Chihuahua, Chih.
"En lugar de tratar de calmar las aguas, está echando gasolina a todos los fuegos”: Joseph "Joe" Biden, aspirante presidencial por el Partido Demócrata, al referirse al mandatario estadounidense Donald Trump (27/08/2020).
A mí parecer fueron lamentables e impactantes las imágenes del rebrote de inconformidad racial y policial, que ha venido recorriendo a todo el país vecino, al menos desde mayo pasado tras el arresto que culminó en el asesinato a sangre fría del ciudadano afrodescendiente George Floyd,
Aquellas mismas imágenes que fueron publicadas en distintos medios de comunicación y redes sociales esta misma semana en los Estados Unidos, principalmente en la localidad de Kenosha, Wisconsin; mostraron síntomas de cólera y de desilusión por parte de una enlutada población estadounidense, que no le dará tregua al mandatario republicano durante esta contienda electoral histórica marcada por una pandemia global sin precedentes y fuertes movilizaciones sociales, en aras de restablecer la equidad y la justicia racial, que pareció desvanecerse tras la llegada del presidente Trump al Despacho Oval.
El ataque a tiros en contra de Jacob Blake, un hombre afroamericano al igual que Floyd, suscitado la semana pasada tras registrarse un altercado con dos elementos uniformados de la policía de una pequeña población de Wisconsin, fue grabado en vídeo y reproducido centenares de veces a través del ciberespacio y distintos medios. En el mismo podían escucharse al menos siete tiros que impactaron en contra de la espalda de Blake, quién se encontraba a bordo con sus tres hijos, causándole por desgracia un estado parapléjico irreversible.
Por lo tanto, la intervención del Departamento de Policía de Kenosha, fue la chispa que provocó una nueva escalada de violencia y tensión racial, agudizada principalmente por los dichos, actuaciones y comentarios del máximo representante del Poder ejecutivo estadounidense: Donald J. Trump.
A poco más de diez semanas de distancia de las elecciones presidenciales del tres de noviembre próximo, la fallida presidencia del mandatario norteamericano ha comenzado a mostrar síntomas de debilidad y de desesperación en aras de alcanzar el apoyo de la misma base electoral, que le permitió llegar a la presidencia de la primera potencia económica mundial en noviembre de 2016.
El terreno de juego es el mismo, en términos políticos, sin embargo, situaciones desfavorables presentadas a lo largo del año en curso, tales como una pandemia global, así como los diversos casos registrados de brutalidad policial y racial, así como la entrada de diversos actores políticos y sociales, tales como la candidata a la vicepresidencia, una mujer con raíces indias y afroamericanas, Kamala Harris, así como el clima de tensión racial y sociopolítica se han agudizado a lo largo de la contienda presidencial de este año 2020, la cuál amenaza con convertir al mandatario Trump, en un presidente de un solo mandato, a diferencia de sus predecesores Barack Obama (2009-2017) y George W. Bush (2001-2009).
De momento, los sondeos publicados por distintos medios de comunicación y casas de encuestas estadounidenses, le dan la victoria de la contienda presidencial al exvicepresidente durante la administración Obama: Joseph Biden, quién cuenta con una edad de 77 años, es un político de talante moderado y de corte progresista, conocido a nivel nacional e internacional por su gestión durante el mandato del expresidente Obama, así como por ser el actual abanderado del Partido Demócrata, opositor al gobernante Partido Republicano.
Sin embargo, una lección aprendida durante la pasada elección presidencial, fue aquella que me enseñó que no siempre el resultado de las encuestas influye directamente en los sufragios emitidos durante la contienda electoral.
Mientras el presidente Trump conserva a su núcleo duro de electores, predominante de raza blanca y originarios de pequeñas y medianas poblaciones rurales, factor que explica un cierto rechazo por parte de sus simpatizantes hacia la globalización y el libre comercio con países vecinos, entre ellos México; el candidato Biden despertó simpatías entre la población estadounidense más joven y con una formación académica más completa, además de contar con el apoyo de una base electoral originaria en su mayoría de los centros urbanos del vecino país.
Por otro lado, el discurso de ambos actores políticos influirá enormemente en los resultados que veremos en noviembre próximo, mientras Trump infunde un discurso divisionista y paranoico, haciendo un llamado a restablecer la "ley y el orden", Biden se nuestra a si mismo como un candidato con un mensaje de moderación y optimismo, sin hacer un llamado a caer en la confrontación.
Según el académico norteamericano Allan Lichtman: "Trump pensó que con discursos saldría de las crisis que golpean al país, lo que causó su presidencia fallida".
Lichtman, quién es profesor de historia en la American University, pronostica que Biden ganará el próximo 3 de noviembre, este académico no ha fallado en un solo pronóstico desde 1984, incluyendo el que realizó acerca de la elección que llevo a Donald Trump a la presidencia en 2016.
Lichtman, al igual que diversos analistas, académicos y especialistas en temas políticos y sociales, ven en una muy probable victoria demócrata la sombra de un mal manejo de la crisis económica, política y social agraviada por la pandemia de Covid-19 y las heridas abiertas de la discriminación y la tensión racial presentadas a lo largo de la era Trump.
En una reciente ocasión, Lichtman comentó: "Pero no tiene nada que ver con Biden", a lo que agregó, "tampoco depende de la personalidad de Trump: se basa en el balance".
Una eventual victoria demócrata podría ser la única esperanza que pudiera lograr amortiguar los efectos de una desastrosa presidencia, que avivó las llamas de la confrontación y la violencia infundada, rociando combustible a lo largo y a lo ancho de una nación con más de 320 millones de habitantes.