Chihuahua, Chih.
Las informaciones espantan. Nuevamente el antiguo Paso del Norte es tema relevante de la seguridad pública, que nuevamente ha alcanzado niveles de extrema preocupación.
De acuerdo con el Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal A.C, Juárez se convirtió en 2018 en la quinta ciudad más violenta del mundo por la tasa de homicidios. Al mismo tiempo, con más de 6 mil denuncias anuales, Juárez sobrepasó 2.8 veces la tasa nacional de violencia familiar, según el Observatorio Ciudadano del Fideicomiso para la Competitividad y Seguridad Ciudadana (Ficosec).
Además, “Según datos del Inegi, estadísticas de la Fiscalía General del Estado de Chihuahua y el seguimiento periodístico de los casos, de 1993 a la fecha los asesinatos de mujeres suman mil 896 en Ciudad Juárez y el Valle”. (Nota de Hérika Martínez Prado, El Diario, 8/III/19).
Más, en lo que va del 2019 han sido privadas de la vida 22 mujeres, contra 105 víctimas del año pasado, de las cuales, “sólo 28 casos fueron tipificados como feminicidio, cifra con la que Juárez aparece como líder en el país, según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema de Seguridad Pública Nacional”. (Ibídem).
Para combatir tal fenómeno se dedica menos del 2% del presupuesto estatal, según Cecilia Espinoza, a nombre de la Red Mesa de Mujeres.
Esa es la realidad del Juárez de estos días y el recuerdo ominoso del período violento anterior ahí está, presente, en lo que es una tenebrosa cotidianidad para cientos de habitantes de la frontera más importante de Chihuahua.
Más aún, en los primeros tres meses del año, han ocurrido 300 asesinatos, de los cuales, una décima parte fueron mujeres.
¿Será necesario repetir la experiencia de aquellos años, cuando miles de soldados y policías federales llegaron a Juárez y las cifras delictivas crecieron?
¿O será distinto, como lo que informaron apenas el martes en Tijuana, de que lograron una disminución en la cifra de homicidios, del 21%, después de haberle dado una atención “prioritaria”, de acuerdo con las palabras del presidente López Obrador, al lanzar un operativo especial, conjunto, de la Marina, el Ejército, la Policía Federal y la Policía Estatal, en el que llegaron 2 mil 231 elementos de Sedena, Marina y Policía Federal?
¿Será distinto? ¿Tenemos opciones?
Aparentemente, tendría que hacerse algo más que eso, la elevada incidencia de violencia doméstica, de violaciones, feminicidios y homicidios sin conexión con el crimen organizado devela que las raíces de la violencia van más allá y que no se podrá combatir con simple elevación en el número de efectivos, policiales o militares.
Una cosa es cierta, la única posibilidad es apostarle a la creación de una policía confiable, profesional, honrada, como la que no hemos tenido, por desgracia.
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