En un inusual discurso -por el escenario- el gobernador electo de Chihuahua, Javier Corral, en la reunión plenaria de los senadores del PAN, lanzó una de las críticas más severas a la línea política asumida por su partido, coincidentemente bajo la conducción de Gustavo Madero, quien ahora se desempeña como uno de sus más cercanos colaboradores.
Dijo que la política de colaboración con el PRI debería terminar:
“Se acabó, lo he dicho con todo respeto y con toda franqueza a mis compañeros de partido, la época del PRI-AN”.
Llamó a sus compañeros de partido y Cámara a llevar al PAN a entender que si “no asume que éste es un régimen que necesita ser relevado, modificado, reformado, no vamos a estar en esas condiciones –de ganar- en el 2018…. Este régimen ya se agotó, el gobierno está colapsado, y no puede ser ni debe ser el PAN el que le brinde una sola gota de oxígeno a este régimen moribundo…”.
Además, y esta es otra buena noticia para los chihuahuenses -el hecho de que Corral entienda lo que sucedió el 5 de junio- les dijo que “Si el PAN sabe entender que el 5 de junio la gran lección fue en contra de la corrupción y la impunidad, entonces el PAN va a tener una gran oportunidad (de llegar a Los Pinos)” pues el panismo podría caer en la presunción de que los triunfos electorales obtenidos por los candidatos panistas se deben a las buenas gestiones, o a las excelentes campañas electorales realizadas por ellos.
No es así, la mayoría de los electores lo hicieron en un claro rechazo a los gobiernos priistas, acusados de contar con muy elevados grados de corrupción. Los señalamientos son casi idénticos en las entidades en las que el panismo se alzó con el triunfo. En algunos casos, como el de Chihuahua, la designación del candidato contribuyó decisivamente a esos resultados pues éste supo leer adecuadamente cuales serían los mensajes que reflejaran mejor el sentir popular.
Las acusaciones al Gobernador Duarte eran más que extendidas, reforzadas por indudables yerros gubernamentales, acompañadas de un increíble derroche y frivolidad como no se recuerda haberlo padecido en Chihuahua en muchas décadas.
Uno de esos excesos, que hasta en la muerte de Juan Gabriel se refleja, fue precisamente la exageración en la adulación al divo de Juárez, al que llevó para que le cantara, en la Casa de Gobierno, en su cumpleaños, a tal grado de descomposición que hasta la entonces lideresa del PRI, y hoy diputada electa, Karina Velázquez, llegó a declarar que ella sí votaría por Juan Gabriel para Gobernador de Chihuahua.
Hasta allá llegaron los excesos del grupo gobernante, los que hoy causan una gran cantidad de “memes”, en ocasión de la muerte del cantante, en las que el acento no es el fallecimiento y lo lamentable de esto, sino el carácter de la relación del gobernante chihuahuense con el artista, con un deplorable tufo homófobo.
En medio de tal escenario, de duelo, del dolor provocado por la pérdida de Juan Gabriel, Corral le hace una severa, muy severa, advertencia a su partido y a sus compañeros de partido, especialmente al dirigente nacional, Ricardo Anaya, y al ex dirigente, Gustavo Madero, con las pruebas en la mano -el hecho de haber ganado tan contundentemente las elecciones en Chihuahua-, de que su línea política es la equivocada, que no pueden continuar, tal y como lo hicieron en la docena que fueron gobierno federal, en la alianza con el PRI, en los asuntos estratégicos, como el del petróleo, cuya reforma fue aprobada entusiastamente por el PAN, en un discurso en el que Madero decía que esa reforma llevaba “el gen panista”.
Y ahí ligó, con el ámbito nacional, el asunto de intentar llevar a los tribunales a César Duarte pues, dijo, “No se trata de (una) venganza personal, de revancha política, ni de una promesa electoral… queremos que con este caso Chihuahua rompa con el pacto de impunidad, que trasciende a partidos, a niveles de gobierno, a poderes de la Unión, a cámaras en el Congreso”. (Nota de Ernesto Acosta, El Universal, 25/08/2016).
Ahí nos atropella la pregunta ¿Y quienes suscribieron ese pacto de impunidad, desde la óptica de Corral?
Y por si faltara poco, le envió un mensaje a la Presidencia de la República -seguramente ya con el conocimiento que le habían cancelado por tercera ocasión la audiencia con el presidente Peña Nieto- al precisar que “no intercambiará impunidad por el apoyo del Gobierno Federal para sanear las finanzas estatales de Chihuahua”.