
Chihuahua, Chih.
Luego del asesinato del propagandista de la ultraderecha estadounidense Charlie Kirk, son tantos los temas que están puestos en la mesa que difícilmente se puede optar por alguno sin desdeñar tópicos importantes.
Por ello, deseo iniciar la presente colaboración enfatizando la labor de propagandista que Kirk realizaba. A estas alturas, fácilmente se puede acceder a la trayectoria de este sujeto para comenzar a tejer el fatídico relato que ahora le da vuelta al mundo.
Para entender que es un “propagandista” hay que recordar que la “propaganda” es -en estricto sentido- información que se comparte con el propósito de convencer para conseguir apoyo sobre un partido, idea, causa u cualquier otro objetivo.
Sin embargo, el término ha cambiado con el tiempo y el peso de hechos históricos de grandes costos para la humanidad, para llegar a referirse a información muy manipulada u objetivamente falsa que de fondo pretende recurrir a los miedos, deseos y prejuicios de las personas y así, lograr apoyo en causas subyacentes a lo que de inicio se propone. De manera regular, la propaganda refiere a temas belicistas o políticos.
Así, se puede decir que los propagandistas son sus artífices.
Los propagandistas modernos usan noticias falsas, sacan de contexto a personas o situaciones para tergiversarles, entre otras herramientas para lograr determinada opinión.
Nunca antes habían sido tan eficientes porque en el mundo digital pueden acceder a la recolección masiva de datos personales de millones con lo que diseñan mensajes específicamente ajustados a sus preferencias. El común de estos, es que no es contenido legítimo ni comprobable pero no importa, actúan como si lo fuera; lo que ayuda a propagar la desinformación y discursos de odio.
En todos lados existen estos personajes, hombres y mujeres que se caracterizan por ser fársicos, violentos, estridentes y autoritarios. Lily Téllez, Kenia Rabadán y en lo local, hay dos a los que me deseo referir muy especialmente, ya que sus posturas no tienen asidero moral, ético, jurídico, legal, de legitimidad y solo ocupan espacios legislativos por explotar al máximo las herramientas previamente mencionadas.
Me refiero a Carlos Olson San Vicente y a Francisco Sánchez de Movimiento Ciudadano.
Comencemos por Olson.
A propósito del atentado contra Kirk declaró, en un video colgado en sus redes sociales (sacado de inmediato y sin contar con la confirmación de su muerte ni una declaración oficial): “se habla mucho de la tolerancia desde la llamada cultura woke y la ideología de género; pero los hechos demuestran algo muy distinto, quienes dicen defender la inclusión y la diversidad no toleran la diversidad de pensamiento y en casos extremos, llegan incluso a quitar la vida”; es decir, se colgó de la narrativa a la que siempre recurre la derecha y su versión más extrema para sembrar acusaciones: culpar a las disidencias y poblaciones en situación de vulnerabilidad para estigmatizarles, sin ninguna prueba de sus señalamientos. “A Kirk lo mató el feminismo y la LGBTTIQ+” declararon muchos más como él. ¡Vaya chasco saber que fue uno de ellos mismos quien empuñó y disparó el arma!
Cuando lo increpé por su yerro en comentarios de la publicación de su video, respondió: Una cosa es tener un arma para defender tu vida, tu familia y tu patrimonio, y otra muy distinta es usarla para asesinar. No confundamos la legítima defensa con el crimen. El debate no es sobre si existen armas, sino sobre cómo se usan. Un ciudadano armado para protegerse no es lo mismo que un criminal que dispara para callar a alguien. Lo primero es un derecho, lo segundo es un delito.
La declaración es preocupante porque siendo legislador su quehacer debería basarse en hechos científicos, medibles y cuantificables sobre realidad social para emitir declaraciones, porque al hacerlas a la ligera, pone en severo riesgo a quien criminaliza y estigmatiza, peor aún, en el clima de polarización que con sus bulos esta alimentando.
Ahora, hablemos con “factos” como los conservadores misóginos y tránsfobos, dicen:
En nuestro país para poseer un arma hay que ser mayor de edad, no tener antecedentes penales, acreditar el motivo de la posesión (defensa, caza, tiro deportivo o colección) y proporcionar los datos del arma incluyendo tipo, modelo, fabricante, calibre y número de serie. Esto solo para la posesión, porque la portación fuera del domicilio solo es permitida bajo reglas estrictas y especiales para agentes de seguridad del estado y particulares; los permisos los otorga la Secretaría de la Defensa tras rigurosa investigación.
Por ende, no existe un “derecho” como tal a portar armas.
Por su parte, Francisco Sánchez, mejor conocido por alimentar su presencia pública de tragedias mediáticas, en mayo de 2022 prometió foros de consulta y parlamento abierto para “analizar junto a la sociedad civil y colectivos de mujeres, la posibilidad de facilitar el libre porte de armas para mujeres” en la construcción de lo que pretendía llamar “Ley Ni una Menos”.
Jamás sucedieron. Con su estridente propuesta pretendió hacer creer que brindaría mayor protección a las mujeres, pero en un país y un estado altamente feminicida, un mayor acceso a armas implicaría de inmediato un incremento meteórico de los asesinatos de mujeres por razones de género.
Y es que, aunque la posibilidad de poseer armas exista, no quiere decir que sea deseable que se fomente su uso.
Las infancias y adolescencias no pueden comprar alcohol porque la sociedad busca proteger su salud, además de cuidar al resto de la ciudadanía de problemáticas sociales que se asocian a su consumo; de igual forma, regular las armas e inhibir su acceso en el mercado pretende proteger de la violencia armada a las personas.
Atendemos a un contrato social que busca el bienestar de toda la ciudadanía, quienes fomentan o promueven el discurso de la posesión de armas, atienden única y exclusivamente a sus intereses personales.
Más armas significan más homicidios y feminicidios, el incremento de estos delitos, cuando hay un mayor acceso no debe tomarse a la ligera; en México, la operación “Rápido y Furioso” nos dejó esa dolorosa lección.
Las opiniones como las de Olson y Sánchez demuestran el fracaso del Estado frente a su obligación con las personas a garantizar su derecho humano a la seguridad y la vida y por ello, habrá que señalar la negligencia criminal de los propagandistas de la ultraderecha en nuestro estado, que abrazan las peores ideas de regímenes que se tambalean y para sostenerse, recurren a matarse entre ellos para convertirse en mártires que sostengan sus farsas e intereses.
Porque las armas no distinguen, las balas que defienden les alcanzan incluso a ellos.
@marielousalomé
1.https://www.facebook.com/SoyOlson
https://oem.com.mx/elheraldodechihuahua/local/proxima-semana-anunciara-diputado-cronograma-de-foros-para-el-libre-porte-de-armas-para-mujeres-14486930