Chihuahua, Chih.
El que cree, crea...
Jodorowsky
En la víspera del primer informe de gobierno de Andrés Manuel López Obrador, presidente de la república mexicana, quiero destacar la configuración de poder en cuanto esquema de relación entre el Poder Ejecutivo y la sociedad, sin abonar a la feria de datos y diatribas, en las que se encuentran las líneas del cambio de la cuarta transformación.
Antecedente mediato: cuando existía un partido hegemónico y un sistema satelital de partidos; democracia corporativizada, donde las organizaciones gremiales eran los intermediarios efectivos entre el poder político y la ciudadanía; recurrencia a la represión y limitada libertad de expresión.
Así la paz priísta hasta 1982.
Antecedente inmediato: pluralismo de partidos y hegemonía empresarial, sin ella no se entendería el proyecto de reformas estructurales. Democracia electoral. Desmantelamiento funcional de las organizaciones gremiales a excepción de las empresariales. Cohabitación de los poderes constitucionales con la novedad de los entes autónomos. Ampliación de la libertad de expresión con mayor dependencia de los recursos públicos. El clientelismo se centra en las élites a través de las asociaciones sindicales, patronales y asociaciones civiles. Una reconfiguración de las élites y el poder. La represión oficial continúa y se agrega la violencia criminal.
La ruptura de la paz priísta.
La cuarta transformación es un cambio si se considera que el actual gobierno hace énfasis en la democracia participativa como digno par de la democracia electoral -el proyecto de referéndum para la revocación del mandato que se inició ante el Congreso, por ejemplo-.
Las intermediaciones entre el poder y los gobernados quedan reducidas a expresión mínima, el aparato de gobierno (su burocracia) en relación directa con el ciudadano, en el ideal de un servicio público eficiente y sin corrupción.
Libertad de expresión y medios autosustentables. Sin represión y con apoyo militar en diversas encomiendas civiles de origen ¿Logrará la pacificación?
Estas especificaciones son políticas y, sin salirse de ellas, se tienen detalles por anotar.
Para los partidos políticos el fortalecimiento de la democracia participativa la ven en contra de sus intereses, un aliento a la concentración del poder.
Por su parte, la 4T encuentra en la democracia participativa una herramienta correctiva al ejercicio del poder; las organizaciones de la autollamada sociedad civil, del campo, los entes autónomos y toda la red de intermediarios que extraen recursos públicos también alegan concentración de poder.
No hay contrapesos, consignan.
Para la 4T las decisiones del Ejecutivo están dentro de las atribuciones constitucionales y se modulan por el diálogo entre poderes, los contrapesos establecidos en la Constitución.
En medio se encuentra un modelo de austeridad para desarrollar políticas del bienestar. Una relación con los empresarios en la operación de una cuidadosa cirugía que separe el poder político del económico.
Así veo las cosas rumbo al primer informe de gobierno.
Salud y larga vida
Profesor por Oposición de la Facultad de Derecho de la UACH.
@profesor_F
Francisco Flores Legarda
Analista. Profesor por Oposición de la Facultad de Derecho de UACH
@profesor_F