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Para Morena, “Estrategias en medios de comunicación”

Para Morena, “Estrategias en medios de comunicación” 31 de mayo de 2019

Luis Javier Valero Flores

Chihuahua, Chih.

Muy buenos días.

Más de uno de los presentes estará de acuerdo en que establecer una adecuada estrategia para aplicarse en los medios de comunicación es de lo más difícil e incierto, visto desde los objetivos de un partido político, y más cuando este partido está en el gobierno.

Lo es porque difícilmente habrá una aprobación al 100% a lo realizado por quienes ocupan las responsabilidades gubernamentales, que pueden discrepar con las posturas del partido, las que deberán concretarse en el pantanoso terreno de los medios de comunicación.

Los militantes de Morena afrontan un nuevo reto, muy difícil de aprobar. Ahora confrontarán, a cada momento, el escrutinio de la sociedad; el respaldo al gobierno de la 4T es mayoritario, pero no tanto, ni está garantizado que se mantendrá a pesar de todo; por lo tanto, el esfuerzo por mantenerse en las preferencias ciudadanas deberá ser permanente y bajo una constante revisión, incluso con una más puntillosa vigilancia de conductas, trayectorias y comportamientos de funcionarios, candidatos y militantes.

Todos estarán sujetos a una extrema fiscalización, fruto de los nuevos tiempos, no sólo en materia de competencia electoral, sino de las tecnologías en materia de comunicación.

Solo deberá recordarse, por aquello del respaldo mayoritario que, si bien Andrés Manuel obtuvo 30 millones de votos, podríamos ubicar, arbitrariamente, que el voto duro de Morena está en alrededor de los 20, si tomamos en cuenta las votaciones de las dos elecciones anteriores, luego entonces el universo de ciudadanos que pueden modificar su opinión es grande, aunque el ejercicio del poder, si bien la opinión generalizada es de que “desgasta”, también es que puede aumentar la confianza ciudadana si hay una buena actuación gubernamental, acrecentada, además, por una adecuada política de comunicación.

Como ejemplo de lo anterior, está el ejercicio del presidente uruguayo, Pepe Mújica. Quizá la mayoría ni siquiera tenga un elemento para calificar su gestión, pero todos recuerdan el “vochito” del presidente.

Hay un factor en contra, muy importante: La generalizada falta de cultura democrática, de la cual, en buena medida, también gozan amplios sectores de Morena, que se evidencia, sobre todo, en la escasa capacidad para debatir y en la más negativa aún, la del casi inexistente hábito de leer.

En ese contexto, quizá debiéramos hacer una muy importante diferenciación, la que está originada por los nuevos tiempos y las nuevas tecnologías.

Las estrategias de comunicación actuales no sólo cuentan con los medios tradicionales –impresos y en línea–, sino también con los medios sociales que han abierto nuevas posibilidades para ampliar y facilitar la comunicación.

Los números de esta nueva realidad, es que más del 70% de la población se informa a través de las redes sociales y/o los portales, es decir, por internet, a través de los aparatos móviles (celulares, tablets, computadoras, lap top’s, etc.).

No sólo eso, la mayoría de las personas “ven”, máximo, 5 segundos alguna página o algún portal; si se detienen más tiempo, será para compartir lo que “vieron”, sin detenerse a “mirar” su contenido, mucho menos a analizarlo.

Esto es, que se cumple con lo que es una máxima de la enseñanza, que los usuarios, que para los efectos de esta plática son ciudadanos, tienen como herramienta, para informarse, de las imágenes, muy por encima de los textos. De ahí el éxito de los “memes”.

Y ese es el universo de los esfuerzos de Morena para transmitir su mensaje, la información y, consecuentemente, la formación política e ideológica que pretende imbuir en la sociedad.

Ahora bien, es cierto que las redes sociales constituyen la principal fuente de información para la mayoría de las personas, pero deberá tomarse en cuenta que los medios de comunicación “tradicionales” son la principal fuente de noticias de las redes sociales, que en ellas se reciclan, circulan, comparten, modifican, aumentan o deforman.

Por tanto, deberán enfocarse las baterías a “surtir” a esos medios de la suficiente información a fin de que, luego, se pueda retransmitir a través de las redes sociales.

De ahí que la aparición en los medios de comunicación, de los dirigentes partidarios, de los militantes más conocidos, de los especialistas en los temas a debate, deba ser el principal mecanismo para crear “la fuente de información” que nutra a los medios, pero con contenidos con sustancia, no simplemente la descalificación a los medios, o a los reporteros y/o conductores de proteger ú obedecer a los designios de la “mafia del poder”.

Para ejemplificar lo anterior tomemos el caso del gobernador Corral, quien realizó infinitos esfuerzos, a partir de su toma de posesión, para desacreditar a los medios de comunicación.

Fue una ofensiva feroz, salvaje, pues contaba en esos momentos con la simpatía de la población. A todos nos descalificó, nos tachó de duartistas, sin parar mientes que algunos hicimos esfuerzos para abrir espacios a la oposición, en momentos en los que hacerlo era casi ponerse al pie del cadalso conducido por los gobernantes que encabezaba César Duarte.

Bueno, pues se le acabó a Corral ¿Dónde se informaban, ahora, los chihuahuenses? Sí, mayoritariamente en las redes sociales, sólo que, si nos detenemos tantito en la fuente de la información de ellas, son los medios de comunicación tradicionales los que la proveen mayoritariamente.

Corral se equivocó en muchas cosas, pero una fue determinante, en desestimar el peso de los medios de comunicación “tradicionales”.

Claro que para que eso ocurriera tenía que haber sustento, esto es, que hubiese una mala gestión de gobierno, que la hay, pero acrecentada por la percepción ciudadana la que se manifiesta, hasta salvajemente en los mismísimos espacios del gobernador Corral, en su página de Facebook y Twitter.

Sobre este mismo personaje se puede apreciar otro fenómeno. En la etapa previa, durante el duartismo, el canal 28 de televisión se convirtió en un innegable espacio para la oposición, que se acrecentó cuando el senador Corral les consiguió el apoyo de la fundación Telmex. Durante ese lapso los ratings de la televisora se fueron a las nubes, pero a la llegada de Corral al gobierno fueron cayendo drásticamente, pues prácticamente se convirtió en el canal de televisión del gobernante.

Hoy sufre por la escasa audiencia, pero a contrapelo de las regulaciones, -de todo tipo, federales y estatales- recibe decenas de millones de pesos del presupuesto de Comunicación Social. Las redes sociales dejaron de tomarlo en cuenta como fuente de información y/o materia digna de compartirla.

Todo lo anterior debiera tomarse en cuenta, sobre todo ahora, que en Chihuahua el porcentaje de ciudadanos que acceden a los portales digitales y las redes sociales es de los más altos del país, las estadísticas establecen que el 41.8 por ciento de los hogares cuentan con equipo de cómputo e Internet, por lo que aún hay un rezago importante, pero, en 2017, de acuerdo con el Inegi, el 72.2% de la población de seis años o más utiliza el teléfono celular.

El crecimiento del número total de usuarios, en el país, que sólo disponen de un celular inteligente creció de 60.6 millones de personas a 64.7 millones de 2016 a 2017. También se incrementó de 89.0% en 2016 a 92.0 por ciento en 2017 el número de usuarios que se conectan a internet desde un celular inteligente.

Más. De los usuarios de celular inteligente, 36.4 millones instalaron aplicaciones en sus teléfonos: el 92.1% instaló mensajería instantánea, el 79.8% herramientas para acceso a redes sociales, el 69.7% instaló aplicaciones de contenidos de audio y video, mientras que 16.0% utilizaron su dispositivo para instalar alguna aplicación de acceso a la banca móvil.

Bien, ante esa nueva realidad, urge que Morena sea capaz de incursionar en lo que se denomina “periodismo de marca”, que no es cosa que la creación de espacios para compartir información, es decir, convertirse en una fuente de información, igual que cualquier otro medio de comunicación, algo que es sustancial para un partido político; que le permita, además de aprovechar las noticias generadas por la gestión gubernamental, generar contenido de valor e ideas virales para inspirar, educar, informar y convencer a sus audiencias, y mantener comunidades digitales de usuarios alrededor de ellas, fortaleciendo su liderazgo, su presencia o su mensaje en la población, así como desde esa plataforma “nutrir” de información a los medios de comunicación “tradicionales” y a las redes sociales de la ciudadanía.

Tiene razón Andrés Manuel cuando las calificó de “benditas redes sociales”. Sin duda, estamos ante una muy novedosa realidad en materia de comunicación, pero debemos desentrañarla para los propósitos de Morena y su gobierno o gobiernos, porque también se pueden convertir en las “malditas” redes.

La comunicación en tiempo de crisis es esencial. En Chihuahua, Morena enfrenta uno de esos momentos, ante el cual la respuesta ha sido mala, a destiempo, confusa, incompleta y mentirosa.

Ante ello, deberá contarse con las herramientas necesarias a fin de enfrentar el momento difícil. La más importante, siempre, será contar a la mano con toda la información, o la más posible, y comunicarla de la manera más diáfana, de un modo concreto y reconociendo -si los hay- los errores cometidos.

Porque es esencial no defender una postura sin argumentos y, cosa principal, sin información y, también, no salir a emitir una postura contraria a la crítica, sólo por defender la camiseta o causa de Morena, así, en abstracto, los dirigentes y militantes deberán ser ejemplares en el sostenimiento de los debates, por desgracia no sucede así, en la mayoría de los casos.

Ante la crítica suele caerse en el garlito de descalificarlos bajo el sambenito de “Fifís”, como lo hace el presidente -mal, desde mi punto de vista-, en lugar de exponer cifras, datos, citas, etc., que sustenten la postura, porque, y esa es la mala noticia, o buena, si quieren, es que Morena estará sujeta a una extrema fiscalización sobre todos sus actos, militantes, funcionarios gubernamentales y dirigentes.

Si no me creen, pregúntenle a la Síndica juarense, Leticia Ortega o al Delegado Juan Carlos Loera y al senador Cruz Pérez Cuéllar. En el primer caso por “chatear” en público, en un acto público, en la discusión de otro acto público y siendo ella la principal funcionaria pública de Morena en el cabildo.

Y en el segundo, por que, siendo cierta o no la versión de que ambos buscan la candidatura del 2021, finalmente es lo que ha prevalecido en la percepción ciudadana, generada por los portales y/o ambos dirigentes

Ahí aparece otro de los aspectos a cubrir, el de entrenar y formar a los dirigentes y militantes para que se desempeñen eficazmente ante los medios, y ya no solamente pensando en los micrófonos y cámaras televisivas, sino también en las redes sociales y, además, porque eventualmente, a cualquiera le puede “tocar” el acceso a un puesto de elección popular, o uno de designación.

Para eso, Morena está obligado, como partido, a no defraudar a la sociedad con la incorporación de personas no calificadas para los puestos en disputa o de acceso a las posiciones de gobierno y, además, a no incurrir en violaciones a la ley, o al espíritu de las regulaciones.

Con eso termino.

Con el caso de los señalamientos de prácticas nepóticas en contra de varios funcionarios emergidos de Morena. Es muy probable que no se acredite la existencia, de manera legal. El hecho es que, por mínima sensibilidad social, política, ética, no debieron incorporarse a la nómina de Bienestar Social a quienes guardaran un lazo familiar con alguno de los funcionarios de mayor jerarquía de la dependencia.

Y tampoco que existan lazos generados por la estrecha amistad.

Aún no está penado el compadrazgo, pero eso fue lo que criticamos acremente durante décadas. Porque, miren, el en ese momento, Jefe del gabinete de Javier Corral, Gustavo Madero, ante la crítica porque su esposa intempestivamente apareció en la nómina del DIF, se defendió diciendo que él no la había nombrado, que no tenía facultades para hacerlo. Ante ello, Corral adujo que él sí tenía facultades para hacerlo, y lo hizo.

Lo mismo sucedió con la hermana del Secretario de Hacienda, la del ex Secretario de Gobierno, con las esposas de varios funcionarios menores. Fue un verdadero asalto al poder el realizado por las huestes del PAN.

Morena está obligado a no generar esa percepción.

Dejo estas ideas a su consideración.

Muchas gracias por concederme este espacio.

Luis Javier Valero Flores

Director General de Aserto. Columnista de El Diario