1958)
Visión de los vencidos (1959). Su obra más popular y más famosa, hasta el 2008 ha sido editada veintinueve veces y traducida a una docena de idiomas. En este breve libro, León-Portilla reúne varios fragmentos de la visión náhuatl de la conquista española, desde las premoniciones de Moctezuma hasta los Cantos tristes (icnocuicatl) posteriores a la conquista. El 25 de junio del 2009 se celebró el quincuagésimo aniversario de su primera edición, en un evento organizado por Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, el Instituto Nacional de Antropología e Historia, la Universidad Nacional Autónoma de México y el Colegio Nacional.
Justamente me encontraba en El Colegio Nacional el pasado 1 de octubre en la ciudad de México, cuando me enteré de su muerte, lamentable por la pérdida no solo para un servidor que lo habría leído en mis años de juventud como preparatoriano y siempre como universitario, él fue para mí un maestro siempre admirado, de eso que se puede decir, toda la vida y sé que para todos los que de una u otra manera tuvieron el enorme privilegio de tratarlo, aquí sus voces y comentarios que de seguro pueden hablar más y mejor de él.
LA VOCES SOBRE EL MAESTRO
Miguel León-Portilla entre sus colegas, amigos y discípulos, quienes resaltaron la extraordinaria generosidad del maestro, quien siempre se preocupó por mantener viva la llama de la cultura mesoamericana.
La escritora Elena Poniatowska recordó el arduo trabajo del historiador, de la mano de Ángel María Garibay, para recuperar la filosofía y la poesía náhuatl.
León Portilla, expresó la escritora, “hizo aportaciones enormes para dar sentido a nuestra filosofía. No hay nada más hermoso que sus libros La educación del niño entre los náhuatl: consejos a una niña náhuatl y Consejos de un padre náhuatl a su hija. Son poesía pura y además dan un maravilloso testimonio de la sabiduría de los antiguos mexicanos.
“Tenemos mucho que agradecerle, porque su acción sobre México a través de la recuperación de nuestro pasado es también una guía.
“Abrió todo un campo absolutamente inesperado sobre la filosofía y la literatura mexicanas. Es una especie de código civil el suyo. Los Consejos a una niña náhuatl son un código civil y un código moral.”
Forjó muchas generaciones
La secretaria de Cultura federal, Alejandra Frausto, señaló a La Jornada: fallece el maestro León-Portilla, a quien hemos acompañado en vida y en sueños; muere en un año fundamental para el pensamiento que forjó, pues a muchas generaciones nos hizo ver a un México que permanecía oculto. Él dignificó la lengua, la diversidad, el conocimiento, la sabiduría de nuestras culturas, la filosofía, la literatura, la poesía. Todas las casas de estudio son sus casas, todas las aulas son suyas, todos los pueblos son suyos y justamente en todos ellos lo despedimos hoy.
Recordó que durante lo que va de 2019 se realizaron varios homenajes al escritor, quien fue hospitalizado en enero, para acompañarlo porque él estaba aferrado a la vida, a la que amó hasta el último minuto. Haremos homenaje a su legado, que es eterno, a su pensamiento. El maestro seguirá vivo en sus libros y en sus miles de investigaciones, lo honraremos con todo cariño.
Cristina Pacheco, periodista y escritora, señaló que pocas personas han hecho lo que él por México. Dedicó todo su tiempo a descubrirnos lo mejor de nosotros. El espíritu del mundo indígena. Su sonrisa era maravillosa y demostraba una generosidad extraordinaria. Me gustaba muchísimo encontrarlo en El Colegio Nacional e intercambiar unas palabras, siempre eran luminosas, optimistas, mirando hacia el futuro, pero sin apartar los pies del pasado. Era un hombre sabio, generoso y, algo muy importante, bueno.
Vicente Rojo, artista plástico, afirmó: México pierde a una figura intelectual de excepción. Fue un creador en las múltiples investigaciones que abordó, lo mismo como filósofo nahuatlaco que como historiador, antropólogo o lingüista. Nos deja una obra extraordinaria en los numerosos campos que estudió. Supo defender y amar a quienes fundaron a México y lo llevaron a su grandeza original y que hoy están en el abandono. Era una persona de una dignidad íntegra. No se limitó a traducir poesía náhuatl, sino que escribió poesía en náhuatl. No puedo dejar de mencionar que tenía un fino sentido del humor, característica de los genios.
Antonio García de León, colega y discípulo de León-Portilla, destacó que su maestro se preocupó por descifrar las claves de la cultura mesoamericana y mantener viva esa llama; fue demasiado generoso con sus alumnos. Estoy seguro que su camino al Mictlán será bueno.
El poeta Natalio Hernández señaló que León-Portilla marcó una huella importante en el corazón y en el pensamiento de los mexicanos del siglo XX. “Podríamos decir que abre un nuevo horizonte de ese México que tanto queremos y por el que luchó para que la palabra formara parte del proyecto de nación que es México en el siglo XXI. Fue un gran humanista que abrió la puerta del nuevo proyecto de nación incluyente, intercultural, multilingüe, multiétnico y pluricultural. Miguel León-Portilla vivirá con nosotros a través de sus múltiples obras; por ejemplo, su libro La flor y el canto de los antiguos mexicanos”.
Uno de los grandes del siglo
Javier Garciadiego, historiador y director de la Academia Mexicana de la Historia, expresó que tratándose de Miguel León-Portilla “cualquier reconocimiento, cualquier adjetivo admirativo, sale sobrando. Fue uno de los grandes de la segunda mitad del siglo XX y principios del XXI, su legado intelectual es impresionante, porque en buena medida nos hizo rescatar el mundo ese al que llamamos prehispánico y luego se preocupó por el náhuatl y los indígenas del presente.
“Pocas personas, con su entusiasmo para vivir, con su fuerza, con su generosidad. De verdad, uno de los grandes, grandes, grandes mexicanos. En cuanto a la Academia Mexicana de la Historia, simplemente decir que fue el primer miembro emérito que tuvimos. Para nosotros es tristísimo. Algún día tenía que descansar, porque su vida fueron 93 años de trabajo más que intenso. Era un hombre con una energía increíble. Era un gigante y extraordinario ser humano.
La academia le rendirá un homenaje, quedamos en espera de lo que decida Chonita (su esposa). El Colegio Nacional realiza un coloquio muy importante sobre el quinto centenario de los conquistadores españoles y está dedicado a Miguel León Portilla. Su espíritu no va a desaparecer.
La poeta en lengua zapoteca Irma Pineda, traductora y defensora de los derechos de los pueblos indígenas, comentó: “nos enseñó mucho de su sabiduría, pero también de su generosidad, siempre estuvo dispuesto a compartir con los que queríamos aprender o hacer algo de trabajo con pueblos indígenas.
Como escritores en lenguas indígenas, sentimos que se nos ha ido un enorme apoyo intelectual. Don Miguel siempre fue un gran sustento. Era miembro honorario de nuestra asociación de escritores. Nos abrió puertas de instancias, de medios que permitieran que en muchos espacios difundir la voz y la literatura de los pueblos indígenas. Se nos va no sólo el maestro, el padre, el hermano, sino también un gran aliado.
Jaime Labastida, poeta, director de Siglo XXI Editores y miembro de la Academia Mexicana de la Lengua, señaló que “primero el doctor Ángel María Garibay y después León-Portilla nos pusieron ante los ojos las maravillas que contiene esos textos recogidos fundamentalmente por Fray Bernardino de Sahagún. Esa es una aportación a nuestra cultura.
El trabajo de León-Portilla nos ha dado una nueva visión, nos ha generado rasgos de nuestro carácter que son insoslayables. Otro aspecto es su increíble sentido de la amistad y su maravilloso sentido del humor. Derrochaba alegría, con una memoria realmente fantástica. He perdido un maestro y un amigo, y México a un maestro de la vida.
Destacó también que el doctor León-Portilla no fue solamente un gran intelectual, su labor no se va a perder
1. León-Portilla, Miguel (1963). Aztec Thought and Culture: A Study of the Ancient Náhuatl Mind. Civilization of the American Indian series, #67 (en inglés). Jack Emory Davis (trans.). Norman: University of Oklahoma Press.