El excelente recuento de los privilegios salariales de los regidores juarenses, y la falta de concordancia con sus obligaciones, que se reducen, en la práctica a su asistencia a las sesiones del Cabildo, así como a las reuniones de las comisiones a las que pertenecen, descrito en la nota de Juan de Dios Olivas, con información de Abraham Rubio, (“Sale caro movilizar a regidores”, El Diario, 11/VII/16) demuestra que estos funcionarios gozan de niveles salariales muy por encima de las tareas realizadas y de las obligaciones señaladas en las distintas regulaciones existentes.
Son de verdadero escándalo. Además de su salario y compensación, reciben un bono en efectivo para transporte de 13 mil pesos al mes; por si fuera poco, reciben “2 mil 500 pesos por mes en una tarjeta magnética para cargar gasolina”. (Ibídem).
Lo anterior, sin contar con la compensación de 15 mil pesos, más su salario de 36 mil 700 pesos, lo que hace un ingreso total de 67 mil 200 pesos, frente a los ingresos del presidente municipal suplente, 65 mil pesos procedentes del salario, más un bono mensual de 28 mil pesos, para llevar el total del alcalde a 93 mil pesos al mes, una tercera parte más que el resto de los ediles.
Sin embargo, no hay punto de comparación con las tareas realizadas.
Por ejemplo, el regidor priista Raúl López Luján reportó que en el mes de octubre del 2015 asistió a dos reuniones de la Comisión de Transporte que él preside (Ibídem); “dos asistencias en el mismo mes a las reuniones de la Comisión de Enajenaciones a la que pertenece y cero a las de Servicios Públicos en la que también participa”, así como a “dos sesiones de Cabildo y sus reuniones previas”.
Cosa semejante reportan en sus informes otros regidores del PRI; en cambio, los regidores del PAN -todos de Juárez- no reportan, en sus informes tetramestrales, sus asistencias a comisiones o sesiones del cabildo.
De acuerdo con el informe del programa “Regidor MX”, sólo el 30% de las sesiones del cabildo se realizaron con la presencia del total de los regidores.
Cosa semejante ocurre con los diputados locales, de cualquier legislatura, lo único que cambia son la frecuencia de las sesiones a las que están obligados a asistir -dos por semana en período de sesiones y las extraordinarias- y las de las comisiones legislativas a las que pertenecen pero cuyo monitoreo, o reporte informativo, no existe, y en sus informes anuales no reportan.
Estamos a unos cuantos días de que los nuevos ediles y legisladores asuman sus funciones ¿No llegó el momento para exigirles la inmediata disminución de sus salarios y desaparición de sus privilegios salariales?
¿Porqué no exigirles, de inmediato, la suspensión del pago de gasolina y ayuda para transporte a los regidores de Juárez?
Con toda seguridad el alcalde electo, Armando Cabada, tendría el apoyo del total de la población para ahorrarle a los juarenses el costo de los privilegios de funcionarios que sólo ven a los puestos públicos como la ubre permanente de sus vidas.
Del mismo modo ¿Porqué no asentar en el reglamento municipal la aplicación de sanciones económicas a los regidores por las inasistencias a las sesiones del cabildo y de las comisiones a las que pertenecen? ¿Porqué tienen privilegios de los cuales carecen el total de trabajadores?
La mayoría de los integrantes de la clase política, cuando son interrogados acerca de sus ingresos como funcionarios públicos, siempre dicen desconocerlos y se enredan en emotivos discursos acerca de su supuesta “vocación de servicio”.
Pues bien, que la demuestren, que sean los primeros en anunciarnos que están de acuerdo en la inmediata disminución de sus salarios.