Miro de nuevo mi vieja credencial del FJR, esa que le pedí a mi abuela Nena me llevara a tramitar al viejo edificio de la calle Progreso; en esa credencial dónde está mi foto de menos de quince años y mi ojos con la esperanza que era el primer paso para, según yo, transformar el país y el estado, ese partido del que yo estaba orgullosa y en el ...