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Todo pasa por la sucesión presidencial
Sin Retorno

Para AMLO

Todo pasa por la sucesión presidencial 4 de septiembre de 2022

Luis Javier Valero Flores

Chihuahua, Chih.

- El IV Informe, sólo con los suyos, nadie de la oposición
- La “novedad”: Giras estatales sin los gobernadores de partidos de oposición
- López Obrador cometió la peor de las chicanadas. De madrugada, en lo oscurito, a escondidas, la 4T ordenó que la Cámara de Diputados aprobara la militarización plena de la Guardia Nacional (GN)
- Previamente, AMLO descalificó a los ministros propuestos por él. ¡Incluyó hasta a su comadre!
- “Se olvidaron de la Transformación”, dijo.
- Sólo le falta imitar al Rey Sol: “El Estado soy yo”

En medio del escenario en el que con mayor fuerza se aprecia el tufo autoritario que hayamos vivido jamás, el presidente López Obrador ha ordenado la profundización de la militarización.

Vamos, ni siquiera en los aciagos tiempos del movimiento (movimientos) de 1968 y la guerra sucia de los 70’s del siglo XX, y probablemente en la guerra de Calderón contra el narcotráfico, y sólo comparable moderadamente- la élite militar ha gozado de tantos privilegios y tal poder de mando, cedido, paradójicamente, por el primer presidente emergido de un partido de izquierda.

No sólo ha ordenado el presidente que se apruebe la militarización plena de la GN, sino que ha recurrido a la peor de las estratagemas que mandatario alguno puede acudir, a la chicanada para violar mandamientos constitucionales, y a la disciplina prácticamente castrense exigida a los diputados federales de MORENA.

Deben acatar sin chistar los ordenamientos presidenciales. 

No son sólo frases, ahí está la descalificación a los ministros de la Corte propuestos por él, entre las que van personas con las que compartió, de hace años, el sueño de ganar la presidencia de la república, y compartir, primero los esforzados trabajos por construir una fuerza política, y luego la responsabilidad en el gobierno.

Ahora las acusa de haberse olvidado de la Transformación y afirma “me equivoqué” al seleccionarlas como sus propuestas para integrarse a la SCJN. 

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No hay prueba más tangible de la estricta disciplina que le exige a quienes le rodean, en el súmmum de la concentración del poder y del egocentrismo, que se conciba como el único que no se equivoca en la conducción de la “4T” y que deba de ser solo él quien la diseñe, defina y concrete.

Sagaz político en materia electoral, sabedor que se juega su futuro personal, concebido, dentro de su mesianismo, como el del país, todos sus actos lo encuadra dentro de la lucha político-electoral.

Absolutamente todo: Las relaciones comerciales en el TMEC; las escasas cifras favorables de la economía; el tono, alcance y contenido de las conferencias mañaneras; las relaciones con los gobernadores de oposición; el discurso en contra de la corrupción, en contra de la prensa, en contra de los jueces (así en lo general); en contra de los partidos de oposición, todo.

Negado a aceptar que los votantes -tanto en las elecciones presidenciales del ‘18, como en las del 2021- resolvieron que México es un país diverso política y electoralmente, en el que, por lo tanto, existirán autoridades públicas ajenas a su partido y por consiguiente, que habrá poblaciones gobernadas por esas otras fuerzas, las que deberán acceder a los recursos públicos del mismo modo que las gobernadas por MORENA y sus aliados.

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Enfaticemos. En un régimen presidencialista como el nuestro, las relaciones que mantenga el presidente con los gobernadores determinan, en mucho, los niveles de aportaciones federales que reciben las poblaciones de esas entidades.

La discrecionalidad en el ejercicio del presupuesto federal es, todavía, una realidad. 

¡No es, ni con mucho, la existente en la época del partido “casi único”, -pero ¡Ah, cómo se le parece!- en la que el presidente de la república, en las giras a los estados, “premiaba”, o “castigaba” a los gobernadores.

Ante esa realidad, los mandatarios estatales intentan no “malquistarse” con el presidente, y menos ahora en que López Obrador inauguró la época en la que los premios incluyen -igual que antes, pero ahora en la que también se contempla a los gobernadores emergidos de la oposición- las embajadas de México en algunos de los países más “solicitados”.

La única diferencia respecto al pasado es la de los montos a que puede acceder y distribuir el actual mandatario federal, casi de manera unipersonal.

Por eso tienen importancia dos asuntos que revelan lo asentado líneas arriba.

Por una parte, la declaración de la gobernadora de Chihuahua, Maru Campos, informando que no fue invitada al IV Informe presidencial y, por el otro, el que nuevamente se hubiese celebrado una reunión de alcaldes serranos, tanto de Morena como de otros partidos, de los estados de Sonora y Chihuahua, con la presencia del presidente pero sin que hubiesen invitado a la gobernadora de Chihuahua.

Además, Campos informó que sus homólogos panistas tampoco fueron invitados al informe. 

Si hubiese sido la única no invitada, se podría ubicar este hecho en la ríspida relación (la real, no la de los besos y abrazos ante las cámaras) que de a poco pareciera ir “normalizándose” entre la mandataria estatal y el presidente, aderezada o catalizada por la actuación y declaraciones del delegado federal, crítico de la gobernante local.

“Estuve hablando con mis compañeros gobernadores de Querétaro, Guanajuato, Aguascalientes y nadie, ningún gobernador de oposición ha recibido invitación. Yo creo que no va haber informe, indicó la gobernadora (horas antes del mismo)”. (Nota de Argelia Domínguez, El Diario de Chihuahua, 01 septiembre 2022).

Pero la falta de invitaciones a los gobernadores de oposición, sumada a lo acontecido en el ámbito nacional, particularmente en lo referente al nuevo estatus de la GN, o a la reforma electoral deseada por el presidente, denota claramente el rumbo nítidamente partidista de la actuación presidencial en el último tramo de su mandato.

¿No los necesita? ¿No los ve, ni los oye?

Tales conductas las comete justamente cuando los necesita para la aprobación, si quiere que se aprueben constitucionalmente la Guardia Nacional a la SEDENA y la reforma electoral.

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Pero si se suman hechos como el de no invitar a los gobernadores ajenos a MORENA y sus aliados a los actos protocolarios de su investidura, el de buscar por medio de vulgares chicanadas que se aprueben sus deseos por encima de cualquier discrepancia, así sea menor; el de descalificar incluso hasta a las personas a quienes consideró, de entre su entorno, como las más capaces para ocupar un sitio en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, y en el entorno local que el más puntilloso opositor y crítico del gobierno estatal sea su representante en Chihuahua, tendremos frente a nosotros el escenario que se desarrollará a lo lo largo de los poco más de dos años en los que habrán de celebrarse las muy importantes elecciones del 2024.

Ante estos hechos, el Delegado de Bienestar, Juan Carlos Loera de la Rosa ha reiterado que no es el funcionario a quien le corresponda correr las invitaciones a la gobernadora Campos, “… le corresponde a la presidencia de la República correr la invitación”.

Como nunca, los tiempos electorales se han adelantado. 

Calificarlos de esa manera tiene una explicación: El país se ha dividido políticamente en dos facciones salvajemente enfrentadas y casi todo lo que ocurra, o haga la clase política, tiene, necesariamente, un sesgo político.

No hay nada casual en los hechos protagonizados por los actores políticos. Loera de la Rosa ha catalogado a la mandataria como integrante del “duartismo” y que, además, “(la alumna) aprendió bien”, cuyas acciones, escribió en una columna periodística, “permite el fortalecimiento de la pandilla duartista y podría superar al maestro (sic)”. (Ibídem).

Un factor más que enturbia esa relación es la elevada competitividad electoral, la que prácticamente todos los años está en vigor, merced a la enorme disparidad de las fechas electorales en el país, y en la que los “superdelegados” pueden influir determinantemente en esa relación, de ahí la importancia de tales funcionarios.

Son, a querer y no, los representantes del presidente en las entidades en las que se desempeñan y de ellos, así como de los mandatarios estatales, se espera se comporten institucionalmente.

¿O habría que achacarle esa pugnacidad al presidente?

Existen bastantes evidencias de que la conducta del delegado Loera está en plena sintonía con el presidente López Obrador.

¿O será que éste ha inaugurado de tal modo la recta final de su mandato?

¿Acaso se está haciendo eco de quienes ubican a la gobernadora Campos como posible candidata presidencial y que ahora, ante las expresiones de De la Madrid, adquieren más fuerza?

Ante la indudable falta de una candidatura presidencial de la oposición medianamente competitiva, cualquier expresión pareciera precipitar los acontecimientos y las descalificaciones de uno y otro bando.

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Así, a los pronunciamientos de varios panistas, particularmente las efectuadas por el dirigente nacional del PAN, Marko Cortés, en favor de la mandataria de Chihuahua, a fin de que se le designara como candidata  presidencial de su partido, se sumaron en la semana las efectuadas por el priista Enrique de la Madrid, (hijo del ex presidente Miguel de la Madrid), y ex integrante del gabinete de Peña Nieto.

De la Madrid consideró que, “aunque es temprano en cuanto a los tiempos políticos, es necesario que haya suficientes aspirantes, sobre todo personas que cuenten con inteligencia y reconocimiento a nivel nacional.”

Por supuesto que la gobernadora Campos tiene la libertad de acometer cualquier proyecto político, y que ante sus simpatizantes puede tener todos los merecimientos, pero hay algo que debiera contener los ímpetus presidenciales, de ella y de quienes la impulsan, y que son las elevadas responsabilidades adquiridas al aceptar la candidatura y obtener la gubernatura de Chihuahua.

Maru no sólo está obligada con sus compañeros de partido, sino con la sociedad chihuahuense, tanto con quienes votaron por ella, como los que no, y más en momentos en los que crece la percepción de que el equipo encabezado por ella no está enfrentando adecuadamente la seria situación por la que atravesamos.

Está obligada a marcar lo más enérgicamente posible (políticamente hablando) que no se separará de su cargo, que diga que su obligación es para con los chihuahuenses; por ahora, luego, ya lo verá.

[email protected]; Blog: luisjaviervalero.blogspot.com; Twitter: /LJValeroF

Fuente de citas hemerográficas recientes: Información Procesada (INPRO)

Luis Javier Valero Flores

Director General de Aserto. Columnista de El Diario