Chihuahua, Chih.
Discurso pronunciado por la autora, en la movilización del 8 de septiembre, en defensa de la educación pública y los libros de texto gratuitos
Nos encontramos hoy, aquí, la Alianza por la Defensa del Estado Laico, ADELA; abrazando el ánimo de no dejarse avasallar y el espíritu de lucha de la causa que nos convoca para posicionarnos frente a los excesos de un gobierno que se mueve motivado por el interés de unos cuantos.
En ADELA, lo que hoy vivimos lo veníamos advirtiendo y a partir de ello, accionamos.
Cuando la fracción parlamentaria del partido que llevó al poder a la actual gobernadora intentó legislar para llevar adelante la iniciativa del pin parental, que se expresaba a través del veto para los temas de género, la inclusión, el lenguaje incluyente y la educación sexual integral; fue entonces que una movilización de grupos, colectivas, docentes e integrantes de la comunidad escolar, nos convocamos y conformamos para detener por todas las vías posibles dicha iniciativa, que de fondo, solo promovía discriminación, aumentaba las brechas de desigualdad y le otorgaba a responsables de familia la total rectoría de los contenidos que sus hijas e hijos, desde luego al amparo del Frente Nacional de Padres de Familia, enemigo histórico de la educación sexual integral; es decir, buscaban cerrar la ventana al mundo que la escuela pública provee, eliminando por completo el tan necesario intercambio de capitales culturales para generar y promover valores tan universales como la empatía, la solidaridad, el respeto, la inclusión, la no discriminación y el reconocimiento del otro, de la otra.
Luego, impugnamos y detuvimos la promoción de reformas a la ley estatal de educación que permitían la intromisión del sector empresarial y religioso en la toma de decisión en materia educativa; para luego, combatir a Formando Corazones, un programa educativo de carácter religioso que pretendía permear en la escuela pública lo que ya en las escuelas privadas se ejercía y se estableció como regla: modelos integristas de educación.
En todo momento supimos el tamaño de la amenaza y lo que enfrentábamos. La ultraderecha avanzaba y se instaló como gobierno en nuestro estado y desde entonces, sus prácticas neofascistas han borrado -por capricho de la gobernadora- el marco legal, la normatividad, el interés superior de las infancias, el respeto por la legalidad e incluso, el pudor, al no importarles ser reconocidos en toda su ineptitud y corrupción y convertir a nuestro estado en una burla nacional.
Sus avances han violentado sistemáticamente derechos humanos y la laicidad del estado.
Sabemos y así reconocemos por ser la materia de nuestra labor, que un gobierno que toma medidas tremendamente impopulares, como las que están por venir que, en la prohibición para la entrega de los libros de texto, que le impondrán un costo económico a los materiales que se busca se usen en el aula, con lo que se anula la posibilidad de ejercer el derecho a la educación de niñas y niños más vulnerables por no garantizar universalidad, solo tiene de fondo una razón: los fundamentalismos religiosos motivados por pánicos morales que bajo escenarios hipotéticos, estigmatizan actores y colocan en el imaginario amenazas inexistentes que solo surten efectos en la cabeza de quien los idea.
La derecha es experta en ello.
Hoy, el escenario catastrófico que nos dibujan es que, con la implementación de la Nueva Escuela Mexicana las infancias NO podrán insertarse en el campo laboral; el estigma y satanización hoy la hacen recaer sobre los hombros de docentes innovadores que diseñaron los libros, que la misma gobernadora define como “basura” desdeñando su empeño y trabajo en el aula mientras se permiten imaginar en sus cabezas, maquetas que enseñan a masturbarse o a que les digan a niños y niñas con quién acostarse.
Nuevamente, lo afirmamos, son ideas prejuiciosas de criterios deformados por una pésima educación sexual, con un sesgo religioso, si es que en alguna ocasión la recibieron.
La ultraderecha, hoy representada por el gobierno de Maru Campos Galván, impide deliberadamente los libros de texto gratuito porque promueven un cambio de paradigma y recogen el mandato de la Carta Magna al manifestar que todas las personas somos iguales en derechos y dignidad, otorgando herramientas para ello, todo gestionado con el piso parejo de gestión que provee la laicidad, por tanto, a esta derecha misógina, lgbttfóbica, racista, clasista, xenófoba, conservadora, ultramontana, beligerante con las personas que migran, hoy nos hacemos presentes para exigirle la inmediata entrega de los LTG.
Tenemos que decirlo claramente, es desprecio lo que sienten los empresarios por quienes están en condición de vulnerabilidad económica y así está claramente dibujado. Les aterra que los libros cuestionen su estatus y hagan ver a las personas subalternas que pueden cambiar las reglas y las posibilidades sociales. No están de acuerdo en ser tratados como iguales.
Por otro lado, históricamente quieren continuar con la invisibilización y desconocimiento de los derechos de las comunidades LGBT.
Por ideas religiosas y conservadoras, Maru y quienes están detrás de ella, luchan por negar la simple existencia de a quienes hoy abrazamos: nuestras compañeras trans, nuestros aliados gays, nuestras camaradas lesbianas.
De eso se compone la campaña que desprestigia los libros tratando de engañar diciendo que poseen ideología de género; exaltan discursos de odio y crean pánicos morales pues odian que este grupo poblacional sea tratado con respeto y empatía.
Por último, la visión adultocéntrica que considera saber exactamente lo que niñas, niños y adolescentes deben de saber en un mundo que no entienden, que ha cambiado. Se creen dueños de sus hijos y pasan por encima de sus derechos. Prefieren dejarlos sin libros, que aceptar que ellos, ellas y elles también piensan, también discrepan y pueden cuestionar.
La sociedad reunida hoy aquí, defendemos al magisterio.
A los y las profesionales que día a día cumplen con la función de formar ciudadanía y que llevan dos años preparándose para trabajar la Nueva Escuela Mexicana. A ellas y ellos les expresamos todo nuestro reconocimiento y les abrazamos solidariamente por los golpes que injustamente han recibido y los que estamos seguras, arteramente recibirán el día de mañana.
A los y las innovadoras, les decimos gracias por su trabajo férreo y profesional. Reconocemos en el magisterio su lucha por su material de trabajo, por el símbolo nacional que son los Libros de Texto Gratuitos, clave de la educación laica. Les agradecemos también que enarbolen la lucha de madres, padres y familia y de las niñeces y adolescencias.
A la gobernadora y a la Secretaria de Educación, las sentenciamos al juicio implacable de la historia, del que tenemos plena seguridad, pasarán como la peor administración educativa de la historia de Chihuahua, que será recordada como una época negra, oscura y fascista.
La resistencia social y del profesorado, ésta conciencia surgida de la vulneración del derecho de NNA a recibir sus libros de texto, permitirá comenzar íntegramente con lo que la Nueva Escuela Mexicana demanda: la transformación de la sociedad.
En ADELA tenemos el convencimiento de que después de esto, Chihuahua no será igual. Están obligando a todas las personas a aprender a luchar por nuestros derechos y los derechos de las demás.
Señora Campos, no esconda la cara.
Ábranos la puerta de su palacio, tenemos mucho que decirle y manifestamos que vía nuestro derecho a audiencia, deseamos explicarle por qué debe retirar la controversia constitucional que ha interpuesto. Permítase aprender del magisterio aquí reunido.
Cumpla con su encargo histórico para el que fue elegida, reconozca y enmiende su error.
Por una educación laica y sin fundamentalismos, liberen los libros, ¡ya!