Chihuahua, Chih.
México, como Xóchitl, se escribe con X, que "algo tiene de cruz y de calvario", dijo el poeta yucateco Ricardo López Méndez. Pues eso. Xóchitl debe saber que le espera un calvario. Llegar a Palacio Nacional y arrebatarle pacífica y democráticamente el poder político a Morena no será un camino lleno de rosas. Van a patalear a todos lados, llorar fuerte y berrear desaforadamente.
Tenemos una verdad enfrente, el Presidente no soltará el poder de manera regular y democrática. Son capaces de todo: difundir información privada reservada y adormecer al INAI para tapar la información pública es prueba clara de que se va a conducir al margen de la ley, en el terreno de la mentira y a usar todos los recursos del Estado para aferrarse al gobierno.
Veamos el nuevo ataque del Presidente (en funciones de Jefe de Campaña): acusa a Xóchitl de que "recibió contratos por cerca de mil 500 millones de pesos". ¿Recibir? ¿Qué quiere decir el campañista de Morena? Que siquiera acuse bien. ¿De quién "recibió" esos contratos la empresa de Xóchitl?, porque una cosa es "recibir" contratos, y otra, es ganárselos, convenirlos, trabajarlos, comprometerlos, firmarlos. El Presidente deja la acusación de "recibir" como un privilegio, como quien sale a recibir la lluvia. Segundo: ¿"recibió" esos de gobiernos o particulares? Se pretende confundir un contrato público con un trato privado. Calumnia que algo queda. ¿Cuál es el problema público de "recibir" contratos de empresas privadas como Banco Santander, del edificio Torre Candela, Banco Bx+ o Banca Mifel? De los documentos se observa que recibió 204 millones de Intercam Banco, S.A., un total de 204,854,842 pesos. Mientras esa empresa pague lo justo a sus trabajadores y tribute al gobierno según disponen las leyes, ¿cuál es el problema?
El Presidente sabe que sus corcholatas no prenden y que están metidas en un escándalo espectacular por el mar de corrupción con el que subieron tantos anuncios callejeros para promocionarse fuera de la ley y fuera de sus propios acuerdos (dijeron que no usarían la imagen del Presidente), además, ya retó Marcelo a Claudia a un debate sobre seguridad. Peleados y disminuidos, los aspirantes de Morena ven crecer a Xóchitl; el Presidente asume la tarea de empujarlos. "La calumnia cuando no mancha, tizna", ha dicho muchas veces López Obrador. Pues eso: tiznar a Xóchitl es la consigna. Se puso a la altura de Roberto Campa Cifrián, cuando éste, en un debate presidencial, en 2006, sacó documentos reservados para tiznar a Roberto Madrazo. Eso no lo vio AMLO porque no asistió a ese encuentro, se rajó.
El Presidente además es candil en Estados Unidos de lo que es oscuridad en su casa: pide que no hostiguen a Donald Trump con
investigaciones y que lo dejen participar. Cuando en México claramente le quiere cerrar el paso a Xóchitl Gálvez. ¡Qué vergüenza de machismo político tratar a Trump (violentador de mujeres) con algodones, mientras que a la senadora Gálvez la ataca un día sí y otro también! ¡Qué poco nacionalismo del Presidente de reclamar "piso parejo" para quien llamó a los mexicanos "vendedores de droga", y agredir a la hidalguense!
El Presidente va desnudo de toda ética política. Está claro. Vamos a la elección más dura, reñida (a la mala) y, por lo tanto, la más violenta en la historia moderna del país. Debemos señalarlo porque el inquilino de Palacio Nacional sacó la inquina contra una mujer. Pero no pierdo la esperanza ni el optimismo. Las mujeres dieron el primer aviso el 8 de marzo del 2020 (antes de la pandemia), cuando ellas le arrebataron la calle y, ahora, una mujer, con orígenes indígenas, que estudió en la UNAM (a la que tanto odia el Presidente), aspiró a una vida mejor, fundó una empresa, la hizo exitosa y "recibió" contratos producto de su esfuerzo, le quitará la silla presidencial.
Xóchitl ya probó la primera parada de ese camino tortuoso, calvario. No se debe asustar ni amilanar, pero se debe dejar acompañar.
Serenidad y no improvisar. AMLO se siente herido por la flor.
El autor es senador de la República.