En tanto los priistas se empiezan a preguntar qué es lo que les pasó por encima, incapaces de encontrar en los muy emblemáticos casos, merecedores de justas sospechas de corruptelas, las mejores razones para explicarlo, a altas horas de la noche del martes, los senadores de ese partido y del Verde votaron en contra de hacer públicas las 3 declaraciones de los funcionarios públicos, las patrimoniales, las fiscales y las de conflicto de interés, en lo que fue el remate al sinfín de conductas erráticas, políticas partidarias, costumbres y corruptelas, que los llevaron a la derrota en 9 de las 14 entidades que fueron convocadas a elegir gobernantes en distintos niveles.
Uno de esos aspectos es el de la aprobación del articulado de la ley electoral de Chihuahua, que le permitió a los partidos postular candidaturas comunes, en las que, tramposamente, podían pactar la transferencia de votos en los convenios firmados entre los partidos participantes.
Ese clausulado fue el mecanismo para eludir la reglamentación que prohibe, precisamente, tales convenios en la conformación de las coaliciones.
La mayoría priista y sus partidos satélites en el Congreso del Estado aprobó la iniciativa del Gobernador César Duarte. La concibieron como el mecanismo para impedirle -eso pensaban- acceder a más diputados al PAN, pues en sus pronósticos electorales, el PAN sería quien ocupara el segundo lugar de la votación y, entonces, aprobar ese mecanismo les permitiría que tales diputaciones fueran repartidas entre sus partidos, el Panal, el Verde y el PT.
Hoy la situación es al revés y el PRI puede quedarse, solamente, con un diputado plurinominal y, los otros partidos, con 2 cada uno, con excepción del PT, y esa es la sorpresa, porque, a pesar de la transferencia de votos que le hizo el PRI, queda por debajo de la votación alcanzada por Morena (7.5%), lo que le da derecho a éste a 2 diputados.
Como Movimiento Ciudadano alcanzó el 6% de la votación (recordemos que el 2o. diputado plurinominal se les otorga a los partidos que obtengan del 5% de la votación en adelante), entonces, muy probablemente impugnará el convenio del PRI y sus partidos, cosa que, puede ser, también hagan el Partido Encuentro Social y Morena.
Y ahí aparece la paradoja. Es probable que el PRI, ante esas impugnaciones, se presente como “tercero interesado”, pero no para defender el convenio de las candidaturas comunes ¡Sino para “allanarse”, es decir, para aceptar la inconstitucionalidad de tales convenios!
La razón es sencilla, si el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) lo declara de esa manera (Y “acomoda” los votos emitidos por la candidatura común, sin tener certeza alguna de qué manera), entonces el PRI podría aspirar a recibir ¡Hasta 4 diputados plurinominales! a cambio de que el Panal, el Verde, el PT no reciban diputado alguno.
La razón es muy simple, y esperanzadora, además de gratificante: Esos partidos no alcanzaron el 3% de la votación en los distritos en los que participaron solos, el voto de castigo los alcanzó, de tal manera que si hubiesen participado en una coalición, con las reglas establecidas, en estos momentos estaríamos festejando que no habrían alcanzado el mínimo necesario para mantener su registro electoral.
No es así y deberemos esperar los fallos del TEPJF sobre la legalidad de la ley electoral de Chihuahua.
La conclusión es obvia, el Congreso aprobó una regulación electoral afín a sus intereses sin que les importara la legalidad de las medidas aprobadas, hoy pagan las consecuencias, nunca pensaron, al parecer ni remotamente, en la posibilidad de perder la elección del 5 de junio.
En este asunto, y en el de la iniciativa para bursatilizar los remanentes del fideicomiso carretero y una parte de las participaciones federales, subyace la plena seguridad del grupo gobernante de su victoria, los saldos aparecen por todos lados.
Y los reclamos, también. El experto en “ingeniería” electoral, Leonel Reyes Castro (que, por otra parte, ha emprendido la tarea de proponerle a sus compañeros, los priistas, un debate sobre la debacle) le ha preguntado (en laopción.com, 15/VI/16) al dirigente estatal, Guillermo Dowell, cuál va a ser la postura del PRI respecto de este tema, luego de señalar que, quienes están al frente de ese partido “no son sus dirigentes” pues, dice, “todos sabemos quienes los pusieron ahí”.
¡Vóytelas!