Chihuahua, Chih.
En las últimas semanas después del primer debate presidencial, abruptamente se subió al escenario político electoral, un grupo de empresarios y financieros que conforman el Consejo Mexicano de Negocios, el cual reta abiertamente la democracia.
Desilusionados y preocupados por el deplorable inicio de campaña y desempeño de José Antonio Meade en el pasado primer debate presidencial, que esta élite consideraba la mejor opción para conservar la continuidad del modelo neoliberal vigente, gracias al cual lograron colocarse entre los potentados más ricos del mundo.
Convencidos de que no era un candidato competitivo, acordaron en reunión secreta, dar su apoyo a Ricardo Anaya, candidato de la Coalición con México al Frente, previa consulta y acuerdo con el presidente Enrique Peña Nieto, para que el candidato de la coalición México Primero declinara, según reveló su vocero, el ex panista, Javier Lozano y ya había anticipado Jorge Castañeda estratega de la campaña de Anaya, con su apuesta al voto útil.
Andrés Manuel López Obrador dio a conocer a sus seguidores y medios de comunicación, el Plan B que los oligarcas estaban fraguando y denunció que ese “grupo rapaz”, fue artífice de la “guerra sucia” realizada en su contra en los comicios de 2006 y financió la campaña de que López Obrado “ era un peligro para México”, que el propio Tribunal electoral de la Federación estimó ilegal, pero adujo no estaba en condiciones de determinar si influyó en los resultados de la votación, con lo cual Felipe Calderón ganó la presidencia con una diferencia de solo por 0.5%.
El Consejo Mexicano de Negocios integrado por no más de una decena de oligarcas publicó en periodos nacionales, un desplegado en el que condenó las declaraciones del candidato de Morena. Sin embargo, en ninguna parte de su escrito refuta el haber presionado a Meade para que declinara a favor de Anaya.
Optaron por tender una cortina de humo. En vez de demostrar que no eran un “puñado de sátrapas” como los calificó AMLO, que hicieron su fortuna en función de canonjías, cancelación de créditos fiscales y otros privilegios otorgados por Salinas, Zedillo, Fox, Calderón y Peña Nieto, buscaron el respaldo de los verdaderos empresarios integrantes del Consejo Coordinador Empresarial y publicaron otro desplegado en el que señalan:
“No somos un puñado, somos cientos de miles de mujeres y hombres empleadores en todos los rincones del país, que nos levantamos temprano, arriesgamos nuestro dinero, pagamos impuestos, generamos empleos y junto con millones de colaboradores, ayudamos a sacar este país adelante”
“Creemos en un México abierto al Mundo, competitivo próspero e incluyente. Creemos en la libertad como el cimiento fundamental de una sociedad democrática. En la libertad de expresión, de asociación, en la libertad para emprender, para competir y, sobre todo, en la libertad para disentir y para pensar diferente”.
Con ello buscaron mostrar músculo no solo a su adversario sino en general a toda la sociedad. El problema es que nada de lo que dicen es cierto y por tanto nadie les cree. De los 350 mil menciones en redes sociales de usuarios que dieron seguimiento al tema en comento, 66.5 % fueron positivas para el candidato de Morena y el restante 33.5 % negativo para este clan.
Comparto cifras oficiales que ponen de relieve que su proclama no se corresponde con la realidad de México.
En primer lugar, no dicen que el 57 por ciento de los trabajadores forman parte de la informalidad laboral.
Que de los cientos de miles de empleadores a los que hacen referencia en el desplegado, el 95.4% de ellos son micros y medianos empresarios con menos de 10 empleados, las cuales aportan apenas el 9.4% de la producción bruta.
Que las grandes empresas emplean el 29 % del personal ocupado y generan el 58.7 % de las remuneraciones.
En tanto las “micro-empresas” dan trabajo al 40 por ciento de los trabajadores de la economía formal, pero sólo el 10 % de las remuneraciones.
“El México abierto al mundo, competitivo, prospero e incluyente” que evocan es un espejismo. A pesar de la apertura y liberalización económica y sus reformas estructurales, nuestro país tiene una tasa de crecimiento anual del PIB de 2.5 por ciento, inferior al 7 % anual del “Milagro mexicano” y del 6 % anual del “Desarrollo Estabilizador”, de antes de los 80.
Eso explica en buena parte el por qué mas de 53 millones de los 125 millones de la población en México, esta en situación de pobreza y extrema pobreza y no mas de una centenar de oligarcas forma parte de la lista de Forbes..
La oligarquía es contraria no solo a la a la democracia, sino también a la libre competencia. Por eso, prefieren hacer negocios con el gobierno y operar con recursos del erario público. Estos diez plutócratas adeudan al fisco más de 270 mil millones de pesos, no obstante que concentran el 75 por ciento de la riqueza nacional.