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¿Quién ganará en 2024?

¿Quién ganará en 2024? 27 de diciembre de 2023

Héctor Aguilar Camín

Chihuahua, Chih.

Apareció un libro distinto, pensado por fuera de la caja habitual de encuestadores y expertos, sobre la elección de 2024.

Se llama Switchers S2. El segmento de la orfandad, título malo si alguno, pero exacto sobre lo que estudia, y con un toque enigmático, que el autor despeja en el libro con solvencia y claridad meridianas.

El autor es Gabriel González-Molina, cuya mirada, por el título del libro, parecería la de un ocurrente outsider que de pronto se lanza con hipótesis aventureras al circo de cábalas, rumores y descrédito de encuestas que gobiernan nuestra discusión sobre qué pasará en 2024.

Bueno, González-Molina es cualquier cosa menos un improvisado en estos menesteres. Más bien, es un investigador pionero, en particular de esa categoría enloquecedora que nunca falta en las encuestas, que nadie sabe bien ni qué significa, ni qué hacer con ella.

Me refiero a la casilla de los “indecisos”, que a veces tienen porcentajes superiores a los que necesitan para ganar o perder los candidatos que mide la misma encuesta.

En elecciones competidas, la zona “indecisos” es un hoyo negro que relativiza al máximo la precisión de las encuestas, porque es el hoyo clave, el hoyo donde están los que al final definirán quién gana la elección, pero mientras tanto no saben o no han decidido, o no quieren decir cómo votarán , y entonces no dicen nada.

González-Molina se ha dedicado medio siglo a definir y “medir” ese hoyo negro que son los indecisos cambiantes (switchers).

Empezó sus hallazgos en el año 2000 con un libro ¿Cómo ganar las elecciones? (Ediciones Cal y Arena,) y siguió afinando su ejercicio en libros publicados en los años previos a las elecciones presidenciales de cada seis años.

¡Acertó en todas!

En 2012, con sólo 0.26 % de diferencia respecto de los votos finales. En la de 2018, con menos de 3 % de imprecisión.

Switchers S2. El segmento de la orfandad, es su libro de 2023 sobre quiénes decidirán el triunfo o la derrota electoral en 2024. 

Su respuesta: no serán los votantes del voto duro, los portadores del Sí o del No plebiscitario.

Serán los switchers, pero cierta clase de switchers.

Errores de lectura hacia 2024. 

Gabriel González-Molina analiza tres errores comunes de interpretación o lectura sobre lo que pasará en 2024.

El primero es creer que Morena tiene ganada la elección porque la aprobación de AMLO se mantiene alta. Esto, dice el autor, es “no saber distinguir que una cosa es aprobar su narrativa y otra, muy distinta, votar de nuevo por él o por Morena. Al presidente lo aprueban muchos, pero la mayoría no votaría otra vez ni por él, ni por Morena”.

El segundo error es creer que la oposición puede ganar en 2024 apoyada sólo en los votos contra el gobierno. Esto, dice González-Molina, “reduce la elección a un simple referendo: asumir que los electores decidirán exclusivamente con base a su actitud a favor o en contra del presidente”.

La visión de 2024 como un referendo reduce a dos franjas opuestas un telar complejo. “Pierde de vista por completo que los electores tienen necesidades no satisfechas, expectativas de lo que quieren en sus vidas y que su decisión de votar a favor o en contra de alguien se basa precisamente en la ecuación de quién puede mejorar su situación actual”.

El tercer error de lectura de lo que pasará en 2024, según González-Molina, es creer que el factor decisivo del voto son los candidatos, su buena o mala imagen, y sus propuestas. Esta idea esconde una distorsión de perspectiva más profunda: que la elección depende de lo que se le ofrece al elector, es decir, de “una lógica del mercado minimalista dominada por la oferta”.

“Debería ser exactamente al revés”, dice González-Molina: “plantear los escenarios de voto hacia 2024 con base en lo que los electores valoran, necesitan y exigen, con base en la demanda, no en la oferta”.

Switchers S2 explica, analítica y estadísticamente estos errores y el sector clave de la contienda: quiénes son los votantes que decidirán la elección, dónde están y qué quieren.

¿Quién ganará en 2024?

La tesis central de Switchers S2. El segmento de la orfandad, es que “a poco tiempo de la elección de 2024, aún no hay nada para nadie… El mercado está polarizado, pero ninguno de los dos polos es lo suficientemente grande para ganar las elecciones”.

González describe un mercado electoral repartido en cuatro segmentos: 

Los Leales, los Anti y dos segmentos de Switchers: los S1, que votarán muy mayoritariamente por el oficialismo; y los S2, que no han decidido su voto, pero están “alejados del presidente” y “han vivido en la orfandad durante todo el sexenio, con la vivencia de que nadie ni nada los representa”.

Los números de estos cuatro segmentos son así:

1. Leales (voto duro AMLO): 21 %

2. Switchers 1 (muy pro-AMLO): 21 %

3. Antis (voto duro anti-AMLO): 23 %, y

4. Switchers 2 (“huérfanos”, sin casilla elegida): 35 %

 


La buena noticia para el oficialismo, dice el autor, es que, si ganan todo el segmento Switchers 1, que les es muy favorable, tendrán 42% de los votos, una posición alta. La mala noticia es que ese 42 % no es un piso, sino un techo: es lo más que podrán ganar.

En el lado opuesto, la buena noticia para la oposición es que los Anti son 23 %, un voto duro mayor que el de AMLO, y que el segmento Switchers 2 está alejado de AMLO, pero tampoco es seguro para la oposición: es un segmento de votantes que hay que ganar ofreciéndole lo que quieren, no lo que inventan candidatos o partidos.

¿Y qué quieren estos habitantes del S2? Resume González-Molina:

Valoran su esfuerzo para salir adelante, aprecian el trabajo como fuente de riqueza, necesitan apoyo emprendedor, empleos con potencial de crecimiento, impulso a los micro y pequeños negocios. 

Exigen mejoras en educación y salud y una estrategia real contra el crimen organizado. Son sensibles a una narrativa de oportunidades para salir adelante y la esperanza de vivir mejor.

Quien gane el voto de los mexicanos que este párrafo describe ganará 2024.

Tres Méxicos, cuatro agravios.

Las creencias de los cuatro segmentos del mercado electoral, son variadas y a veces contradictorias entre sí, pero, puestos a definirlas en sus rasgos fundamentales, lo que dibujan es una sociedad alineada, en mayor o menor medida, en dos polos, dos órdenes de expectativas y exigencias públicas frente al gobierno que van a elegir.

De un lado, es visible un polo de la sociedad que quiere un gobierno paternalista, que le resuelva casi todo, que sea “como un papá”. 

Del otro lado, hay un polo de la sociedad que quiere salir adelante por su propio esfuerzo, con un gobierno que lo ayude, sobre todo en el sentido de no estorbarlo y dejar que se creen oportunidades que cada quien pueda aprovechar por sí mismo.

 


Los dos polos tienen una expresión geográfica, esbozan tres Méxicos: un Sur paternalista, un Norte individualista y un Centro mixto. 

Hablo de tendencias dominantes, no de totalidades.

Como dije antes, ganarán la elección las candidaturas y partidos que logren atraer hacia su causa el voto de los switchers, en especial el 35 % de los Switchers 2, que no se sienten representados por nadie.

Muy interesante en los matices del libro es que, entre los segmentos switchers (el S1, proclive a AMLO y el S2, distante de él) haya una comunidad de agravios en cuatro asuntos: el rechazo a la corrupción, el aumentonto de la violencia, no sentirse seguro y los servicios de salud.

El primer agravio, La corrupción, persiste como queja. Puede resumirse en la idea de que el gobierno gasta mucho “sin que se vean resultados, lo cual estos votantes perciben como una enorme corrupción que se ha mantenido oculta y debe ser expuesta”.

El segundo agravio, La violencia, ha dado un salto: en 2012, era una queja sólo en el norte del país. Ya es una queja nacional. Su exigencia pública es que haya “una guerra frontal no sólo contra los delincuentes, sino principalmente contra la violencia”.

El tercer agravio cabe en una frase: “Hazme sentir seguro”. Es un reclamo directo a los gobiernos, porque, para millones de mexicanos, resume González-Molina, “los principales responsables de la inseguridad son los policías, particularmente los municipales, a quienes perciben como ‘más parte del problema que parte de la solución’. La queja predominante son sus abusos, porque la policía trabaja para los delincuentes”.

El cuarto agravio común a millones La salud, se concentra en el desabasto de medicinas y en la pérdida de atención médica gratuita. Aquí unos dichos de la gente sobre este agravio:

“Tiene uno miedo de enfermarse porque no hay dinero para pagar ni las medicinas”.

“Va uno a la clínica de salud y también ahí le cobran a uno, porque hay que pagar las medicinas y los análisis”.

“Los niños son los que más sufren porque no los puede uno llevar a ver al doctor como antes. Ya ni Seguro Social tiene uno. Ahora todo cuesta”.

“¿De qué nos sirve que nos den pensión de adulto si no nos alcanza para pagar las medicinas?”.

Quien responda mejor a estos agravios, comunes a los electores que no han decidido aún por quién votar, ganará la elección de 2024, dice el autor de este libro, un libro único, distinto, de lectura obligada.

*Historiador y escritor