Chihuahua, Chih.

Digámoslo de una vez: Tanto el proyecto de reforma electoral de Javier “El Inútil” Corral para incorporar las ‘elecciones primarias’ como la iniciativa de promover la ‘segunda vuelta’, son propuestas totalmente ajenas al tiempo histórico de México.

Dada la crisis sanitaria, económica y laboral que padece del país, resultan ser propuestas indeseables e inaceptables; porque ambas iniciativas se sustentan en una serie de argumentos falsos y tendenciosos.

¿En qué consiste una ‘elección primaria’? En la iniciativa ejecutiva se precisa que “es el proceso mediante el cual los partidos políticos seleccionan, por medio del voto de la ciudadanía, a sus candidatos, los cuales, posteriormente, se presentarán en las elecciones para cargos populares”.

En la iniciativa corralista se pretende que la participación del electorado para ‘elegir’ a los candidatos partidistas y de coaliciones electorales se efectúen “en un solo día para todos los cargos de elección popular que correspondan cuyo resultado será vinculante para los partidos y coaliciones”.

En otras palabras, se trataría de jornada ‘constitucional’ para ‘elegir’ candidatos partidistas, candidatos independientes y candidatos de coaliciones electorales; en la que cada elector podrá ‘elegir’ a los candidatos de su preferencia para los cargos de Gobernador, Diputado, miembros de un ayuntamiento y síndicos. Cuyo sentido de votación sería, muy probablemente, el mismo en la elección constitucional.

Sin embargo, esta propuesta lleva implícita una violación a los derechos político-electorales en perjuicio del electorado chihuahuense, porque la participación de los ciudadanos no militantes de un partido político sería equiparable a una “adhesión del ciudadano (votante) a los principios y postulados del partido político” de los candidatos ‘electos’.

Por otra parte, la iniciativa de Corral contiene diversas afirmaciones dogmáticas que ameritan su total rechazo. Tal y como se acredita a continuación:

Se afirma que la ciudadanía tiene “una notable falta de credibilidad hacia los partidos políticos como consecuencia, de la vida política en general… lo que trae como consecuencia la despolitización de la gente y el desconocimiento de los candidatos seleccionados… impuestos a los gobernados a quienes no les queda más remedio que conformarse con la pobre e improvisada opción política, con lo que se agranda el descontento social”.

Yo me pregunto: ¿Acaso ‘El Inútil’ ignora que el hartazgo social es consecuencia del incumplimiento de las “promesas del corazón” de los candidatos de todos los partidos políticos? ¿Acaso ignora que la corrupción y la impunidad se generan en el ámbito del ejercicio del poder público y no por la conducta de los candidatos?

Ahora bien, de ser aprobadas las ‘elecciones primarias’ y la ‘segunda vuelta’, se tendrían que aceptar los siguientes absurdos político-electorales:

1) Los miles de ciudadanos que integran las casillas electorales estarían obligados a participar en tres jornadas electivas: a) la de la ‘elección primaria’; b) la de la elección constitucional; y c) la de la ‘segunda vuelta’.

2) Habría tres etapas de proselitismo electoral: a) la de precandidatos antes de la ‘elección primaria’; b) la de candidatos antes de la elección constitucional; y c) la de los dos mejores candidatos ganadores antes de la post-elección constitucional. 

3) El IEE tendría que imprimir -en tres ocasiones- millones de boletas electorales para estas tres jornadas electorales; lo cual implica un gasto excesivo e irracional.

REFORMAS CIUDADANAS: Lo que la sociedad chihuahuense exige, a gritos, es la reducción del financiamiento público a los partidos políticos y del sueldo de los altos funcionarios públicos.

A mi parecer, el inicio del proceso electoral local debe posponerse hasta enero del 2021 cuando ya se tenga la certeza de que no hay riesgo de contagio al COVID-19 y se haya evaluado y subsanado, en parte, el daño económico y laboral causado en la sociedad chihuahuense.