Chihuahua, Chih.
La Jornada de Participación Ciudadana celebrada el 24 de noviembre en la Ciudad de Chihuahua, ha resultado por demás aleccionadora y nos ha permitido dar un salto cualitativo en el proceso de fortalecimiento de la democracia liberal en el Estado.
Partiendo de la premisa de que la democracia contribuye significativamente al florecimiento, progreso y desarrollo de las personas y las sociedades, podemos anticipar que la ola que experimentamos en este plebiscito, es la antesala de una verdadera marea democratizadora. Con su indudable génesis en la demanda ciudadana, la instrumentación de herramientas de democracia directa como el plebiscito, es realmente esperanzador.
Lo visto en el Estado de Chihuahua en este proceso, es un gran mensaje de aliento. Las Organizaciones de la Sociedad Civil y los Colectivos Juveniles que impulsaron a contracorriente este ejercicio, han logrado dar un mensaje sobre la imperiosa necesidad de reivindicar el valor de la democracia y reinventar las formas arcaicas de hacer y entender el servicio público y la política.
El voto, esa potente herramienta quintaesencia de la democracia, vuelve a irrumpir en el contexto político y social del Estado de Chihuahua, dejando claras señales de retroalimentación que resonaron con gran potencia, y que resonarán como imperativo categórico para la toma de decisiones venideras de los Gobiernos.
El viejo y arcaico adagio político de que ¨no estamos preparados para más democracia” ha sido severamente cuestionado.
Se han puesto en jaque dogmas políticos muy arraigados en nuestro sistema. La historia nos muestra que en estos procesos los efectos son lentos, pero luego, súbitos.
El resultado principal de este plebiscito, está en su notoria contribución a la capacidad de la ciudadanía para expresar preferencias políticas, al fortalecimiento de los mecanismos de control al poder y a la contribución a garantizar las libertades civiles, ya que el desarrollo de la democracia, trae invariablemente aparejado una mayor vigencia de los derechos humanos.
Recordemos que en el año 2015, el premio Nobel de la Paz se concedió a una coalición de organizaciones de Túnez por consolidar la transición hacia la democracia, en el contexto de la Primavera Árabe de 2011. Personalmente, reconozco a las organizaciones que integran el colectivo Chihuahua Decide y al Plan Estratégico de Juárez, por el aleccionador, claro e inequívoco mensaje ciudadano.