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Ver la vida pasar por la ventana

Ver la vida pasar por la ventana 29 de mayo de 2020

Ethan Tejón Herrera

Chihuahua, Chih.

Soledades que se perciben por doquier, pasando desde las populosas calles de la región Asia-Pacífico, hasta los epicentros del poder occidental como Europa o los Estados Unidos, para dar paso a las marginadas regiones del continente africano y las desoladas y olvidadas comunidades de América Central y Latinoamérica.

Migrantes huyendo de conflictos y zonas de guerra, en la selva del Darién viven hacinados como consecuencia de las peligros de la selva y de los contagios de Covid-19 entre los mismos migrantes.

En Siria los bombardeos y enfrentamientos no han casado, mientras recién finalizaron las celebraciones religiosas del Ramadán.

En nuestro estado de Chihuahua, los enfrentamientos entre policías y gatilleros del crimen organizado han sembrado el terror entre la misma comunidad, más que el miedo a exponerse de covid.

El mundo parece no estar en tregua y dudo que una vez superada está crisis las cosas vayan a cambiar para mejor.

Un mundo post-COVID quizás sea más aterrador, complicado, doloroso y repleto de peligros, que aquél en el que actualmente habitamos.

Sin embargo eso no quiere decir, que no tengamos el poder para cambiarlo para bien.

La reconstrucción de nuestro mundo de antaño, quizás perdido para siempre en los anales del tiempo será difícil y dolorosa, pero no imposible.

La naturaleza humana viene vinculada con el que considero que es el "gen de Ares", que dice tenemos a la guerra en nuestras venas, en nuestro ácido DNA, que nuestra naturaleza es, por ende violenta y siempre lista para el llamado al combate.

No obstante, eso no quiere decir que el ser humano no sea bueno por naturaleza tal como decía el famoso ilustrado francés Rousseau.

En esta pandemia global, hemos visto ejemplos de solidaridad y empatía, que fortalecen a la lucha en contra de este mal infeccioso.

Pienso en todas estas disertaciones mientras veo a la vida pasar a través de la ventana.

Pareciera que padezco de lo que los surcoreanos llaman "Corona Blues" o depresión de la pandemia.

Tengo miedo de lo que vendrá mientras continúo normalmente con mi vida, sin embargo, tengo una ligera esperanza en la que las cosas quizás no sean tan malas como lo pronosticamos.

Ese "gen de Ares", ese "don" para la guerra que heredamos del dios mitológico Ares, nos ayudará en la lucha en contra de la pandemia.

No hay límites para la resistencia y el ingenio humanos, solo habrá que esperar, ser pacientes y seguir imaginando como queremos cambiar nuestro mundo una vez pasada este contingencia.

Es tiempo de hacer nuestras resoluciones para transformar nuestro entorno positivamente, Después de la pandemia llegará el momento de ponerlas en práctica.