Noche de derrotas

Noche de derrotas 16 de mayo de 2016

Luis Javier Valero Flores

Mega Radio 860, Juárez

Días atrás, en vísperas de la celebración de los debates entre los candidatos a las alcaldías de Juárez y Chihuahua, establecimos que el formato utilizado en el pasado y que al parecer sería, básicamente, el mismo de ahora y no servía a los ciudadanos para apreciar de mejor manera las distintas cualidades de los candidatos.

De este modo, la única posibilidad de que hubiese un debate sobre un asunto, es cuando alguno de los candidatos, casi siempre sin venir a cuento, lanza una crítica, una descalificación o una denuncia pública, en contra de otro de los candidatos y, entonces, en el mejor de los casos, los debates se convierten en una feria de puyas en el que el triunfador es el que elabora las mejores de la noche.

En el debate realizado el jueves anterior, las autoridades electorales le agregaron un factor extra de incertidumbre pues resolvieron que en algunas de las rondas los candidatos eligieran asiático el orden en el que hablarían, lo que abrió la posibilidad de que alguno se reservara para hablar después del que considerara de mayor riesgo.

Así, la posibilidad de que asistiéramos a un evento en el que cada candidato estuviese obligado a expresar su opinión sobre el mismo tema, y que los otros le rebatieran su punto de vista, o su propuesta, no está al alcance de los chihuahuenses, por ahora.

Ni los partidos y sus candidatos, ni los órganos electorales, estuvieron dispuestos a ir más allá de una fecha tan remota como la de principios del siglo XXI y se repiten los esquemas de aquella época.

Aún peor, ahora, a pesar de las nuevas regulaciones, -¿O precisamente por eso?- y de los alcances infinitamente mayores de los nuevos medios de comunicación, los organismos electorales han perdido las atribuciones legales para exigir de los propietarios de la radio y la televisión la total disposición, a fin de lograr en cada uno de los debates la máxima cobertura posible.

Todo eso deberá cambiar.

A pesar de ello, el debate entre los candidatos a la alcaldía de Juárez si fue el evento que permitió develar varias cosas.

Los dos perdedores, sin duda, fueron los candidatos del PRI-Coalición, Héctor “Teto” Murguía, y del PAN, Victoria Caraveo. El primero porque fue severamente cuestionado a grado tal que le hizo perder la ecuanimidad y equivocar, tanto los términos de las respuestas, como caer en varios errores de dicción, que sirvieron para que el candidato independiente, Armando Cabada, hiciera mofa de ello.

A pesar del tono duro, exagerado en ocasiones, los ganadores de la noche fueron, el ya mencionado Cabada y el candidato de Morena, Juan Carlos Loera de la Rosa.

Pero el rasgo común de los aspirantes fue la falta de preparación, al igual como había sucedido en Chihuahua, el salón de debates se convirtió en la sala de lectura de los candidatos. Sólo en la parte final, al darse cuenta de que estaban equivocando la estrategia, Teto Murguía decidió abandonar el debate para dirigirse, en cada ocasión, directamente a la cámara y dirigirse a los televidentes, en los mismos tonos y términos de cuando lo hace en los actos públicos, discurso que asimilan bien los sectores más pobres de la población, pero que constituyen el sector que menos ve o escucha los debates.

De ahí que el ataque despiadado de Cabada a Murguía sí tuviera efecto en una parte importante de la audiencia, no sólo por la imagen construida por el primero, sino porque las críticas realzadas tenían un indudable sustento, a tal grado que obligaron a Murguía a anunciar que él no hablaría del Plan de Movilidad Urbana.

Increíble, el acto gubernamental de los últimos años que más han resentido los juarenses y del cual Murguía fue el elaborador, éste desestimó como tema de discusión del debate ¿Por qué?

Sólo dejó lugar a una explicación: Porque las críticas tienen razón.

Y ahí centraron sus ofensivas Cabada y Loera de la Rosa, ambos sostuvieron que Teto no debería ser candidato, "pues ni en su partido lo quieren", le dijo Cabada, en tanto que Loera lo acusó de ser el responsable directo del crecimiento de la mancha urbana, en 10 veces, por solamente 5 veces la población en los últimos 10 años.

En tanto, la candidata del PAN, Victoria Caraveo, se convirtió en la otra gran derrotada de la noche.

Seguramente no alcanzó los niveles de audiencia que esperamos todos los optimistas, pero con toda seguridad sí lograron, primero, que los ciudadanos más interesados tuvieran oportunidad de apreciar de mejor manera a los candidatos, más allá de las cansinas entrevistas radiofónicas que han ofrecido y del martilleo constante, salvaje, de los spots de radio y televisión.

Hay una más, no apreciada antes, seguramente porque en la mayor parte de los casos, las contiendas, a estas alturas de las campañas electorales (a 21 días de las elecciones) ya se percibía que uno de los candidatos era el que llevaba la delantera, significativa en muchos casos, pero que ahora, ante la incertidumbre de los resultados en las dos principales urbes chihuahuenses y en la candidatura al gobierno del estado, se volvieron más importantes.

Pero a esa percepción debería sumársele otro aspecto, el de que, con toda seguridad, la gran derrotada de la noche fue la candidata del PAN, Victoria Caraveo, y, por supuesto, su partido. En la noche del jueves los panistas de la frontera “más bonita” pudieron perder 2-3 puntos porcentuales de las preferencias electorales. La incógnita radica en saber cuántos de esos electores migraron -o encauzarán- su preferencia por el independiente Cabada.

Luis Javier Valero Flores

Director General de Aserto. Columnista de El Diario