Chihuahua, Chih.
“Un Estado debe ser laico. Los Estados confesionales terminan mal. Esto va contra la Historia. Creo que una laicidad acompañada de una sólida ley que garantice la libertad religiosa ofrece un marco para avanzar": Papa Francisco
Que la curia católica y las amplias redes evangélicas operaron políticamente para inhibir la votación por Morena y favorecer así a la virtual gobernadora, utilizando como moneda de cambio los avances en materia de derechos humanos que una agenda ciudadana progresista ha venido conquistando hace tiempo, haciéndolos parecer una amenaza…
¡Qué novedad! Ahora, frente a la eventual cascada de irregularidades que se presentaron en la jornada electoral, se ha decidido por parte de Morena y el equipo de su candidato a la gobernatura, incluir en el proceso para solicitar la anulación de la elección, elementos que demuestran que desde el púlpito así fue.
Quienes estudian y defienden la laicidad del estado, tienen sabido que esta es una práctica común que acontece en cada proceso electoral, que en esta ocasión adquiere relevancia por las peculiaridades que vivimos: una candidata vinculada a proceso con marcada agenda empresarial y por los videos que circulan, fanática religiosa que se colocó en la contienda de modo muy lejano a lo convencional; quienes se congregan en algún templo católico o evangélico, también lo saben.
Pero; ¿quién abrió esta puerta? En el pasado 2018, cerca de unas 2000 iglesias evangélicas operaron para favorecer a Andrés Manuel en su carrera por la presidencia, en una alianza que mas que alianza era un total sinsentido que, en nuestro estado y en distintos municipios, otorgó candidaturas que llegaron a los cabildos y congresos, impresentables como Marisela Sáenz, Catalina Bustillos, Misael Máynez que trabajaron consistentemente contra los derechos humanos de las mujeres, infancias, comunidad LGBTTI y en contra de la justicia social, fueron herencia de esas negociaciones. El entonces Partido Encuentro Social, que refrendó registro ahora como Solidario (conservando las siglas PES), costó al erario cerca de 500 millones de pesos junto con otros partidos satélites que, resultado de este mismo proceso, volvieron a perder su cuota de representación.
Contra todo hecho perfectamente acreditado y documentado a lo largo de la historia, se pactó con la derecha ultraconservadora que ahora, por arroparla y empoderarla, arrebató en gran medida las posibilidades de Morena para ganar la gobernatura en Chihuahua.
Desde luego que varios factores influyeron en el resultado final y no es motivo de esta colaboración meterse a definir cuáles fueron en su totalidad, tampoco valorar si Morena y sus equipos tienen solvencia moral para la denuncia del agravio cometido por la curia católica promoviendo el voto y diseminando un discurso de odio contra la actual política federal, más bien, apuntar a lo básico: tener presente la historia.
Se dirá que católicos y evangélicos son cosa diferente, el catolicismo y su presencia son una cuestión asociada a nuestra identidad nacional, el evangelismo es una suerte de perpetuación de la colonización a través de la ocupación y sometimiento del pensamiento, ambas, teniendo como mecanismo la manipulación de la fe; por fortuna, el paraguas que nos provee el estado laico no permite intromisión de ningún credo o manifestación religiosa en asuntos de estado.
La libertad religiosa como derecho es una garantía de convivencia en el país, no una licencia para operar políticamente.
La mesa está puesta, las alianzas inconfesables de Morena en otro tiempo han llegado a su extremo sumando a la derrota en la entidad; habría que ver qué tanto se aprende de los errores viejos como para no repetirlos o a efectos de mala memoria, cometerlos de nuevo, sobre todo, hoy que nos enfrentamos a un gobierno confesional y de ultraderecha que no solo es una amenaza para los derechos humanos como conquista histórica, también para el avance de la #4T
Toca defender, resistir y ahora sí, entender quién es el verdadero enemigo.
@MarieLouSalomé