Chihuahua, Chih.
“Todo cambio en México será cosmético, superficial, mientras no tengamos una nueva Constitución Política y se ponga en práctica”
J.F.M.
En Ciudad Juárez, el 7 de Agosto, iniciaron los foros de consulta del nuevo proyecto de nación, con el tema de pacificación y reconciliación nacional, con énfasis en las víctimas, desparecidos, asesinados, desplazados por la violencia.
De acuerdo a definiciones clásicas, la paz, no es solo la ausencia de guerra, sino la tranquilidad en el orden, la armonía entre diversas personas o grupos sociales. Si el objetivo es la paz, es un reconocimiento que de alguna manera estamos en guerra, la reconciliación, supone, un conflicto previo. La intervención de Andrés Manuel fue interrumpida a gritos por familiares de víctimas que exigían resultados, no promesas, Andrés Manuel les recordó que él tomará posesión a partir del 1º de Diciembre, que todavía no es presidente en funciones, y que él no les fallaría, que se hará lo que se tenga que hacer para lograr el objetivo de la justicia, sin importar que las acciones que se emprendan por su gobierno, le gusten o no a potencias extranjeras.
Por Andrés Manuel votamos 30 millones, 60 millones no votaron por él, 25 millones porque votaron por otros partidos, y 35 millones porque no votaron.
¿Cómo construir un proyecto de nación diferente y mejor al actual, que involucre a la mayoría de ciudadanos mexicanos?
Hay muchas cosas que se tienen que hacer, si el problema es complejo, la respuesta no puede ser simple, por algo hay que empezar, si queremos construir un nuevo modelo de nación, tendremos que diseñar y poner en práctica, nuevas formas de hacer política, no solamente en el gobierno, sino en las campañas.
¿Cuál es la alquimia política que transforma a los miembros de la mafia en el poder, rateros y corruptos, en decentes, honestos y responsables?
¿Cuál es la alquimia política que transforma a populistas, demagogos, en jefes de estado?
La respuesta más obvia sería que los resultados electorales son contundentes, pero esta respuesta no contesta el fondo de nuestra pregunta: ¿Cuál es la alquimia política que transforma a personas presuntamente perversas, a personas con múltiples virtudes?
Naturalmente que las personas no se – transformaron – por arte de magia de las elecciones, las personas, los políticos son los mismos, lo que ha cambiado es la forma en que unos se refieren a otros, Andrés Manuel decía antes de las elecciones, que el Gobernador del Estado Javier Corral, únicamente se diferenciaba del ex Gobernador César Duarte, en que uno era ratero y el otro era ladrón, el Gobernador se refería a Andrés Manuel como un populista demagogo, yo veo como muy positivo el acercamiento entre el Presidente Electo Andrés Manuel y el Gobernador del Estado, ambos personajes poseen, a mi juicio, más cualidades que defectos, ni es cierto que Andrés Manuel es un populista demagogo, ni es cierto que Javier Corral es un Gobernador ladrón como lo fue Cesar Duarte.
Las bases de los partidos políticos y muchos de sus no militantes, tienden a hacer propias, y reproducir las concepciones y prácticas políticas, de los dirigentes partidistas o personalidades políticas.
En un nuevo modelo de nación, como al que aspiramos muchos que votamos por Andrés Manuel, yo esperaría una nueva forma de hacer política, que dé prioridad a las propuestas, para resolver los problemas estructurales, el enfatizar virtudes y/o defectos personales en lugar de orientar confunde, sobre todo si pasando las campañas políticas, por efecto de la –alquimia política– los que antes eran malos ahora son buenos, o no es cierto que eran malos, o no es cierto que son buenos, si queremos ver todo en blanco y negro
En estas ocasiones me gusta recordar a Don José Fuentes Mares, que decía: entre el blanco y el negro hay una gama infinita de grises.
En la Revolución Mexicana, el problema principal no era Porfirio Díaz, él salió exiliado a Francia, el problema siguió hasta la fecha, con diversas modalidades, en el fondo es el mismo en la actualidad, el problema principal no es Peña Nieto, es el modelo de nación neoliberal de capitalismo salvaje.
Ya tenemos un nuevo Presidente, con una nueva visión de país, ahora la tarea es cambiar de modelo.
Acordemos entre todos una nueva Constitución Política. Las personas pasan, las instituciones se quedan.