Chihuahua, Chih.
En medio de las protestas de decenas de trabajadores del sector salud que abarcaron, el miércoles, diversas oficinas en el estado y hasta en la caseta de la carretera Chihuahua-Cuauhtémoc, el Congreso del Estado aprobó la reestructuración de la deuda estatal -por 48 mil millones de pesos-, tema que abordaremos el próximo domingo.
Las protestas e inconformidad de los estos trabajadores ha develado un sinfín de aspectos, pletóricos de irregularidades y evidencias de la absoluta ineficacia de las autoridades hacendarias del estado, además de la posibilidad de que el ejercicio de los recursos federales, destinados a salud, precisamente por el no pago de los bonos navideños de los trabajadores, se les finquen responsabilidades penales y administrativas a los funcionarios que resolvieron destinar a otro destino los recursos federales, origen de los bonos sexenales y navideños no pagados.
A medidas tan extremas debieron recurrir los trabajadores del sector salud para hacerse oír por la autoridad estatal, con el fin de que les fuera entregado el bono navideño.
Existe un agravante, cometida por el gobierno estatal: Resulta que para una parte de esos trabajadores, el bono tiene origen en los recursos federales, es decir, que los recursos empleados para ello están etiquetados, que el gobierno federal sí se los entregó al gobierno estatal y éste, no hay otra explicación, los ¡“jineteó”!
Y ese sí que es un enorme problema para el gobierno estatal pues en la revisión de la cuenta pública, a realizar por la Auditoría Superior de la Federación, le pueden fincar cargos, hasta penales, a los funcionarios del estado que realizaron tan ilegal transferencia.
Y el gobernador Corral aduce que para efectuar esos pagos, deberán tener -así lo dijo- “suficiencia presupuestaria”, como si los ingresos de los trabajadores pudieran estar sujetos a las eventualidades del manejo de las finanzas públicas.
Ante las protestas frente a Palacio y la exigencia de ser recibidos por el gobernador, los funcionarios estatales arguyeron que se encontraba en Juárez. Y efectivamente sí estaba en esta ciudad, en donde anunció lo de la “suficiencia”, al tiempo que les pidió a los empleados “ser comprensivos y no perjudicar el servicio ni a los pacientes”, pues pagarles significaría erogar 150 millones de pesos, que sólo los podría pagar en ¡abonos el próximo año!
Enerva la insensibilidad de los gobernantes locales. A más de 8 mil trabajadores no les han entregado ¡los vales de despensa!, que para éstos son absolutamente indispensables; además, tampoco les han entregado el bono sexenal; ni el bono navideño, que es una de las prestaciones más esperadas por ellos pues ronda en los 12 mil pesos.
¡Ah, y además, para prevenir, como si los manifestantes fueran cualquier grupo de “subversivos”, enviaron a los granaderos y una tanqueta de la Policía Estatal para evitar desaguisados!
¿Porqué no mandan a los funcionarios de Hacienda que debieron prever esta situación, desde hace meses, pues ya sabían que no tendrían los suficientes recursos para solventar estos gastos, y que la posibilidad de recursos federales extras, contingentes, estaba muy lejana?
¿Porqué no recurrieron a un préstamo de corto plazo, gestionado desde semanas atrás, para que se concretara en las fechas adecuadas, a fin de ahorrarle a los trabajadores las incomodidades de no recibir tales ingresos, absolutamente necesarios para el fin del año de miles de familias?
Y no es lo único. Una parte de los trabajadores del Instituto Chihuahuense de la Salud (Ichisal), acudió a trabajar con ropa casual, en protesta por la falta de uniformes que desde hace más de dos años no se les han renovado.
Ante las protestas, el sábado, el Secretario de Salud, Jesús Enrique Grajeda, afirmó que serían entregados “a la brevedad”.
¿Y si no hubieran protestado los pocos trabajadores que lo hicieron, incluso en contra de sus dirigentes sindicales?
¿Porqué deben recurrir a estas acciones los empleados a fin de que les entreguen las prestaciones a que tienen derecho?
Más aún ¿Con qué derecho pueden, las autoridades estatales, “jinetear” un dinero que le pertenece a los trabajadores?
¡Peor, el dirigente sindical, Pablo Serna, a lo largo de todo el conflicto, ha defendido a la autoridad, en lugar de asumirse como el dirigente de los trabajadores!
¡Cuánta insensibilidad!
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