Chihuahua, Chih.

El día de ayer culminó la fase proselitista de la campaña electoral del 2024, lo hizo del modo en el que la mayoría de los analistas ajenos al gobierno lo asentaron a lo largo del proceso, en medio de la violencia, no tanto generada por el proceso electoral sino por el entorno prevaleciente.

Con toda seguridad, la actual administración federal terminará con una cifra de homicidios presentados superior a los 200 mil.

Si bien lo anterior es extremadamente doloroso, pues el cálculo efectuado por los especialistas, es de que cada fallecimiento afecta a un mínimo de 50 personas que rodean a la víctima, desde los familiares directos, hasta los compañeros del trabajo, los amigos más cercanos, los de sus familiares directos, los vecinos, etc., lo que nos lleva a la conclusión que un mínimo de 10 millones de mexicanos han sido afectados por la tragedia de una ejecución.

Pero en ese recuento vamos los chihuahuenses que padecemos nuestra propia desgracia, dentro de la nacional descrita líneas arriba, y que ahora, merced al estudio del Índice de Paz en México 2024,  nuestra entidad se ubica «entre los estados menos pacíficos… junto con el estado de Morelos, Sinaloa, Quintana Roo y Nayarit», lo que colocó a Chihuahua «como la octava entidad menos pacífica de México con una calificación de 3.57 puntos de cinco posibles (donde el cero es deseable)». (Nota de Diego Villa, El Diario de  Juárez, 25/5/24).

Y que esa clasificación, como hace casi 20 años, la originan los homicidios y los delitos relacionados con la delincuencia organizada.

Los incrementos se presentaron por el «aumento del 8.1% en la tasa de asalto, así como aumentos en las tasas de violencia familiar y violencia sexual». (Ibídem).

Cifras que tuvieron un escandaloso incremento durante la pandemia y posteriormente, hasta llevar a que el INEGI reportara que el 78.1% de la población chihuahuense consideró que el estado era peligroso en el año 2023.

A su vez, el mismo estudio reportó que «las tasas por cada 100 mil habitantes de delitos graves, de secuestro y trata de personas aumentaron considerablemente… y que 24 de los 67 municipios reportaron tasas de 50 homicidios por cada 100 mil habitantes». (Ibídem).

Cifras que guardan correlación directa con la realidad que cotidianamente reportan los habitantes: «En plena zona urbana de la llamada capital del mundo ocurren levantones, ejecuciones y extorsiones al por mayor mientras hay “veda” electoral. Juárez vive, o sufre, la misma normalidad sin elecciones o con elecciones. Mayo cerrará arriba de 90 asesinatos». (La columna, El Diario de Juárez, 28/5/24)

Pero si la preocupación se despertara con las cifras anteriores, las reportadas por el INE, acerca de la cantidad de secciones electorales «en riesgo» para el próximo domingo, ha llevado a más de un observador electoral a lanzar la conclusión que en estas condiciones una alternativa real, nada desdeñable, sería cancelar la realización de la elección en amplias zonas del país.

«Dos de cada 10 secciones electorales en el estado de Chihuahua están catalogadas en riesgo por el Instituto Nacional Electoral (INE)». (Nota de Pavel Juárez/El Diario de Juárez, 29/5/24).

De las 389 secciones electorales señaladas con ese problema, 112 son de riesgo por la inseguridad, de las más de 7 mil 500 en todo el país a las que las autoridades electorales han señalado como problemáticas por esa causa.

Los anteriores son solamente los brochazos de la desalentadora situación en la que terminan las campañas electorales y el sexenio en el que, nuevamente, una administración que concitó la esperanza de que, por fin, se sentarían las bases para detener el baño de sangre en Chihuahua -y en el país- culmina y nos remite a que pongamos la esperanza en la siguiente administración.

A ver si ahora, esa sí.

Columna de Plata-APCJ: 2008, 2015, 2017, 2022 y 2023

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