El PRI que ya no me representa

El PRI que ya no me representa 11 de julio de 2017

Verónica Villegas

Chihuahua, Chih.

Miro de nuevo mi vieja credencial del FJR, esa que le pedí a mi abuela Nena me llevara a tramitar al viejo edificio de la calle Progreso; en esa credencial dónde está mi foto de menos de quince años y mi ojos con la esperanza que era el primer paso para, según yo, transformar el país y el estado, ese partido del que yo estaba orgullosa y en el que poco o mucho fui parte, ya no existe, no sé exactamente en qué momento se perdió, en qué momento renunció a sus principios fundadores, se abandonó sus ideales, programas e instituciones por intereses ajenos.

A través de ese partido recibí muchísimo: instituciones sólidas, gobiernos en paz, una relativa tranquilidad social y hasta cierto punto la tranquilidad de que, si estudiaba, me preparaba y trabajaba arduamente mi futuro y el de mi familia y la comunidad estaban asegurados, serían dignos y solidarios.

A ese partido mi familia le entregó mucho, desde mi bisabuelo con toda una vida de militancia dentro del mismo y el mandato de gobernar el estado en una de sus etapas más duras y complicadas, de mi abuela Nena que es y será mi gran ejemplo, que me enseñó a amarlo y a trabajar por él, desde la de pegar calcomanías, los domingos de cruceros, cientos de mítines y campañas, reuniones con mis vecinos y amigos para darles a conocer las propuestas de cada campaña.

Hoy el partido está tomado por intereses oscuros que no representan los intereses de nosotros los simpatizantes, intereses oscuros que se niegan a ver que estamos postrados en la peor derrota de nuestra historia, que pelean por los despojos que dejaron convertido el partido y que en lugar de trabajar para la sociedad y ser verdaderos críticos del nulo resultado del gobierno del nuevo amanecer, están sumidos en una guerra que a nadie o a muy pocos va a beneficiar.

Apoyé, en poco o mucho, dentro de mis posibilidades, las campañas y proyectos políticos de todos mis amigos y amigas candidatos, y de muchas personas que aunque no lo eran, me identificaba con sus proyectos para un mejor estado.

Puede que a nadie le interese esta reflexión, pero sentía la necesidad de hacerla pública, porque de esta forma siempre fue mi simpatía por la institución, solo fui una simpatizante como muchos otros, mi salida no afectará nada, pero consideren que, así como yo existen muchas personas.

Que no se diga que me fui por la puerta de atrás y escondiéndome, recibí mucho pero de igual forma dí y dejé mucho trabajo y esfuerzo en el camino.

Estamos en paz.