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Prometer no empobrece

Prometer no empobrece 19 de diciembre de 2020

Mariela Castro Flores

Chihuahua, Chih.

Para bien o para mal, las designaciones de candidaturas a la gubernatura han emprendido, en algunos casos, desde millonarias campañas a las más modestas; pero con presencia suficiente como para atiborrar el mobiliario urbano y las redes sociales. 

Cualquiera que tenga incluso mínimas posibilidades, ha hecho uso de lo que módicamente su bolsillo le permite; así, desde el uso indiscriminado de costosos espectaculares (en tiempos de austeridad) hasta inserciones en video pagadas a través de las ventajas que plataformas virtuales (como el estar fuera de la regulación electoral), proveen.

Quienes aspiran a puestos de elección popular como diputaciones o regidurías no nos permiten escapar; replican la misma práctica, aunque en menor proporción. El despropósito radica en que ni siquiera estamos en medio de un proceso electoral como para ser centro del bombardeo del que estamos siendo sujetos/as.

Otra herramienta que en últimos tiempos se ha utilizado son los mensajes SMS para promover “acciones” que proponen cambios o beneficios en caso de conseguir el puesto deseado, como si la política pública y su consecución pudiera resumirse en unas cuantas palabras que quepan en un mensajito que por estos o próximos días reciba en su celular. 

Dichos mensajes –aunque de forma concreta son muy breves- hablan de la sociedad que pretenden gobernar, de la forma de gobierno que pretenden ejercer, de la imagen que de pueblo –una muy clasista en la que el pueblo es bárbaro, malamansado y que requiere guía e instrucción- tienen. Lo digo porque hace unos días a mi teléfono llegó un mensaje que versa así: “… líder en encuestas en Chihuahua fundo morena con AMLO, Honestidad Experiencia, cercano a la gente/vacuna covid será universal y gratuita”. Si usted me sigue en redes sociales, le adjunto la imagen.

Al margen de las faltas de ortografía que son una falta de respeto para las personas que leen dichos mensajes, ¿creen que las personas no saben o no conocen sus derechos mínimos básicos?

Independientemente de los tiempos pandémicos que corren, en la historia reciente de la vacunación se puede mencionar que el inicio del Programa Nacional de Inmunizaciones dio comienzo en 1973 cuando se comprendieron las cuatro vacunas esenciales (polio, DPT, BCG y sarampión) y poco después el tétanos. 

Para finales de 1990 en la Encuesta Nacional de Vacunación (ENCOVA), se mostró de modo concreto que la inaccesibilidad de ciertos sitios como la falta de programas de prevención provocaban rezago en la cobertura, lo que dio pie a la creación de un solo esquema básico de vacunación para todo el país. 

El Programa de Vacunación Universal se creó en 1991 por decreto presidencial y se fundó el CONAVA, que es el Consejo Nacional de Vacunación, contando este entre sus funciones realizar gestiones administrativas, planear, operar e involucrar a todos los sectores de la secretaria de salud no solo para garantizar el abasto, también la aplicación y fomentar la investigación en el ramo.

¿Por qué ofrecen algo que ya existe como una promesa de campaña? ¿Por qué asumen que pueden engañarnos sobre nuestros derechos más básicos?

El derecho a la salud es irrevocable y de los más importantes, porque a través de su ejercicio es que las personas mantienen un adecuado desarrollo físico y mental para que, de ahí se puedan ejercer muchos otros. 

El Estado está obligado a proporcionar este derecho atendiendo a que existe ya un marco legal de salud. 

Las normatividades se dirigen a toda la población y se conforma por la Constitución, la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, el Código Federal de Procedimientos Civiles, el Código fiscal de la Federación, el Reglamento de la Ley General de Salud en Materia de Investigación en Salud, el Reglamento de la Ley General de Salud en Materia de Control Sanitarios de Actividades, Establecimientos, Productos y Servicios, cuatro decretos presidenciales y siete Normas Oficiales Mexicanas.

Independientemente de si es la panacea la vacuna contra el COVID, todas las personas tienen derecho a la vacuna y que el Estado la garantice, eso no queda sujeto a la decisión o consideración de nadie; existe un concepto que se define como “exclusión social” y aplica precisamente para las vacunas y la intención de condicionarla u ofrecerla a modo.

El Programa de Vacunación Universal es una política pública de salud, cuyo objetivo es otorgar protección específica a la población contra enfermedades que son prevenibles a través de la aplicación de vacunas, además de ser un derecho universal y un bien público.

Reitero:

¿Por qué ofrecen algo que ya existe? La construcción y fortalecimiento de esta política pública lleva décadas, que no la conozcan no quiere decir que no exista o que fácilmente la pueden borrar. 

Reconstruir un gobierno o construir un régimen distinto no quiere decir abolir lo existente, ¿suponen que la sociedad y el pueblo es ignorante o que fácilmente se le puede engañar?

Es momento de replantear sus estrategias. No insulten a nuestra dignidad e inteligencia, con nuestros derechos humanos no se puede negociar; no sueñen que ni siquiera diciéndose de izquierda, nos los quieran quitar.

@MarieLouSalomé

Mariela Castro Flores

Politóloga y analista política especialistas en género y derechos humanos.