No, no es un asunto sólo de Chihuahua, por desgracia es un tema de una buena cantidad de las entidades mexicanas; también, desafortunadamente, es una desgracia abatida, con mayor fuerza, en un pequeño grupo de los estados, entre los que se encuentra Chihuahua desde hace 20 años.
De siempre, el gobierno federal ha insistido en que los gobernadores de los estados deben «asumir» ‘su responsabilidad’ pero sin que ellos, los que recibieron la responsabilidad federal, hayan asumido la propia.
Los resultados están a la vista.
En el sexenio anterior se intentó hasta la sociedad achacar la responsabilidad de la ola violenta que asuela al país al gobierno de Felipe Calderón, quien la tuvo en parte, evidentemente, pero lo acaecido en el sexenio de López Obrador demuestra palmariamente, no sólo la ineficacia, sino su omisión en tan importante rubro de la vida pública de México.
En ese sexenio, además de los más de 240 mil homicidios ocurridos, la cifra desaparecidos llegó a los 150 mil.
Una persona desapareció cada hora.
Si bien en Chihuahua habíamos padecido esta plaga, tal pareciera, y no deja de ser una percepción, dada la cercanía de los eventos y la ausencia, aún, de la estadística necesaria, que se ha enseñoreado en nuestra tierra.
Desde hace varios meses, el número de desaparecidos ha incrementado, así como el de las narcofosas, aspectos íntimamente ligados entre sí dada la dinámica de los grupos criminales.
Eso se aprecia en toda su magnitud, infortunadamente, en Mazatlán, a raíz de la guerra sostenida entre los grupos criminales integrantes del cartel de Sinaloa.
Mientras en Culiacán, la refriega ha arrojado cerca de los 650 ejecutados, en Mazatlán, esas mismas bandas, han optado por recurrir de mayor manera a la desaparición de personas.
A raíz de la desaparición de los chihuahuenses Roberto Treviño e Iván Escalante, ante el desfogue de las redes sociales, especialmente de las de Chihuahua, se ha presentado ahora una mayor afluencia de mensajes, no sólo de la entidad, sino de otros lugares del país que recorren a esta vía para intentar la localización de sus familiares.
Es una verdadera pandemia.
«La cifra de personas desaparecidas en el estado de Chihuahua es de 4 mil 751, de 1990 al 22 de agosto de 2024, según datos revelados por organizaciones y activistas en el foro Diálogos con Familiares de Personas Desaparecidas y Organizaciones, llevado a cabo en la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, que reunió a familiares de personas desaparecidas, así como a diversas organizaciones de derechos humanos. Juárez es la región más afectada, con un total de 1,457 casos de desaparición». (Nota de EFE, 29/8/24).
«Durante el año 2023, un total de 2 mil 657 personas desaparecieron en el estado de Chihuahua, siendo la mayoría de los reportes registrados ante la Fiscalía General del Estado, de personas menores de edad, quienes rondan las edades que van desde los 12 hasta los 17 años de edad, según el comportamiento estadístico que mantiene esta corporación». (Nota de Ricardo Holguín / El Heraldo de Chihuahua, 11/2/24).
De ellas, 579, el 21% no han sido localizadas hasta el día de hoy.
Al mismo tiempo que se presenta esto, en las últimas semanas han ocurrido con mayor frecuencia la aparición de narcomantas y el hallazgo de narcofosas, a grado tal que Chihuahua se ubica ya en el segundo lugar de las entidades fronterizas del norte con el mayor número de narcofosas, sólo después de Tamaulipas, que ocupó ese lugar especialmente durante la oleada violenta anterior, entre 2008 y 2012.
La diferencia es que en Chihuahua la mayor ocurrencia de hallazgos de fosas es en los años recientes, con un agravamiento en los años 2023 y 2024.
El ‘narcopanteón’ localizado en Ascensión es el segundo más grande del estado, el primero fue encontrado en Juárez en 2008; tenía 36 cuerpos. (Nota de Sandra Rodríguez, El Diario/Juárez, 28 Dic 2024).
«En el estado de Chihuahua se han encontrado más de 400 fosas clandestinas. De acuerdo con datos de la Comisión Nacional de Búsqueda (CNB) del Gobierno federal, entre 2006 y hasta abril de 2023 la cantidad de excavaciones para la inhumación ilegal de personas sumaba 415, cifra que es la segunda más alta en la frontera norte del país, sólo después de las 554 ubicadas en Tamaulipas en el mismo período». (Ibídem).
A la par de aquella época, ahora están apareciendo narcomantas en las que, como entonces, los señalamientos más frecuentes son a los jefes policiacos, además de las amenazas a los otros grupos criminales en las que han llegado al grado de especificar que Chihuahua ‘ya tiene dueño’.
«En 21 ocasiones durante el año y en seis municipios de la entidad, los grupos criminales han dejado 'narcomensajes' en lonas y cartulinas, algunas de las veces con cadáveres de sus víctimas o partes de animales.
La propaganda de la narcoguerra ha alcanzado a las dos principales ciudades de la entidad, Juárez y Chihuahua, además de Cuauhtémoc, Bocoyna, Guachochi y Ojinaga, con 48 mensajes colocados en su mayoría en espacios públicos, de acuerdo con el registro hemerográfico de este año». (Nota de David Piñón, El Diario/Chihuahua, 26/11/24).
La más impactante de todas, la localizada el 27 de enero, en Juárez la colgada de un paso superior sobre la carretera Panamericana, que detallaba, además, las cantidades de varios “decomisos” de drogas sintéticas realizados por los criminales que se expresaron contrarios al tráfico de estupefacientes como el cristal.
«Bajo el mensaje, fueron dejadas cajas con más kilogramos de las drogas “aseguradas” por el grupo criminal, para ponerlas a disposición de la Secretaría de Seguridad Pública Estatal (SSPE); junto a las cajas, fue dejado el cadáver de José Domingo Carrera, alias “el 010”, a quien habían ‘levantado’ en Parral, en agosto de 2023, en patrullas clonadas de la Guardia Nacional». (Ibídem).
Otro fenómeno también de la última hora es la presentación de ataques con drones o el presentado en semanas atrás en las que a través de las redes sociales, la población de Ojinaga fue alertada de que serían ‘suspendidos’ los servicios de internet y telefonía.
Durante dos días eso ocurrió mientras los delincuentes efectuaban sus operaciones en algunas de las rancherías de la zona.
Nadie del gobierno dijo algo.
Todo lo anterior nos revela un siniestro entorno, ante el cual, como antes, se aprecia que las agrupaciones policiacas locales aparecen con desventaja frente a las bandas criminales y en una situación en la que las federales brillan por su ineficacia.
Nunca será suficiente estar insistiendo en la ausencia de la utilización de las herramientas de la inteligencia policíaca y financiera para hacerle frente a los grupos criminales.
Si debiésemos buscar una evidencia del fracaso de las corporaciones policíacas y del total de las autoridades en esta materia, sólo baste señalar que en un momento determinado, en el penal federal de Juárez, convivieron los dos líderes de las bandas criminales del momento, que habían protagonizado lo más candente de la guerra entre ellas, en Juárez y Chihuahua entre 2008 y 2011, Vicente Carrillo Fuentes y de Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán.
Presos los dos jefes, las bandas siguieron actuando y fortaleciéndose, además de renovar a sus mandos, los que ahora aún siguen enfrentándose entre sí, y los de Sinaloa, en una guerra sin fin, entre sus dos principales facciones.
Poco hay que agregar a lo anterior, salvo que ahora está en mejores condiciones en la sociedad chihuahuense para, como lo hizo en el pasado, particularmente en los casos de las muertas de Juárez, primero, y luego en las de Chihuahua, sea la participación de organizaciones de la sociedad civil, las que lograron acometer aquella oleada sangrienta.
La que no ha desaparecido del todo, pero que frente al fenómeno de los desaparecidos, al igual que lo hicieron ayer sábado los habitantes de Mazatlán, es la hora de empezar las movilizaciones y la organización de la sociedad civil, para hacerle frente a las que son verdaderas tragedias familiares, y con ello reclamar de las autoridades estatales y federales la asunción de sus responsabilidades.
Eso están haciendo distintas agrupaciones existentes en el país, algunas de las cuales efectuaron una manifestación en la capital del estado provenientes de Guanajuato, Morelos, Quintana Roo, Durango y Chihuahua se manifestaron en Chihuahua, las que sostuvieron una reunión con el personal de Servicios Periciales para solicitar les tomaran huellas genéticas, con el fin de que se propicie el cruce de información nacional de este tipo.
Exigieron se dé seguimiento a las reuniones con las fiscalías en los estados, las cuales piden que sean de manera regular; que se complete y sea funcional la base de datos forense, además de que exista una verdadera comunicación entre los estados para analizar el cotejo de cuerpos no identificados y el establecimiento de mesas de trabajo conjuntas con la Comisión de Búsqueda y los Ministerios Públicos.
Para reportar personas desaparecidas en la ciudad de Chihuahua, se puede marcar al conmutador 614-429-3300, a las extensiones de la Comisión de Búsqueda 14333, 14335 y 14263.
En Ciudad Juárez, al número 656-6293300, extensiones 56455 y 56319.
Columna de Plata de la Asociación de Periodistas de Cd. Juárez (APCJ): 2008, 2015, 2017, 2022 y 2023
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