En lo que es una tendencia, o una práctica, nacida quien sabe en dónde, los gobiernos que recién inician sus mandatos se ponen como meta -totalmente arbitraria- exponer los logros de los primeros 100 días de su ejercicio en el poder.
Del mismo modo, una parte de la ciudadanía y prácticamente la totalidad de los medios de comunicación efectúan un primer balance de lo realizado por los nuevos gobernantes en ese lapso.
Sin embargo, hacerlo en la mayor parte de las entidades mexicanas implica atravesar por un severo problema -más allá de la arbitrariedad del lapso, extremadamente breve, dadas las características propias de los gobiernos locales- el de que los nuevos gobernantes ascienden al poder cuando aún no finaliza el año fiscal y el primero de su mandato lo deberán hacer bajo la estructura, diseño, modalidades, vicios y cualidades del presupuesto elaborado prácticamente en su totalidad por la administración saliente, además de que todos los mandos y buena parte de la estructura de las dependencias obedecen al gobierno anterior, aspecto que se agudiza cuando llega una alternancia partidaria.
Los recién llegados, con dificultades, -a menos, claro está, que algunos de los nuevos funcionarios hubiesen tomado posesión de sus cargos antes del cambio formal de poderes y de que la saliente les hubiese permitido el acceso a la información y a la posibilidad de efectuar cambios previos en el presupuesto del primer año en que ejercerán sus cargos- tienen tiempo de efectuar un diagnóstico de las condiciones en que reciben sus dependencias, realizar los cambios de mandos superiores y abordar algunos aspectos del presupuesto del siguiente año.
A lo anterior deberá agregársele que la mayor parte de las entidades estatales -también muchos municipios, aunque en menor proporción- atraviesan por un severo endeudamiento, el que se ubica en el orden de los más de 530 mil millones de pesos -entre estados y municipios-, en los cuales Chihuahua se ubica, por el monto, en el tercer lugar nacional, y por el porcentaje del PIB, en primer lugar, lo que coloca a los nuevos gobernantes, más allá de sus intenciones, en condiciones desventajosas para ofrecer a sus gobernados buenas calificaciones, en lo referente a obras, nuevos proyectos y satisfacción de los requerimientos y demandas de la sociedad.
De ahí que esperar resultados espectaculares al cumplir los tres primeros meses y unos días del nuevo gobierno es materialmente imposible y más, desde la óptica de los nuevos gobernantes, los que, a pesar de todo, se enfrascan en estos ejercicios. Cosa que hará Corral el próximo jueves, no obstante haber recibido la administración en la peor debacle financiera y administrativa que tengamos memoria los chihuahuenses.
Pues bien, justo al cumplir los primeros 100 días de gobierno, El Diario publicó una encuesta realizada entre habitantes de Juárez, en la cual el gobernador Javier Corral Jurado fue calificado con un 5.25.
Según la agencia GANTT Marketing, Investigación y Estrategia, responsable de la realización de la encuesta, el 55.6 por ciento de los habitantes de Ciudad Juárez está en desacuerdo con la forma de gobernar del titular del Poder Ejecutivo de Chihuahua.
Las opiniones están polarizadas. Un 39.8% está en desacuerdo con la forma de gobernar del panista, en tanto que el 39% está de acuerdo. La diferencia la hacen los extremos. Un 15.8% de los encuestados está “en total desacuerdo” mientras que un 4.5% está “totalmente de acuerdo”. Así, 55.6 está en desacuerdo y un 43.5% lo aprueba.
Esto revela una tendencia ligeramente mayor a quienes desaprueban al gobierno, pero finalmente un resultado que refleja la polarización de las opiniones de los habitantes del antiguo Paso del Norte y que evidencia, además, cuán diferente son las condiciones políticas prevalecientes en Juárez respecto del resto del estado, pues deberá tomarse en cuenta que en las elecciones del pasado 5 de junio, en Juárez, Corral superó al candidato priista, Enrique Serrano, por apenas 4 mil votos al obtener 136 mil 106 votos, por los 132 mil 442 emitidos a favor del candidato del PRI, Enrique Serrano.
Además, no pueden desestimarse, al momento de efectuar las evaluaciones, que el candidato independiente, José Luis Chacho Barraza, obtuvo 100 mil 981 votos, es decir, que la votación, para gobernador, fue de tercios y que el candidato independiente a la alcaldía, Armando Cabada, obtuvo 200 mil votos, de tal modo que, seguramente, la confrontación Cabada-Corral, a propósito de la designación de Jorge González Nicolás como Secretario de Seguridad Pública, debió contribuir a las bajas calificaciones de Javier Corral en esta que es la primera evaluación pública de su gobierno.
Otro aspecto que debe haber influido, seguramente será el tema de la inseguridad o, mejor dicho, la percepción ciudadana sobre la seguridad pública, derivada de muchos aspectos, pero entre los que juega un papel importante el de los homicidios, especialmente las ejecuciones, las que tuvieron un súbito crecimiento -respecto de los tres años precedentes, 2013, 2014 y 2015- en la parte final del gobierno duartista y los primeros meses del actual.
Así, a partir del 1 de octubre, coincidentemente tres días antes de la toma de protesta del nuevo gobierno, el portal digital laopción.com, de la ciudad de Chihuahua, reinició el “ejecutómetro”, que da cuenta de los homicidios cometidos en la entidad a partir de los reportes de la FG de Chihuahua y de los periodísticos, y deslindó los cometidos en las dos principales ciudades del estado.
De esa fecha y hasta el 14 de enero (hasta mediodía), el número de homicidios en la entidad es de 438, en tanto que los cometidos en Juárez es de 191, por 129 de la ciudad de Chihuahua.
De ese modo, si los proyectáramos al año, la tasa de homicidios por cada 100 mil habitantes, en lo que va del gobierno de Javier Corral en el estado, es de 41.89; en tanto en Juárez asciende a 46.97 y en la ciudad de Chihuahua a 49.35.
Esas cifras, de mantenerse, se ubicarían como las más altas desde el 2013 y se convertirán en un factor que, al momento de evaluar a la nueva administración, contará de manera muy importante.
Tema central en la evaluación que hacen los ciudadanos, más allá de los plazos arbitrarios para hacerla, es la enorme exigencia por ver tras las rejas al ex gobernador César Duarte, reclamo que en muchas personas llega a ser casi obsesivo, al grado de catalogar al nuevo gobernante casi como cómplice del anterior o, por lo menos, prohijador de la impunidad, en virtud de que, sostienen muchos ciudadanos, los delitos cometidos por el ex mandatario son tantos y tan graves que ya debería estar en la cárcel, lo que es, a todas luces, una exageración pues seguramente armar una buena acusación, que no pueda ser desechada por los jueces, especialmente los federales pues hasta allá irán las demandas en contra del ballezano, requiere más tiempo del que el ciudadano está dispuesto a concederle a los nuevos gobernantes.
Y este es un aspecto a tomar en cuenta. El llamado “bono democrático”, concedido a los nuevos gobernantes, que es, en síntesis, una especie de tregua a fin de que los nuevos gobernantes puedan iniciar su tarea en las mejores condiciones y que ahora, en virtud de la existencia de las redes sociales, se ha acortado enormemente.
El gobernador Corral pareciera ser uno de los primeros “beneficiarios” de tal fenómeno pues el número de ciudadanos que empiezan a cuestionarlo por diversos aspectos de su gobierno crece a niveles preocupantes.
Un aspecto que deberán tomar en cuenta los gobernantes a la hora de las evaluaciones de los 100 días, es la creciente molestia a causa de los aumentos en la Revalidación Vehicular, en una entidad que sólo es superada por la Ciudad de México en el número de vehículos por habitante y en el que la mayoría de los automotores pertenecen a las capas medias y medias bajas, cuyos ingresos se han visto mermados seriamente en los últimos años, los mismos que esperaban verse beneficiados de la disminución de las cuotas escolares, un tema tan mal abordado y peor resuelto por los funcionarios del amanecer.
Más contundente es la evaluación realizada por el PRI. El dirigente estatal, Guillermo Dowell, calificó al gobierno de Corral como uno “alejado de la gente”.
Dowell realizó un increíble diagnóstico de las razones por las que votaron los chihuahuenses, las que, por tanto, serían las cosas que la gente detectó como existentes en la administración de Duarte. El presidente priista dijo que ”La gente votó por el respeto a la división de poderes, limpieza, transparencia y por menos deuda”.
Todo ello enmedio de una indudable crisis financiera, agravada por los incipientes nubarrones a causa de la llegada de Donald Trump a la presidencia de los EU, hecho que repercutirá seriamente en nuestra entidad.
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