Trump… estertor del imperio

Trump… estertor del imperio 16 de enero de 2021

Gerardo Arturo Limón Domínguez

Chihuahua, Chih.

Cuando el tiempo del fin llega, los que tardan mas en darse cuenta del colapso, son los que  estando muertos ya política y socialmente hablando, creen vivir una realidad que ya no es: G.A.L.D

 

EL APUNTE DE LO QUE LLEGABA

Escribí el pasado 6 de junio del 2020  en este espacio una colaboración titulada Trump…al fin se amuralló, que señalaba  a la letra lo siguiente;

La estupidez es una roca inexpugnable: todo lo que da contra ella se despedaza.  (Gustave Flaubert)

Decía entonces, reitero hoy que;

La actitud de Donald Trump es a todas luces la de quien a fuerza de insistir en su afán lo provoca y esta semana ha cumplido su sueño, construir un muro, solo que para su infortunio este está ubicado en la periferia de la Casa Blanca, sede oficial del domicilio del mandatario norteamericano.

Sí, el mismo que con sus balandronadas y peroratas, desde su primer campaña para ser electo en 2016 argumentara que los haría entre nuestras naciones vecinas, abundando en que seríamos los mexicanos los que lo pagaríamos, bien no fue así, la noche del viernes 29 de mayo su servicio secreto tuvo que confinarlo por más de una hora en el bunker que se localiza próximo a La Casa Blanca para resguardarlo de su propio pueblo que demandaba mayor sensibilidad y entendimiento que desafortunadamente él no posee para una realidad que, como decía en una colaboración anterior, data de 400 años y tuvo su origen en el nefasto régimen de esclavitud que las naciones europeas impusieron sobre los habitantes de África y aún existe con nuevos rostros, en una  América que no acaba de ser de todos.

 


¿QUERIA UN MURO? UN MURO TIENE

Y es más que solo de concreto, es de símbolos, con abigarradas (expresiones de manifestantes por la muerte de George Floyd)  que arrancaron con la muerte de un hombre y que están por llevar a la muerte de un modelo paradigmático que si bien nació con la llegada de los esclavos,  ha transitado por centurias aciagas como la del siglo XIX con la Guerra de Secesión o guerra civil estadounidense, librada en los Estados Unidos desde 1861 hasta 1865.

Hasta aquí la cita, después, en noviembre, llegaría el primer martes electoral y las semanas siguientes nos sumergirían en el terremoto del interregno indefinido que tuvo un nuevo epicentro  el miércoles 6 de enero cuando un número indeterminado del mismo aun presidente Trump de manera concertada con algunas personas de dentro y fuera del gobierno, sin definir aun a ciencia cierta de que bando escenificaron lo que años atrás parecía imposible, la intentona de un golpe de Estado disfrazado de insurrección social, dejó constancia al menos de mi parecer que no es claro si fue una insurrección trumpista o un ataque de falsa bandera tan usado por los norteamericanos en otras latitudes y en casa (“Remember EL Maine” que dio razón a Estados Unidos de quedarse enseñoreando Cuba  por años o El Ataque de las Torres Gemelas del World Trade Center de NY de septiembre 11 del 2001, misma en que justificó su posterior guerra contra Irak, Libia y Siria para tomar su petróleo y agua, guerra que aún no concluye).

 El Asalto al Capitolio que hoy resguardan más de 10 mil efectivos de la Guardia Nacional, sea como sea, es la paradoja de la debilidad de un régimen que tiene que levantar valladares en sus símbolos democráticos como son La Casa Blanca y el Capitolio, porque a la par del alzamiento de estos ha bajado su capacidad de mostrar claridad en su democracia, que digámoslo sin ambages con ello dejó de ser paradigma para ser paradoja a nivel mundial.

 


EL CAPITOLIO AMURALLADO

Diez días después del 6 de enero que queda ya en la memoria mundial, el Capitolio en Washington se encuentra amurallado, la transición no será sino asunción, el cuestionado por su antecesor presidente Biden recién electo llegará sin quien le entregue y Trump se va para quedarse como líder de la resistencia al gobierno.

Así las cosas,  el que dijo que haría un Muro para bloquear a los mexicanos, acabó AISLADO.

Pero para no dejar arremetió de salida contra la hermana nación de Cuba definiéndola erróneamente como terrorista, a esa nación que es paradigma de solidaridad mundial con sus médicos que acuden a cualquier parte del planeta a ayudar así sea contra el Ebola o el SARS COV-2. Cuba se sabe defender sola, pero no está de más, publicar en este espacio su gallarda respuesta, dada como Declaración desde Casa de las Américas a esta última felonía trumpiana, aquí la comparto.

 
“CUBA SOBREVIVIRA

Fue a comienzos de los 80, en pleno ascenso del torbellino de la globalización neoliberal a la que Ronald Reagan arrastraba al mundo, que Cuba fue incluida en una lista de países que los Estados Unidos definían arbitrariamente como terroristas. Ni siquiera sus aliados euro-occidentales les secundaron entonces, y Cuba pudo avanzar en relaciones de colaboración e incluso en la renegociación de la deuda externa con sus acreedores en aquellos años. Pero la discreta flexibilidad que el gobierno de Carter había logrado propiciar en las relaciones bilaterales con La Habana se vio sensiblemente afectada.

Más de tres décadas vivió la Isla bajo los efectos de esta injustificada decisión, con total sordera de Washington a objeciones y sin argumento probatorio alguno, hasta que la administración de Barak Obama decidió levantar la injusta sanción.

Ahora, al cabo de cuatro años de una agudización enfermiza del acoso hacia nuestro país, sin reparar en el daño infligido a su población, ni en beneficio de tipo alguno para nadie, y a solo una semana de abandonar la Casa Blanca tras la derrota en el intento de reelegirse a la presidencia, Donald Trump ordena a Mike Pompeo anunciar  que ha vuelto a incluir a Cuba en esa oprobiosa lista.

Un modo de culminar su política hostil contra los cubanos, solo unos días después de atentar contra la decencia del pueblo estadounidense al inducir a sus seguidores a asaltar por la fuerza el Congreso. Un gesto rabioso, típico de la obcecación del autócrata ante las causas perdidas, con el cual complace solamente a un núcleo cargado de odio que vive de la industria anticubana y se ha incrustado en la tradición conservadora de los Estados Unidos.

En las difíciles condiciones de la actual pandemia, que nuestro país enfrenta con más solidaridad y mejores resultados que quienes nos agreden, la Casa de las Américas denuncia junto a todo nuestro pueblo esta acción que confirma que el mandatario saliente en los Estados Unidos es un baldón para el país que debió representar, y que su memoria no merece respeto alguno. Cuba lo sobrevivirá en pie, como ha hecho hasta ahora, y volverá a triunfar ante los desafíos que los tiempos le imponen.

La Habana, 13 de enero de 2021”.