Toledo debe seguir

Toledo debe seguir 13 de agosto de 2020

Hernán Ochoa Tovar

Chihuahua, Chih.

La semana pasada fue tendencia el diferendo que Víctor Manuel Toledo, actual Secretario del Medio Ambiente y Recursos Naturales del gobierno federal, tuvo, presumiblemente, con sus colegas del gabinete, en una reunión con sus colaboradores, misma que fue exhibida a través de internet y redes sociales.

A través de esa grabación, Toledo se queja del desorden administrativo y -sobre todo ideológico- que, a decir de él, permea a la 4T, de la cual es integrante. En el mismo tenor, el funcionario medioambiental deja entrever que sus superiores soslayan la agenda ambiental, enunciando que, en algunos aspectos, prima más el interés economicista que el ambiental, hecho delicado, pues, en diversas partes del mundo, las izquierdas (e incluso los liberales), han abrazado, con tesón, la agenda verde a lo largo de los últimos tiempos (Bernie Sanders, dixit).

Después de aquellas sendas discrepancias, se gestaron una serie de dimes y diretes entre la fuente presidencia y los comentócratas. Algunos analistas, como Salvador García Soto, de El Universal, sugirieron que, ante tan grande disenso, era cuestión de un tiempo para que al célebre ambientalista, devenido en funcionario de primer nivel, le “dieran las gracias” de su cargo. 

Otros, como Jorge Fernández Menéndez y Luis Cárdenas, criticaron acremente al funcionario, describiéndole como un sujeto radical, quien conocía poco acerca de los escondrijos de la administración pública. Mientras, ante toda esta rebatinga, el propio Presidente López Obrador fue inquirido en la mañanera acerca del suceso en cuestión, a lo cual arguyó que no se le había notificado acerca de ninguna renuncia, y que “las diferencias de opinión eran parte del debate y eran naturales”.

 


A este respecto, el propio Toledo respondió, en un artículo publicado en La Jornada, que las diferencias que se habían gestado eran, precisamente, por motivos ideológicos, debido a su defensa de la agenda verde y del combate a los transgénicos y la utilización del glifosato. Sin embargo, con maestría digna de un intelectual congruente, Toledo esgrime ahí que, aunque efectivamente, había habido diferencias de enfoque con algunos integrantes del gabinete, el Presidente había terminado escuchando sus opiniones, pues, argüía, se había logrado una prohibición progresiva y escalonada del glifosato, tóxico químico utilizado en labores agrícolas, el cual había sido la manzana de la discordia entre la SEMARNAT y la SADER.

Observando las diferentes perspectivas que se manifiestan en el propio gabinete, considero que el Presidente debe hacerle caso al Dr. Toledo, y tomar con pinzas los dichos de don Alfonso Romo y el Dr. Villalobos. 

Ello porque, como lo expliqué párrafos atrás, los gobiernos de la izquierda moderna en el mundo, se han caracterizado por la defensa del medio ambiente, la búsqueda de energías limpias y la de un nuevo orden que no sea tan lesivo con la naturaleza. 

A pesar de la congruencia con la cual se ha manifestado Toledo a lo largo de su trayectoria (académica y política), considero -como lo enuncié en determinada ocasión- que la agenda medioambiental de la 4T, si bien existe, tiene ciertos claroscuros, algunos de ellos de consideración. 

Si bien, “Sembrando Vida” es un programa acertado y el “Tren Maya”, con todo y su polémica, permitirá revitalizar una zona históricamente soslayada y depauperada, creo que la agenda podría llegar a más, en lugar de vociferar anacronismos o cortoplacismos, pues se piensa mucho en estos programas como parches para aliviar determinados problemas (de índole ambiental o económica estructural), pero, citando a Fernando García Ramírez, se piensa poco en el futuro, lo cual es grave, viendo la compleja coyuntura a la cual actualmente nos enfrentamos.

En ese sentido, la presencia en el gabinete presidencial, de alguien como Víctor Toledo, es cardinal, pues él le da sentido, con su experiencia en la materia a una agenda que debe ser toral. 

Alguna vez, entrevistado por John M. Ackerman, Toledo pudo encontrar vasos comunicantes entre la construcción de la Refinería de Dos Bocas y la transición a energías limpias, planteando que el complejo de refinación se hacía como una medida coyuntural, de soberanía energética, pero que el gobierno federal no soslayaba a las nuevas energías y un eventual tránsito a las mismas. 

En este tenor, el titular de la SEMARNAT históricamente ha defendido que este tipo de energéticos beneficien a los habitantes de las poblaciones, y no sean botín de empresas trasnacionales, como, denunció, sucedió durante la “larga noche neoliberal” (palabras del Secretario).

Creo que alguien como el Dr. Toledo le da experiencia y prestigio al gabinete presidencial. 

Si el Presidente López Obrador le da una mayor prioridad a la agenda ambiental, creo que su administración puede granjearse aún más prestigio. 

En cambio, si sigue viejas recetas en la materia, terminará repitiendo las viejas recetas neoliberales que tanto ha criticado. Por lo tanto, creo que Toledo debe permanecer en el gabinete. Escucharlo y conservarlo, ha sido un acierto del Presidente. 

En cambio, como sugerencia, considero que eventualmente debería nominar a alguien con más proximidad a los sectores agropecuarios y a la izquierda en la SADER, pues Villalobos representa intereses opuestos a los mismos. 

Si hasta el ex Presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, se atrevió a prohibir el glifosato ¿Porqué AMLO no habría de hacerlo? 

Creo que la izquierda debe ensayar nuevas maneras de gobernar, más allá de los cartabones históricamente establecidos. 

Y, Toledo, puede ayudar mucho en ese devenir. Lo dejo a la reflexión. Tan sólo es mi humilde considerando.

Hernán Ochoa Tovar

Maestro en Historia, analista político.