PEMEX y la autosuficiencia en la refinación de gasolinas

PEMEX y la autosuficiencia en la refinación de gasolinas 14 de agosto de 2024

Serafín Peralta Martínez

Chihuahua, Chih.

Han pasado muchos años desde que México se convirtió en país productor de petróleo y se colocó entre los de mayor volumen de producción y de exportación en el mundo.

La historia del petróleo en México se da con los primeros hallazgos del petróleo en el sureste de país y también con la expropiación petrolera que realizó el presidente Lázaro Cárdenas el 18 de marzo de 1938, como un acto por medio del cual se nacionalizó la industria petrolera que estaba en manos de empresas extranjeras para pasar a ser patrimonio de la nación.

Con la expropiación, el Estado mexicano pasó a tener el control y unos meses después, el 7 de junio de 1938, se fundó la empresa paraestatal Petróleos Mexicanos (PEMEX) a la cual se le otorgaron amplias facultades para realizar todos los trabajos de exploración, explotación, refinación y comercialización del petróleo en nuestro país.

Cuando aún era incipiente la producción de petróleo crudo (se dice que es petróleo crudo, porque no se refina) y sólo se atendía el mercado interno, en 1971 se descubrió la reserva petrolera denominada Cantarell, que llegó a ser considerada la tercera reserva más grande del mundo.

Pero no fue sino hasta 1979 cuando se empieza a producir petróleo en forma masiva, ahora ya no sólo para abastecer el mercado interno, sino para incursionar en el mercado de exportación.

México se convertía así en una potencia mundial petrolera, a tal grado que contagiaba el ánimo en el entonces presidente José López Portillo que en sus discursos exhortaba a los mexicanos a aprender a “administrar la abundancia” o la riqueza que le dejaría la del petróleo.

Nada más equivocado, de entonces a la fecha, han pasado 45 años y en México no hubo cambios sustanciales. México siguió exportando petróleo crudo, y aunque hizo intentos de refinar su petróleo, con refinerías que se fueron construyendo en los 70´s y 80´s, como la de Minatitlán (que se construyó en 1906), Cadereyta, Madero, Salamanca, Salina Cruz y Tula, la riqueza nunca llegó, pero sí permaneció el saqueo a PEMEX por parte del Gobierno federal que en cada ejercicio fiscal (cada año) la Secretaría de Hacienda y Crédito Público contemplaba en su presupuesto de ingresos totales, hasta el 45% de los ingresos provenientes de la carga fiscal, que por Impuestos, Derechos y otros gravámenes, se le obligaba entregar a la empresa petrolera paraestatal para el presupuesto de gasto público.

Casi paralelamente cuando México emerge al mundo como potencia petrolera (en 1979), nace en 1980 el Sistema Fiscal Mexicano, que tuvo como característica que el Congreso de la Unión era el único facultado para establecer los impuestos o contribuciones.

Este sistema tributario o fiscal, nació muy limitado en figuras contributivas, con tan sólo seis impuestos (ISR, IVA, IEPS, ISAN, ICE e IH), mismos que hasta la fecha prevalecen. Ningún gobierno o ningún presidente de la República en 44 años ha querido reformar a fondo dicho sistema impositivo.

Nunca hubo preocupación por reformar el sistema de recaudación tributario porque se tenía a la mano la alternativa de los ingresos petroleros, que en 2004, alcanza su máximo nivel de producción con 3´843,000 barriles diarios de petróleo. Se creía que, entre más producción se tuviera, más se exportaba y más ingresos se tenían. Por tanto, reformar el sistema tributario implicaría la pérdida del voto popular; sin embargo, mantener esta estrategia, de estar quitándole los ingresos a PEMEX y obligándolo a endeudarse cada año, no le permitió desarrollar la infraestructura para refinar su petróleo y producir gasolinas como estrategia de sustituir las importaciones de esos combustibles.

Así, después de tantos años de que en cada sexenio se vivía de la exportación o venta de petróleo crudo, de sólo refinar el equivalente a 304 mil barriles diarios de petróleo, que significaban el 20 por ciento del consumo nacional y de estar comprando o importando gasolinas, en esta administración del presidente de López Obrador (que está a punto de terminar), nos presenta un panorama con un panorama totalmente diferente.

Pemex con la infraestructura con que ahora cuenta, con las seis refinerías equipadas y rehabilitadas, con la empresa petrolera Deer Park que se compró en Texas y con la refinería de Dos Bocas o Refinería Olmeca, por fin México va a refinar su petróleo, producir sus gasolinas y diésel y ser autosuficiente.

De acuerdo con información de Pemex, al cierre de 2024, Dos Bocas (que arrancó su producción con 170 mil barriles diarios de petróleo a procesar en gasolinas), producirá gasolinas por el equivalente a 340 mil barriles diarios de petróleo; Deer Park refinará 242 mil, y las seis refinerías 1 millón 93 mil barriles diarios de petróleo. Con este volumen de refinación, Pemex abastecerá el 80 por ciento de gasolinas del mercado interno y para 2025, una vez que entren en operación las dos coquizadoras (de Tula y Salina Cruz), México será autosuficiente al 100 por ciento de su mercado interno, y con ello, se dejará de importar gasolinas.

Sin duda todo parece muy bien, pero al dejar de exportar petróleo, el Gobierno federal dejará de obtener ingresos, situación que pone en duda y en incertidumbre una baja en la bolsa repartible para garantizar las participaciones federales a Estados y Municipios. 

Alguien tendrá que hacerle ver esta situación en el Paquete Económico de 2025 al Secretario de Hacienda y Crédito Público y analizar esta situación que pondrá en riesgo la viabilidad de las finanzas públicas en los gobiernos locales.