La ‘porosidad’ de la seguridad norteamericana
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La ‘porosidad’ de la seguridad norteamericana 13 de febrero de 2025

Luis Javier Valero Flores

Chihuahua, Chih.

Durante años se adujo que la porosidad de la frontera entre México y Estados Unidos, para el tráfico de estupefacientes, era responsabilidad exclusiva del lado mexicano.

Que los corruptos éramos los mexicanos, durante décadas escuchamos esas cantaletas.

Con razón se aducía -se aduce- que para que tal negocio  fuera exitoso se necesitaba la participación decidida de la parte norteamericana.

Las amenazas arancelarias de Donald Trump, que se han convertido en un revulsivo para el gobierno de México, a fin de que cambiara la política seguida en el sexenio anterior en el combate a las drogas, ahora,aparentemente también se han convertido en un revulsivo para indagar y hallar las rutas del tráfico de fentanilo del lado norteamericano droga sobre la que el nuevo gobierno norteamericano ha expresado su  más honda preocupación.

Sin embargo, por lo menos 3 hechos, ocurridos en las últimas semanas, dan cuenta de que, al menos en el caso del tráfico de fentanilo, los traficantes, distribuidores, introductores y principales beneficiarios del tráfico de esta sustancia no son, ni los inmigrantes ilegales de otras nacionalidades, ajenas a la mexicana, ni los traficantes mexicanos, los principales responsables de ello.

La revelación de la operación de traficantes en la puerta 28 del muro establecido entre Juárez y El Paso, que reveló, además, la ejecución de operativos, detallados y eficaces para introducir en aquel país a cientosde migrantes, mediante la participación de agentes de la patrulla fronteriza norteamericana, que permitían la apertura sincronizada de esa puerta y la llegada de vehículos adecuados para el traslado de muchas personas hacia territorio norteamericano y muy profundamente, se vienea sumar la detención de un agente de la patrulla fronteriza en El Paso, acusado de participar durante años en el tráfico de drogas y de personas en la frontera de El Paso.

Y, por otro lado, las declaraciones del ex jefe de las operaciones de la DEA, Mike Vigil.

«El exdirector de Operaciones Internacionales de la DEA, Mike Vigil dijo a EFE que la mayoría del fentanilo que entra por la frontera con México a Estados Unidos llega camuflado por las garitas o los puntos de entrada oficiales y además a manos de estadounidenses, no de inmigrantes». (Nota de EFE, El Universal, 12/2/25).

Esas declaraciones, lo que hacen es ratificar lo publicado por el periódico de New York Times, en el sentido de que la mayor parte del fentanilo que ingresa hacia Estados Unidos, es introducido por ciudadanos norteamericanos, a bordo de vehículos personales.

«… la Comisión de Sentencias de Estados Unidos señala que cerca del 90% de las detenciones por tráfico de fentanilo ocurren en las garitas y 86.4% de los procesados son ciudadanos estadounidenses». (Ibídem).

Además, Vigil sostuvo lo que, desde hace décadas, infinidad de actores de este problema, a uno y otro lado de la frontera, han sostenido. Que la militarización no va a detener el narcotráfico del peligroso opioide sintético.

Todo lo anterior, no hace más que ratificar la complejidad de este nuevo tráfico, o por lo menos del incremento en las cantidades de esta sustancia que se está convirtiendo en uno de los peores plagas sobre la sociedad norteamericana, especialmente, pero no sólo.

¿Para hacer todo lo anterior se necesitaba que llegara un ‘revulsivo’ como Trump?

Columna de Plata de la Asociación de Periodistas de Cd. Juárez (APCJ): 2008, 2015, 2017, 2022 y 2023

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Luis Javier Valero Flores

Director General de Aserto. Columnista de El Diario