Juárez tirasup
Tiempo de solidaridad

Tiempo de solidaridad 5 de enero de 2017

Mariela Castro

“George Carver soñó con Dios. –Pídeme lo que quieras- ofrecía Dios. Carver pidió que le revelará los secretos del maní. –Pregúntale al maní- le dijo Dios.

George, hijo de esclavos, dedicó su vida a la resurrección de las tierras asesinadas por las plantaciones esclavistas.”

Eduardo Galeano. Los Hijos de los Días. Enero 5.





Recuento: Bloqueos carreteros, marchas, plantones en instalaciones de Pemex en 29 estados del país. En Jalisco se reportan cerca de 3000 personas que salieron a las calles a manifestarse, la protesta fue disuelta con gases lacrimógenos. En el estado de México y en Chihuahua los bloqueos en las carreteras duraron horas. A la consigna de “No al Gasolinazo”, se le suma “Fuera Peña”, que no es nueva pero adquiere relevancia como nunca y es que esa sencilla frase refleja el peor nivel de popularidad y aceptación que ha tenido que enfrentar el mandatario desde el inicio de su gestión.



A las protestas y manifestaciones de descontento se le une un nuevo elemento: la diversidad de sectores que se unen en una misma voz.



La tolerancia social ha llegado al límite y ha despertado el descontento generalizado; no fue suficiente que el país ardiera de indignación por las reformas estructurales, por 43 jóvenes normalistas desaparecidos, por los estragos de una guerra que se prolonga pero que ya marca hitos históricos de destrucción y muerte en sus primeros 10 años para que se uniera. El “mega gasolinazo” unió voluntades y apunta a que se convertirá en un “Caracazo” o un “Cacerolazo”.



Mire usted, no es ocioso traer a colación casos ocurridos en otros países de América latina porque el modelo se repite con los mismos elementos, el mismo modus operandi: nula representatividad en el sistema de partidos políticos sumados a la fragilidad institucional y la escasa credibilidad en el gobierno que llevan a implementar medidas económicas emergentes sumamente impopulares que se apoyan en el brazo armado para sofocar manifestaciones. Recordemos que en nuestro país se declaró un periodo extraordinario de sesiones y votación de la Ley de Seguridad Interior (llamada Ley Golpista) para ser aprobada en este mes y que permitirá la militarización; útil y oportuna al poder para confrontar al pueblo con su propio ejército.



Lo anterior requiere el orden en el caos, crear esperanzas ficticias que permitan al modelo neoliberal implementar sus medidas a través de experiencias traumáticas. Generar desorden por un supuesto desabasto en la ciudad de lo más básico, comenzando por el combustible es una de ellas y la razón de fondo, aquí y en el resto del país, es desmantelar lo poco que queda de la empresa pública y así, dar paso a la completa privatización de todos los bienes y servicios propiedad de la nación. Se anuló al Estado para dar paso al corporativismo.

Primero fueron las empresas con contratos para saquear nuestros recursos naturales con políticas extractivistas, ahora, estamos frente a la evidencia de haber perdido por completo el último bastión de desarrollo que nos quedaba: Pemex.



Pero mientras haya memoria y conciencia habrá resistencia y en ello, en la capital como a lo largo del estado, persiste la esperanza de que la situación actual se pueda revertir. Aquí Pemex está tomada y así seguirá, Sacramento es el otro punto nodal de la protesta. No se van y en parte por el apoyo que de la sociedad han recibido. Sin embargo; al más puro estilo de la Doctrina del Shock, rumores se han comenzado a difundir por redes sociales porque el miedo como arma funciona a la perfección porque paraliza. (Nota de la redacción: Al momento de la elaboración de este artículo aún no se daba el desalojo perpetrado en las primeras horas de la mañana de hoy).





Amenazas contra el desabasto, la escasez son la constante pero como contrapeso la sugerencia de no dejarse llevar por la estrategia que tiene como objeto el desánimo y sobre todo, la estigmatización de las personas que protestan y desestimar la causa que persiguen.



De a poco se están liberando pipas con combustible de Pemex y las carreteras no están estranguladas, se da paso prioritario a vehículos que transportan insumos hospitalarios necesarios para la vida y sobre todo de modo rápido se evalúa la necesidad urgente de personas que requieren cruzar de inmediato. En esas condiciones no cabe la afirmación de que se están violando los derechos de terceros porque no se está privando del “libre tránsito”, esa prerrogativa que implica poder moverse sin que nada lo impida y con los bloqueos a nadie se le está impidiendo movilizarse.



Quizá si se encuentra viajando tardará más en llegar a su destino, es probable que tenga que circular en su vehículo un poco más para encontrar una gasolinera abierta para cargar gasolina, seguro ya notó que su canasta básica incrementó su precio y del gas, la luz, la tenencia y la revalidación vehicular, bueno, ¿qué le voy a decir? Se prevé que las alzas se prolongaran a lo largo del año.

Por eso le solicito un poco de paciencia, las conquistas no son fáciles de conseguir y casi siempre algo se empeña, quizá nos cueste solo nuestra comodidad.



¿O pone su apuesta a creer en el gobierno? Ese que nos prometió que no aumentaría la luz, que no habría gasolinazos. O el que para el estado nos ofreció eliminar las cuotas de inscripción en las universidades públicas, que no habría replaqueo y, sobre todo, que hace un par de días amagó (muy diplomáticamente) con utilizar a la fuerza pública para levantar los plantones permanentes, como lo hizo con los choferes del transporte público cuando el paro camionero.



Una total ausencia del presidente que apareció para “premiar” al antes Secretario de Hacienda por entregar el petróleo, convirtiéndolo en Secretario de Relaciones Exteriores asegurándose así que la transición sea tersa, sumada al ultimátum del gobernador y a legisladores insensibles que se autorizaron bonos para gasolina adicionales a los que ya perciben, dibujan el corolario perfecto a la indignación colectiva.



Así que si la inacción del pueblo es la apuesta de la clase política, por lo menos demostremos solidaridad con quien saca sus quejas de las redes y las mesas de café para colocarla en otro sitio, en uno que si haga posible que haya una transformación social real.

marielacastroflores.blogspot.mx

@MarieLouSalomé