La SEP y la pedagogía del distanciamiento

La SEP y la pedagogía del distanciamiento 6 de junio de 2020

Leonardo Meza Jara

Chihuahua, Chih.

I- Hacia la segunda semana del mes de abril, la Subsecretaría de Educación Superior de la SEP convocó a maestros de la Universidad Pedagógica Nacional, de las Normales y de otras instituciones, para dictaminar la pertinencia del material digital (videos) que se estaría usando en la estrategia “Aprende en casa”. Los maestros de educación superior participaron revisando y haciendo recomendaciones sobre los videos educativos de la estrategia televisiva, que atendió a los niveles de educación preescolar, primaria y secundaria. 

Las decenas de programas educativos que se transmitieron por televisión, desde el 20 de abril hasta el 5 de junio, fueron seleccionados a partir de un conjunto de videos que habían sido producidos con anterioridad. Es decir, los videos que fueron parte del repertorio de “Aprende en casa”, no se produjeron expresamente para atender la emergencia educativa durante la pandemia, sino que fueron tomados de un conjunto que ya existía previamente, entre programas de televisión educativa, videos alojados en la plataforma de Youtube y en otras plataformas digitales. 

De esta manera, la SEP comenzó a armar un complejo rompecabezas videográfico y pedagógico, segmentado por: niveles educativos, asignaturas, contenidos, aprendizajes esperados, horarios, etc. Las piezas con las que se armó el rompecabezas de “Aprende en casa”, son las que tuvieron a la mano la SEP y los especialistas que apoyaron en esta tarea.

Desde luego que cabe la pregunta: ¿Estos videos estarían cubriendo los contenidos curriculares (temas, aprendizajes esperados, competencias, etc.) que se requieren cubrir para cada una de las asignaturas, en cada uno de los grados? Lo más lógico, es que los videos seleccionados para la estrategia educativa de “Aprende en casa”, no cubriesen los contenidos curriculares de cada una de las asignaturas, en cada uno de los grados. De hecho, esto fue lo que sucedió. 

La estrategia educativa de la SEP tiene la forma de un artificio, es un ensamblaje de piezas curriculares y pedagógicas, que a primera vista resulta extraño. En la elaboración de un artificio se hace presentes cualidades artísticas que son propias del ingenio, la creatividad y la destreza humanas. Al producir un artificio se tiene que ser ingenioso y creativo, pero a su vez, se recurre a la falta de naturalidad, el encubrimiento y la simulación. 

Los contenidos curriculares y los fundamentos pedagógicos que constituyeron la estrategia educativa de la SEP en Chihuahua, son las piezas de un enorme rompecabezas que tienen diferentes formas y diferentes lógicas de ensamblaje, que a lo largo de dos meses fueron siendo movilizadas para armar una figura, medianamente coherente. 

Este rompecabezas, formado por contenidos curriculares y por estrategias pedagógicas, no se reduce a la estrategia televisiva de “Aprende en casa”. A lo largo de dos meses, la educación en Chihuahua caminó a partir de 4 ejes:

- Las clases televisadas mediante la estrategia “Aprende en casa”.

- Los folletos diseñados por el gobierno del Estado, que no se aplicaron en todos los niveles.

- Las clases que se trabajaron a través de plataformas digitales mediante Zoom, Google y otros medios.

- Las actividades diseñadas por los propios maestros para que los alumnos las realizaran en casa.  

Durante las semanas de la pandemia, las piezas de este rompecabezas fueron siendo armadas de manera artificiosa bajo la dirección de la SEP.  

La coherencia, la armonía y la sincronía de los 4 ejes mencionados, de los contenidos curriculares que fueron abordados y de las estrategias pedagógicas que se pusieron en marcha, están en duda respecto a su funcionalidad y su eficacia. Pero, están en duda sobre todo respecto a uno de los principios que fundamenta el proyecto de la Nueva Escuela Mexicana: la humanización del acto educativo. 

¿La educación, las formas de educación que prevalecieron a lo largo de los meses de la pandemia, fueron humanistas, procuraron centrarse en las condiciones personales, familiares y sociales, de quienes fueron partícipes de este proceso? ¿O más bien, tendríamos que estar hablando de una deshumanización del proceso educativo? 

 


II.- Una de las principales fallas de la estrategia educativa de la SEP durante la pandemia, que ha sido señalada por diversos autores, es la confusión entre los tiempos de la escuela y los tiempos de la casa. Esto dio lugar a la pérdida de la autonomía y de los tiempos de ocio de las personas. Paul Lafarge, quien fue yerno de Carlos Marx, tiene un libro cuyo título nos lleva a criticar el secuestro de los tiempos personales y familiares que se vivieron: “El derecho a la pereza” (2010). 

Pero, el efecto más cuestionable de la estrategia educativa de la SEP durante la pandemia, ha sido la imposición de una forma de trabajo educativo que condujo a un que-hacer que no resulta claro todavía. 

Las autoridades educativas les indicaron a los maestros una serie de acciones por realizar. La estrategia televisiva de “Aprende en casa” contenía un conjunto de acciones alternas, que tenían que llevar a cabo los alumnos y que debían considerar los maestros. Los maestros (de grupo, de inglés, de deporte, de artes, de computación, etc.) diseñaron un conjunto de acciones propias, que le fueron indicadas a los alumnos y los padres de familia. A su vez, los padres condujeron a sus hijos a través de una serie de acciones que les fueron transmitidas por la televisión y por los maestros.   

Lo que tuvo lugar, es un que-hacer que se acumula sobre otro qué-hacer, y sobre otro que-hacer más, hasta la exhaustividad y el desgaste. Lo que tuvo lugar fue un que-hacer que se desdobló de unos actores educativos hacia otros, que se dispersó de diferentes maneras en los distintos niveles educativos, y que terminó multiplicándose de manera abrumadora. Esto le dio forma a un remolino de acciones desdobladas, multiplicadas y dispersas que se tragó la vida de los alumnos, los padres y los maestros durante dos meses. 

Alguien puede responder a la pregunta: ¿Cuál es el sentido de este que-hacer que se desdobla, se dispersa y se multiplica? Este que-hacer que se desdobla repetida y aceleradamente, ha sido analizado por Byung-Chul Han: 

“El mito de Prometeo puede reinterpretarse considerándolo una escena del aparato psíquico del sujeto de rendimiento contemporáneo, que se violenta a sí mismo, que está en guerra consigo mismo. En realidad, el sujeto de rendimiento que se cree en libertad, se halla tan encadenado como Prometeo. El águila que devora su hígado en constante crecimiento es su álter ego, con el cual está en guerra. Así visto, la relación de Prometeo y el águila, es una relación consigo mismo, una relación de autoexplotación. El dolor del hígado, que en sí es indoloro, es el cansancio” (“La sociedad del cansancio, 2016, P. 9).

En una sociedad dominada por el trabajo exhaustivo y la exigencia de un rendimiento laboral cada vez mayor, los seres humanos se convierten en explotadores de sí mismos. A esto se refiere Byung Chul-Han como “autoexplotación”. 

Ya no es necesario que los seres humanos seamos explotados por otros, sino que estamos aprendiendo a explotarnos a nosotros mismos. El Prometeo del Siglo XXI, es el sujeto que está dispuesto a explotarse a sí mismo hasta la exhaustividad y el cansancio. Es el que llega a dormir y sueña que trabaja, y al día siguiente, se levanta para trabajar de nueva cuenta. 

 


III.- Otra cualidad de las medidas tomadas por la SEP que también resulta criticable, es la creación de facto de un distanciamiento pedagógico, que se deriva de la estrategia de distanciamiento social durante la cuarentena. 

Lo primero que hay que observar en este caso, es la manera en que se construye el conocimiento educativo, en base a otros campos de saber humano. El distanciamiento pedagógico que ha tenido lugar en los dos últimos meses, se deriva de un saber epidemiológico y sociológico, creado en base a una figura que se pretende lúdica: “Su-sana distancia”. Pero, este distanciamiento trae consigo una serie de condicionamientos de las relaciones humanas, que requieren ser analizados a profundidad en el contexto neoliberal. 

Primero, tuvo lugar un conocimiento epidemiológico y sociológico, que dio lugar a la creación de un dispositivo de distanciamiento y aislamiento. Enseguida, a partir de ello, se ha ido construyendo de forma accidentada una pedagogía del distanciamiento. Pero, esta pedagogía del distanciamiento tiene una forma extraña, ya que la lógica del distanciamiento ha funcionado paralelamente junto con una proximidad virtualizada.

El primer indicio que se tiene a la mano para analizar la proximidad virtualizada entre los sujetos educativos, son los contactos y la forma en que se establecieron estos contactos a través del Whats App, el Messenger y otros dispositivos de comunicación. Desde luego, que estos contactos entre autoridades educativas, maestros, alumnos y padres, pudieron ser mayores o menores en su intensidad (lo cualitativo) y en su número (lo cuantitativo). Lo que estuvo atravesando la intensidad y el número estos contactos, es el que-hacer multiplicado que fue analizado en el punto anterior. 

En estas semanas, el que-hacer educativo ha sido distante, porque los sujetos actúan educativamente separados por kilómetros. Pero este que-hacer, es a la vez un que-hacer próximo, mediado por un conjunto de acciones educativas que se repiten y se multiplican. Es la repetición y la multiplicación de la acción educativa, lo que dio lugar a una proximidad virtualizada entre los sujetos educativos.   

Aquí se hace presente una de las cualidades de las sociedades posmodernas: el multitask, la realización de múltiples tareas por parte de miles de sujetos, en un tiempo que se desdobla hacia el que-hacer mismo. Una de las cualidades del alma educativa en el siglo XXI es el multitask, que se ha hecho presente de manera intensiva en el Sistema Educativo Nacional, durante los meses de la pandemia en México.  El multitask puede incluso tomar la forma del absurdo: Todos haciendo muchas cosas, muchos haciendo todas las cosas, sin que este que-hacer tenga una forma y unos objetivos claros y precisos. 

En los meses posteriores a la pandemia, la pedagogía del distanciamiento irá tomando otras formas como: la separación de un metro y medio entre las personas, la separación de los alumnos para que asistan a clases en distintos momentos, los filtros que separaran a los enfermos de los no enfermos, la desconfianza personal que está atravesada por el miedo al contagio, la exhaustividad en el aseo personal y en los diferentes lugares de los edificios escolares. 

Sin duda, esta pedagogía del distanciamiento afectará negativamente las relaciones humanas entre los maestros, los padres y los alumnos. En este sentido, una de las preguntas claves a responder es la siguiente: ¿De qué manera tendríamos que actuar, ante la imposición de facto de una pedagogía del distanciamiento, en una era neoliberal dominada por el individualismo y la ruptura de los lazos sociales?...

 

Leonardo Meza Jara

Maestro, analista político.