Chihuahua, Chih.
¿Podría aplicársele dicho tan famoso -se salió por peteneras- al gobernador Javier Corral por el anuncio realizado el martes anterior, el de que ha solicitado la orden de detención, con fines de extradición del ex gobernador César Duarte Jáquez?
Lo realizado por Corral es extremadamente polémico, se presenta en momentos muy difíciles en los que las intenciones de hacer una ú otra cosa se achacarán a la cercanía del proceso electoral presidencial, o a la innegable alza delictiva en Chihuahua o, incluso, para los más fervientes detractores del paseño, para paliar los escasos logros obtenidos por el gobierno del amanecer.
Del mismo modo, el asunto de la reestructuración de la deuda directa, que permanece sin resolverse, y sin que la nueva administración se muestre especialmente empeñada en esclarecer los verdaderos alcances de las maniobras financieras propuestas.
Y para otros, muchos, el nulo avance mostrado en el esclarecimiento del asesinato de la periodista Miroslava Breach (hecho que concita mayor crítica que el homicidio del también reportero, Adrián Rodríguez, de GRD Multimedia, a consecuencia de los asuntos abordados por la primera) serían asuntos que llevarían al gobernante Corral a intentar asombrar a la prensa de la capital mexicana, y acaso a la clase política, al realizar el anuncio en la ciudad de México.
No logró ni uno ni lo otro.
Del alcance e importancia de la solicitud de extradición nos ocuparemos el fin de semana, además del mundo de asuntos involucrados en dicha petición ante el gobierno de Peña Nieto y las frases de Corral dirigidas al mandatario mexicano.
Causó extrañeza el hecho de que el mandatario chihuahuense decidiera efectuar el anuncio en la ciudad de México y que, además, incitara a la curiosidad y hasta el morbo por la elevada expectativa que le dió al anuncio por realizar, de ahí la enorme decepción causada, acrecentada por una verdadera avalancha mediática contraria a Corral, que dejó de lado la realización de un verdadero análisis de la importancia de lo solicitado por el gobernador Corral y la ruta seguida por éste en la búsqueda del encarcelamiento del ex gobernador Duarte, de lejos su principal promesa de campaña.
Mencionado, ya, como el emergente que podría sustituir al dirigente nacional, Ricardo Anaya, en la candidatura presidencial de la alianza PAN-PRD-MC, ante cualquier eventualidad que le impidiera a éste alzarse como el abanderado de tal coalición, cualquier acto que efectúe el gobernador Corral se tomará como parte de los esfuerzos en ese camino.
Bueno, pues por lo publicado por los medios de comunicación capitalinos, el anuncio de la petición de la extradición no fue de la importancia buscada por el grupo gobernante.
Lo anterior es consecuencia, quizá, del giro imprimido en las últimas semanas a su gobierno, a partir de la celebración del “Encuentro Chihuahua”, ya que sus esfuerzos se aprecian, más en el rumbo de incidir en las elecciones presidenciales, que en el de afrontar sus responsabilidades como mandatario local, percepción acrecentada por la activa participación, en el ámbito nacional, al interior del PAN, de quien ocupa formalmente la coordinación del gabinete, el ex presidente nacional panista, Gustavo Madero, encargado de la coordinación de la elaboración del Plan de Gobierno de su partido para las elecciones del próximo año.
Y a que, además, Madero tendrá, precisamente por las características mencionadas, un papel más relevante en la construcción de los acuerdos de la alianza electoral en la que están inmersos.
Por ello, probablemente, y no sólo en la recepción de los medios a la petición de extradición, sino al curso mismo de este proceso, estemos frente a la posibilidad de que esté sujeta a los vaivenes de la elección presidencial, lo que, dadas las lejanas posibilidades de que el PRI repita su triunfo del 2012, después de las elecciones del 2018 lo más probable es que Duarte termine enfrentando la justicia chihuahuense.
Eso esperamos.
*Real Academia Española de la Lengua: Salirse por peteneras. Desviar el discurso con una incongruencia, frecuentemente para no pronunciarse en una cuestión comprometida.