Chihuahua, Chih.
Reciban mis condolencias los familiares y amigos de nuestro compañero Arturo Alba Medina, conductor del Canal 6 de Telediario, Multimedios, acribillado por manos asesinas. Los responsables de este homicidio, uno más en contra de reporteros y periodistas, deberán ser detenidos y enjuiciados.
El gobierno de Chihuahua tiene la obligación del esclarecimiento del asesinato que encarcele a los asesinos intelectuales y materiales.
Nada más eso exigimos, pero nada menos.
- Renuncia Loera de la Rosa y se anota como aspirante a la candidatura de Morena
- Francisco Sánchez, Secretario del Ayuntamiento de Parral, es designado dirigente estatal de Movimiento Ciudadano
- "Lozoya es un capital político que ha hecho muy buena gestión en Parral"
Dos acontecimientos políticos ocurridos en la semana -la renuncia de Juan Carlos Loera a la delegación del gobierno federal y la designación de Francisco Sánchez a la dirigencia de Movimiento Ciudadano (MC)- han dado inicio de manera real a la contienda electoral del próximo año en Chihuahua.
Mientras la renuncia de Loera ratificó lo que se sabía. Prácticamente desde el momento en que fue designado Delegado de los Programas de Desarrollo del gobierno de la república en Chihuahua, se sabía que buscaría la candidatura de Morena, en cambio, la designación de Francisco Sánchez al frente de Movimiento Ciudadano no dejó de ser sorpresivo.
Los primeros comentarios realizados por éste develaron el rumbo que MC y el alcalde de Parral, Alfredo Lozoya, seguirán en la próxima contienda. El edil parralense buscará la gubernatura e impulsarán a Roberto Martínez, uno de los más cercanos ex colaboradores del presidente municipal juarense, Armando Cabada, como su candidato a la alcaldía juarense.
De ese modo, MC intentará atraer al electorado que se ha pronunciado en todas las encuestas por la vía “independiente” (es decir, los no postulados por partido político alguno) para tratar de constituirse, nuevamente, en la opción política que le dispute a Morena la hegemonía en el antiguo Paso del Norte.
Por lo menos, esa es la apuesta de los nuevos responsables de MC, quienes hicieron a un lado a Jorge Quintana Silveyra, el ex secretario del ayuntamiento con Enrique Serrano.
Los nuevos dirigentes de MC cuentan, indudablemente, con un capital político superior al del ex rector de la Uacj, pues la influencia de Lozoya en la región de Parral, que puede abarcar hasta Guadalupe y Calvo, es incontrastable.
De ahí la importancia de la candidatura de Roberto Martínez en Juárez, tratarán de sumar simpatías en los extremos del estado, arrancar lo que pudieran en la capital y la región occidental del estado y aspirar a que la elección de gobernador se vaya a tercios, acompañando en tal pretensión a Morena y el PAN.
Pero dependen, en muy alta proporción de lo que decida el alcalde de Juárez, Armando Cabada.
¿Qué hará éste? ¿Buscará la candidatura de algún otro partido, incluido Morena? ¿Respaldará a Lozoya? ¿Intentará la vía independiente?
¿A dónde enfilará su capital político?
Hay un buen abanico de posibilidades, nos podemos llevar una importante cantidad de sorpresas, porque Cabada, de no ser candidato al gobierno, podría negociar una candidatura, en cualquiera de los distritos de Juárez, a una diputación federal, prácticamente con cualquier partido.
Y de ser candidato a diputado ¿Por quién llamaría a votar? ¿Por Lozoya, PAN o Morena?
¿O Lozoya impulsaría a Cabada a la gubernatura?
Hay otro aspecto a resaltar.
Según todas las encuestas, Morena encabeza las preferencias en Juárez. Si MC postula a Roberto Martínez, sería posible que no le ganara a Morena pues su candidatura difiere mucho de la de Cabada en su momento; puede contar con respaldos importantes, sobre todo del mundo empresarial, pero puede ser muy difícil transferir la simpatía obtenida por Cabada a quien fue el administrador de la ciudad.
De las decisiones de este grupo de políticos puede depender el resultado de las elecciones al gobierno de Chihuahua.
A tales crucigramas se enfrentarán los aspirantes de Morena, sumados a los propios problemas generados por la designación de su candidato; si los morenistas creen que la labor de López Obrador generará los votos suficientes para garantizar el triunfo, están equivocados.
Deberá recordárseles que todas las encuestas (y si deciden desestimarlas, peor) reportan que en Chihuahua es en donde el presidente obtiene la calificación más baja. Tales resultados son congruentes con lo que se advierte en la calle y, además, con los resultados de las últimas elecciones
No es una frase, Morena necesita ganar contundentemente en Juárez (en las elecciones de gobernador, pues pudiera ser que los resultados a las alcaldías caminen en pistas distintas, dependiendo, sobre todo, de las candidaturas y las alianzas que se concreten en cada caso) para “compensar” los posibles resultados favorables al PAN, en el supuesto que el blanquiazul postulara a la alcaldesa Maru Campos Galván, porque si los panistas postulan a Madero, o cualquier otro, pondrán en riesgo una buena cantidad de votos que se decantan por la actual alcaldesa capitalina, lo que ha quedado demostrado en dos elecciones.
Pero Morena tiene un problema: Quizá no tenga tanta importancia el nombre del candidato.
Tal aseveración tiene una sola vertiente de sustento, el hecho de que en las encuestas realizadas, en las que hicieron diversos ejercicios con los distintos aspirantes morenistas, aparece un factor:
Que a pesar de las diferencias en el porcentaje de “conocimiento” del candidato (es decir, que tan conocido es) los resultados de quienes podrían ganar, entre los aspirantes de Morena, cuando los ponen a competir con los otros partidos, son muy semejantes.
Claro, los simpatizantes de uno y otro objetarán tal juicio y podrán, por ejemplo, los seguidores de Cruz Pérez Cuéllar argüir que es el que aparece más consistentemente como ganador, o adelante en las encuestas; sí, pero eso no quita el hecho de que, por ejemplo, Rafael Espino (con un bajo porcentaje de personas que lo “conocen”) obtiene porcentajes muy altos, cercanos a los de Pérez Cuéllar y que Loera de la Rosa obtiene, también, en algunas encuestas, resultados altos, y que estos dos ganan en otras encuestas.
Tal hallazgo significa que, en la decisión de los electores, pesa más el hecho de ser postulados por Morena que por sus méritos personales, lo que es lógico pues el peso mediático del presidente López Obrador arrastra y una parte de los electores votarán tomando más en cuenta ese factor, que el de la personalidad del candidato.
Morena requiere capitalizar en Juárez los resultados del gobierno de López Obrador (Obviamente, entre los que tengan una opinión positiva), y obtener en la elección a la gubernatura un margen muy amplio por encima del segundo lugar -de acuerdo con los resultados de las últimas elecciones, requerirán alrededor de 80 a 100 mil de ventaja- de no lograrlo, se pueden despedir de la gubernatura.
Y lo necesitan porque en la capital del estado el PAN podrá alzarse con la victoria parcial y acaso una ventaja de más de 80 mil votos sobre el segundo lugar. A esos votos de ventaja podrán sumarse los que obtenga en el distrito con cabecera en Delicias, (y sobre todo en esta región debido al elevado número de ciudadanos que, con motivo del conflicto del agua de las presas, mantiene una opinión negativa sobre el presidente) que podrían ascender a alrededor de 20 mil ¡Por encima del segundo lugar!
Se antoja imposible que Morena obtuviera votaciones apabullantes en el resto del estado, en particular en el noroeste, en donde se ubican dos distritos, el de Cuauhtémoc y el que abarca zonas de Juárez y varios municipios fronterizos.
Quizá obtenga resultados triunfadores en este último, pero en el de Cuauhtémoc probablemente no. Le pesará la salida de Morena del actual diputado federal, “Yako” Rodríguez y la licencia del alcalde Carlos Tena, lo que motivó la llegada del suplente, Antonio Morales Esponda, que no se identifica con el partido de López Obrador.
En el mejor de los casos, la disputa en Cuauhtémoc, en todos los cargos, será entre tres, al igual que en Juárez: Morena, el PAN y MC.
¿Qué hará Morena para designar a su candidato? ¿De veras irá a una encuesta del tipo de las efectuadas en el pasado, cuestionadas en todos los casos por los perdedores en las más importantes? ¿O será, como muchos lo imaginamos, la decisión del presidente López Obrador?
Y para quienes argumenten que el presidente ha dicho que no se involucrará en los asuntos de Morena, sólo debemos recordarles que, hasta ahora, en todos los asuntos importantes del país -o los que él considera importantes- se ha involucrado hasta el grado de imponer, en todos los casos, su voluntad.
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