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Estancias infantiles, desinformación, apresuramiento, improvisación

Está bien, pero está mal

Estancias infantiles, desinformación, apresuramiento, improvisación 17 de febrero de 2019

León Reyes Castro

Acepto, participo y me da gusto que la 4T esté cubierta de una gran legalidad y legitimidad. Desde que se mide la opinión pública en este país, ningún gobierno había tenido una aprobación comparable a la que hoy tiene Andrés Manuel Obrador en lo personal. En contraste, cuando menos yo no tengo a la mano, no hay datos que nos den luz sobre el grado de aprobación que tienen sus colaboradores.

No me causa sorpresa que los que estamos de acuerdo con el QUÉ, pero diferimos en el CÓMO, seamos blanco favorito de los ataques, muchas veces llenos de improperios, descalificaciones personales y, obvio, del menosprecio de los que integran el voto y el apoyo duro de AMLO. Así es en todo el mundo, así son las masas, sienten, no piensan, saben lo que odian pero no saben construir el futuro.

Nuestro país, ayuno de experiencias democráticas, hoy ha depositado su confianza, su fe, en un hombre fuerte, pero siembre habremos unos cuantos que no somos afectos al dogma, a la ideología, al caudillo o al hombre fuerte y que sin cortapisas expresaremos nuestra visión.

Es probable que de cada diez personas que me den su venia de leer esta columna, ocho no compartirán mi opinión. No me importa, se escribe para escribir, se piensa para pensar y que el tiempo ponga a cada quien en su lugar.

Mi formación profesional, mi experiencia laboral y mi praxis política me han formado para que una decisión sea la culminación de un proceso que inicia con la producción de información, su captura, su procesamiento, su interpretación y su valoración, en riguroso orden.

Comparto totalmente los objetivos planteados por López Obrador pero me parece que algunas de las decisiones que está tomando carecen de un previo proceso de análisis y reflexión, lo cual es preocupante porque dichas decisiones van a cristalizar en la definición de las políticas públicas de su gobierno, me refiero en especial a las que impactan a todo el país como es la constitución de la guardia nacional o la reducción del 50% del presupuesto al Programa de Estancias Infantiles.

En los dos casos la pregunta es: ¿Qué información tuvo a la mano el Presidente para decidir militarizar el país, cuando durante años sostuvo que la seguridad pública debía estar en manos de los civiles?

Lo mismo sucede en el caso de las guarderías. ¿Qué llevó a Andrés Manuel a que de un plumazo incumpliera la tercera de las 100 promesas a las que se comprometió el día de su toma de posesión y que las expresó en el zócalo frente a decenas de miles de sus seguidores? Así lo dijo: “Se mantendrán las estancias infantiles de la antigua Secretaría de Desarrollo Social y se regularizarán los CENDIS del Partido del trabajo. Ambos programas tendrán recursos garantizados en el presupuesto pasarán a formar parte de la Secretaría del Bienestar y de Educación Pública”.

Solo que el presidente de la República tenga en sus manos información que no conocemos.

Únicamente hay dos trabajos, ninguno de ellos concluyentes, que evalúan aspectos negativos sobre el funcionamiento del programa de estancias infantiles. Uno lo ejecutó Santiago Nieto, antes titular de la FEPADE y ahora de la Unidad de Inteligencia Financiera, donde señala que en el programa de estancias infantiles hay casos de corrupción.

El otro trabajo es el realizado, dentro de sus facultades institucionales, por la Auditoria Superior de la Federación, en el que también se señalan casos y procesos de corrupción. No dudo que estos señalamientos sean ciertos, nada más que las observaciones de la ASF deben ser cumplimentadas por una aclaración de la observación y hay un abanico de sanciones que deben aplicarse según la gravedad de la falta. Hasta donde se sabe en ningún caso se ha hecho.

Perla Miranda de El Universal publica en la edición digital del 13 de febrero, un artículo titulado “Estancias Tienen a 94% de usuarios satisfechos” donde se refiere al informe emitido por CONEVAL sobre el ciclo 2017-2018, en él se reconoce que “El 94% de los beneficiarios consideraron que el programa de estancias infantiles contribuye a mejorar su calidad de vida porque pudieron mantener un empleo y acceder a servicios para el cuidado y desarrollo de sus Hijos”.

Así mismo señala que dicho programa les dio posibilidad a madres y padres de tener un espacio libre para dedicarse al trabajo estudiar y que buena parte de los beneficiarios son niñas y niños con discapacidad. El 96.5 % de los encuestados reconocieron que sus hijos presentaron avances positivos en el desarrollo del lenguaje y en sus habilidades sociales, mientras que el 98 % en el desarrollo motríz.

Es importante comentar que el 70% de los atendidos en estancias infantiles de México, los cubre este programa, el cual se destina a hijas e hijos de familias que no cuentan con seguridad social y por tanto de muy bajos ingresos. El programa también sirve para compensar la subcobertura de las estancias infantiles del IMSS y del ISSSTE que normalmente están sobresaturadas.

Hay datos muy importantes, como que el universo presupuestario que revisó la ASF fue solo el 1.8% de un presupuesto de 4 mil millones y que se han capacitado a 50 mil trabajadores por un programa internacionalmente, con 12 años de funcionamiento. Por otra parte, el 77% de las madres beneficiadas se incorporaron al mercado laboral coadyuvando al ingreso familiar; también favorecieron el que las madres solteras pudieran trabajar y dejar a sus hijos en un lugar seguro.

Junto al daño directo causado por la disminución del 50% del presupuesto a las estancias infantiles, hay una serie de daños transversales y colaterales que son importantes.

Tomaré ejemplos de mi propia experiencia, me formé estudiando planeación regional, desarrollo rural, atención a grupos sociales en pobreza y durante 20 años trabajé organizando a productores rurales, atendiendo a sectores urbanos en condición de pobreza, a grupos vulnerables y cotidianamente comprobé que las prioridades de las personas enfrentadas a la angustia de la sobrevivencia y a deformaciones culturales, muchas veces destinan los apoyos financieros y materiales que reciben a distintos objetivos.

¿Cuántas veces se ha visto que las pensiones para adultos mayores son arrebatadas a su destinatario para alimentar los vicios de los jóvenes o que los niños son inscritos en las escuelas para llenar el requisito de Prospera y retirados inmediatamente una vez asegurada la beca para la permanencia escolar?

¿O en cuántas otras se ha comprobado que beneficiarios de programas de desarrollo rural revenden el fertilizante o la semilla? Las colectivas ganaderas o huertos colectivos terminaron desapareciendo ya que los destinatarios se dedicaron a desviar los recursos.

En el caso de las estancias infantiles, el Estado debe cumplir sus obligaciones constitucionales, establecidas en los artículos 3º y 4º de la Carta Magna porque es corresponsable de proteger a la niñez y hacer de la democracia un estilo de vida.

La decisión de reducir 2 mil millones de pesos al programa de estancias infantiles, no solo es una medida conservadora, es reaccionaria porque representa un retroceso en relación a un proyecto de nación que debería tener soporte en un estado benefactor.

Un país de más de 135 millones no se puede gobernar con base en que por primera vez en décadas hay un presidente bueno, los países se gobiernan con instituciones, con ritmo, con reflexiones, con deliberaciones. Primero se hace el diagnóstico y luego se toma la decisión. En el caso de las estancias infantiles se optó por el “botepronto”.

En cuanto a la declaración del Secretario de Hacienda, Dr. Carlos Urzua, funcionario que para mí tiene las mejores credenciales para atender su encargo, en el tema de las estancias infantiles me arranca una sonrisa, le salió a flote un profundo clasismo, propio de las clases dominantes y le doy respuesta con una frase que sobre este tema dijo Petra Esperanza, mi madre: “Yo cuidé a diez hijos porque los parí, y los parí porque no había anticonceptivos, pero si se trata de cuidar nietos que los cuide…. su madre”.