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Trump… al fin se amuralló

Trump… al fin se amuralló 6 de junio de 2020

Gerardo Arturo Limón Domínguez

Chihuahua, Chih.

La estupidez es una roca inexpugnable: todo lo que da contra ella se despedaza.

 (Gustave Flaubert)

La actitud de Donald Trump es a todas luces la de quien a fuerza de insistir  en su afán lo provoca y esta semana ha cumplido su sueño, construir un muro, solo que para su infortunio este está ubicado en la periferia de la Casa Blanca, sede oficial del domicilio del mandatario norteamericano.

Sí el mismo que con sus balandronadas y peroratas,  desde su primer campaña para ser electo en 2016 argumentara que los haría entre nuestras naciones vecinas, abundando en que seríamos los mexicanos los que lo pagaríamos, bien no fue así, la noche del viernes 29 de mayo su servicio secreto tuvo que confinarlo por más de una hora en el bunker que se localiza próximo a La Casa Blanca para resguardarlo de su propio pueblo que demandaba mayor sensibilidad y entendimiento que desafortunadamente él no posee para una realidad que como decía en una colaboración anterior data de 400 años y tuvo su origen en el nefasto régimen de esclavitud que las naciones europeas impusieron sobre los habitantes de África y aún existe con nuevos rostros, en una  América que no acaba de ser de todos. 

 
¿QUERIA UN MURO? UN MURO TIENE 

Y es más que solo de concreto, es de símbolos, con abigarradas que arrancaron con la muerte de un hombre y que están por llevar a la muerte de un modelo paradigmático que si bien nació con la llegada de los esclavos,  ha transitado por centurias aciagas como la del siglo XIX con la Guerra de Secesión o guerra civil estadounidense, librada en los Estados Unidos desde 1861 hasta 1865. 

Como resultado de una controversia histórica sobre la esclavitud, la guerra estalló en abril de 1861, cuando las fuerzas de los Estados Confederados de América atacaron Fort Sumter  Carolina del Sur, poco después de que el presidente Abraham Lincoln asumiera el cargo. Los nacionalistas de la Unión proclamaron lealtad a la Constitución de los Estados Unidos. Se enfrentaron a secesionistas de los Estados Confederados, que defendían los derechos de los estados a expandir la esclavitud.

Cuatro años de intensos combates dejaron entre 620 000 y 750 000 personas muertas, más que el número de muertes militares de los Estados Unidos en todas las demás guerras combinadas (al menos hasta aproximadamente la Guerra de Vietnam)… La Confederación colapsó, la esclavitud fue abolida y 4 millones de esclavos fueron liberados.  La Guerra Civil es el episodio más estudiado y escrito sobre la historia de los Estados Unidos. 

Esto parece importarle poco a Donald Trump, cuando arenga al ejército a enfrentarse a los ciudadanos, para su infortunio y fortuna social, pronto muros de desacuerdo de diversos liderazgos que van de la negativa del líder del Pentágono a  obedecer tal mandato, hasta la opinión de Nancy Pelosi, líder senatorial demócrata, que le reconviene sobre su actitud  absurda de dividir a los ciudadanos en una lucha interna, pidiéndole  que sea un “sanador en jefe” y no un “atizador de las llamas” en medio de las protestas. 

 
LA TERCA MEMORIA DE LA HISTORIA

Las raíces del abuso como expreso se han ahondado a través de los siglos, aquí una macabra escena del salto entre el XIX y XX se ve reseñado por la BBC de esta dramática manera;

“Luther Holbert, un ciudadano afroestadounidense, fue linchado en la localidad de Doddsville (Mississippi) por una multitud que le acusaba de matar a un hacendado blanco. Era el año 1904 y Estados Unidos vivía en plena segregación racial.

Holbert estaba junto a una mujer que se cree era su esposa. Ambos fueron atados a un árbol y obligados a extender sus manos mientras les iban cortando uno a uno los dedos que iban distribuyendo entre la muchedumbre como una suerte de souvenirs.

Luego les cercenaron las orejas, les golpearon y usaron un sacacorchos grande para abrir agujeros en sus cuerpos, sacando grandes trozos de carne. Finalmente fueron lanzados en una hoguera donde murieron quemados.

Mientras eran torturados y asesinados, la multitud de hombres, mujeres y hasta niños blancos que presenciaron su linchamiento comían huevos rellenos y tomaban limonada y whisky con la misma actitud relajada de quien asiste a un paseo campestre.

Más de 4.400 afroestadounidenses fueron linchados en Estados Unidos entre 1877 y 1950, según documentó la Iniciativa para una Justicia Igualitaria (EJI, por sus siglas en inglés).

EL ANTIDOTO,  QUE NO HACE SANAR A UNA NACION 

La llamada integración racial, ha sido una utopía que no logra llegar, pero su costo en el siglo XX fue también mortal e incluyo a hombres lucidos y entregados a buscar hacerla realidad, citaré vidas y muertes, la más sonada pero no la única, la del reverendo Dr. Martin Luther King, la de Malcom X  ambos mártires del movimiento por los derechos de la comunidad afroamericana en Estados Unidos.

Una referencia especial merecen y Rosa Parks una mujer trabajadora que el 1 de  diciembre de 1955 con un gesto encendió la pradera de los Derechos Civiles en Norteamérica, solo con su negativa a ceder el asiento en un autobús que daba aun preferencia a los blancos sobre la población negra y Muhammad Alí conocido previamente con su nombre de boxeo como Cassius  Clay,  ganador de la medalla olímpica de boxeo  en Roma en  1960, quien con su negativa a alistarse a la guerra de Viet Nam en 1967, causó enormes bajas  que hicieron ceder al gobierno americano en turno de alguna manera, en su afán de victimizar  a la población vietnamita y dignificó a quien ya era un hombre fuera de serie, no solo en el deporte sino que le transformó también en un campeón de la libertad y la dignidad, cuando ante la  fuerte presión de su instructor militar que le conminaba a aceptar ir a combatir contestó: “No pierda tiempo, señor. Soy musulmán, no tengo ningún conflicto con el Vietcong, nunca me llamaron "Nigger" (Negro). No sé quiénes son, no podría tomar un arma ni siquiera para amenazarlos”

A partir de ese momento, Muhammad Alí debió sobrellevar muchas adversidades.


De esa misma época  y durante los Juegos Olímpicos de 1968 en México D.F.  me permito rescatar la escena de dos atletas que con guante negro, símbolo del poder negro se expresaron así según la crónica del  momento;  cuando Tommie Smith “ganó la carrera de los 200 metros con un récord del mundo de 19.83 segundos, con el australiano Peter Norman en segundo lugar con un tiempo de 20.06 segundos, y el también estadounidense John Carlos en tercera plaza de 20.10 segundos. Tras la carrera, los tres fueron a recoger sus medallas en el podio. Los dos estadounidenses recibieron sus medallas, pero vestían guantes negros, representando la pobreza negra.​ Smith llevaba un pañuelo negro alrededor de su cuello para representar el orgullo negro. Carlos tenía su chándal desabrochado como muestra de solidaridad con los obreros de los Estados Unidos y portaba un collar de abalorios que, según él, era...

"... Para las personas que fueron linchadas o asesinadas, y nadie ha dicho una oración por ellos, que fueron ahorcados y para los que fueron arrojados al agua en mitad del pasaje".​

Los tres atletas llevaban insignias del Proyecto Olímpico para los Derechos Humanos, incluido Norman, que expresó su simpatía con los ideales de Smith y Carlos.

El sociólogo Harry Edwards, fundador del Proyecto, había incitado a los atletas negros a boicotear los Juegos Olímpicos; al parecer, estas acciones de Smith y Carlos se inspiraron en los argumentos de Edwards.​

Los dos estadounidenses tenían previsto portar los guantes negros en el evento, pero Carlos los olvidó en la Villa Olímpica. Fue el australiano Peter Norman quien sugirió que Carlos usara el guante izquierdo de Smith, siendo ésta la razón de que alzara su mano izquierda en lugar de su derecha, difiriendo del tradicional saludo Poder Negro.​ 

Cuando se entonó su himno nacional al ascender su bandera, Smith y Carlos bajaron la cabeza, cerraron los ojos y realizaron el saludo, un gesto que ocupó las portadas de todos los medios del mundo. Cuando se marcharon del podio fueron abucheados.​ Smith dijo: "Si gano, soy americano, no afroamericano. Pero si hago algo malo, entonces se dice que soy un negro. Somos negros y estamos orgullosos de serlo. La América negra entenderá lo que hicimos esta noche…”

Llevó años pero la América Profunda parece estarlo entendiendo y digo la que suma a todos los que han salido a la calle los que desde espacios diversos muestran ya solidaridad a la necesidad de cambiar menos Donald Trump parece,  empero  todo esto ha construido el momento que vivimos al presenciar cómo acudimos hoy en Estados Unidos lo que finalmente puede transitar a crear un cambio de paradigma, con todas las reservas de la circunstancia pero vale la pena referir estos dramáticos hechos porque la muerte de George Floyd puede ser...

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LA MUERTE DE FLOYD CAMBIARA  A UN PAIS 

Esta es más que una declaración de intención una legítima aspiración, como se expresa en la escritura de Lucas 11: 17, de  esa misma Biblia que Trump blandía en su mano derecha hace apenas unos dia, justo frente a la Iglesia episcopal de St. John en Washington, “Mas él, conociendo los pensamientos de ellos, les dijo: Todo reino dividido contra sí mismo, es asolado; y una casa dividida contra sí misma, cae”

Y así es y así podría ser, si la petición de “ley y orden“ a la que también invocaba, beligerante, se transforma, y si aún no cree que haya razón para ello que analice estos  datos.

Al momento de publicar estas líneas su país llega a los 120 mil muertos por Covid -19,  hay alrededor de 40 millones de personas desempleadas y su PIB podría verse reducido en un 50%,  solo estos datos son vitales o debiesen serlo para que Trump saliera y sirviera más que para pelear y destruir, es hora de que actuase para construir puentes y no muros, puentes interraciales que de una vez por todas hagan posible que se tornen, en lo que desde siempre han sido una nación multirracial, que diga no a la barbarie y la violencia, esa que les ha acompañado por 400 años y se apreste a vivir un escenario mejor, más allá de esta tormenta.

La interrogante es si ¿Estarán dispuestos Trump y quienes le siguen a  saltar ese muro? para abrir las alamedas de concordia y paz que hoy, como siempre, ellos necesitan, veremos...