Polarizar, hasta que el odio se convierta en la forma de disuasión (im)perfecta

Polarizar, hasta que el odio se convierta en la forma de disuasión (im)perfecta 10 de junio de 2020

Leonardo Meza Jara

Chihuahua, Chih.

La sentencia política que opera de facto en México es evidente: Polarizar, hasta que el país quede convertido en un callejón sin salida, formado por dos orillas.  Y justo en las orillas, se puedan construir las trincheras de una guerra para odiar. En la actual coyuntura se perfeccionan las prácticas ideológicas y políticas del odio. 

La declaración de López Obrador del sábado pasado en Minatitlán, Veracruz, que exige una "definición" a favor o en contra de la 4T, y la presentación el día de ayer del documento de la BOA, dejan totalmente en claro la estrategia electoral de Morena y de la oposición hacia el 2021: Polarizar hasta el último rincón de la política, hasta la última gota de sudor de la sociedad, hasta la última respiración de la vida pública.

Desde luego que existe una oposición a la 4T, con sus operadores y sus grupos de poder, con sus recursos y sus estrategias. Pero, esa oposición no está necesariamente constituida por quienes fueron señalados durante la conferencia de ayer. 

Tal vez, esta oposición no tenga el nombre de BOA, y opere de una manera que no resulta clara todavía. El retrato más claro, con evidencias de por medio, que se ha tomado de la oposición a la 4T, está en la operación Berlín ("Operación Berlín: conjura anti AMLO", Eje Central,14 de marzo de 2019). Después de las evidencias y los argumentos mostrados sobre la operación Berlín, no se han mostrado otras evidencias y argumentos válidos, para dejar en claro la manera en que se constituye y opera la oposición a la 4T. 

La lista de nombres de medios impresos y de personas que se hicieron públicos en la conferencia de Palacio Nacional, tiene como objetivo dibujar el mapa de un enemigo, localizar a un enemigo, para emprender una cruzada en su contra. 

La inclusión de la revista “Proceso” entre esos nombres es un acto ruin y carente de evidencia alguna. 

Una situación similar, viene sucediendo con el caso de Carmen Aristegui en las redes sociales. Se denosta, sin evidencias ni argumentos suficientes a la revista “Proceso”, a Carmen Aristegui y otros medios, para declararlos como enemigos y hacerlos visibles hacia los ataques siguientes. 

La focalización de un enemigo pretende convertirlo en un objeto que se coloca ante la mira de un disparo político. El acto de señalar enfáticamente con el dedo a un enemigo, acusándolo y repudiándolo, es muy cercano al acto de colocar el dedo sobre el gatillo, a unos milímetros del disparo. 

Los enemigos políticos se construyen discursivamente, entre lo real y lo imaginario, son pequeños o grandes monstruos, cuyas dimensiones son imprecisas, incluso cuando se cuentan como una historia ya sucedida, con evidencias documentales de por medio. 

Lo que ayer se mostró en la mañanera del Palacio Nacional, es la monstruosidad de un enemigo creciente al que hay que detener a costa de lo que sea.

Del otro lado, se procede igual o peor. Discursivamente, la oposición inventa a la 4T como enemigo mediante denominaciones que se tuercen y adjetivos que sobreinterpretan. De lo que se trata es de aumentar la monstruosidad de la 4T, hasta que el miedo tome la forma del odio.

Vaya maneras de construir mecanismos ideológicos y políticos del odio, de uno y otro lado. 

¿Qué sigue después de la polarización cuyas orillas son el odio recíproco? ¿Qué sigue después de que el odio ideológico y político se inflame hasta la exasperación?

En este contexto de polarización creciente, lo que se vive es una inflamación ideológica y política, que ya comienza a sedimentarse bajo la forma del odio. 

Ya hay indicios de una materialización del odio en los hechos políticos, que se manifiestan como violencia. Cuando la política toma la forma de una guerra, lo que sigue es la violencia.

Hay que tener presente que los monstruos no son enteramente los enemigos políticos, la forma definitiva de los monstruos no se deposita por completo en los otros, una parte de esos monstruos está en el odio construido de manera consciente o inconsciente, en uno mismo.

Hay que cortar el odio, hay que detener el odio…

Leonardo Meza Jara

Maestro, analista político.