Chihuahua, Chih.
“No pasa nada, no pasó nada afortunadamente”, respondió el presidente López Obrador a los cuestionamientos sobre el retén instalado cerca de Bacacoragua, donde se encuentra la desviación hacia Huichiopan, cercano a La Tuna, lugar de residencia de la madre del Chapo Guzmán.
Todo ello cercano al poblado de Badiguarato, lugar en el que encabezaría una serie de actos.
El retén había impedido un día antes el libre acceso a la zona a los periodistas que se trasladaban para estar presentes en la conferencia presidencial.
La respuesta del presidente ha impactado a quienes se han enterado del suceso y le ha agregado aún más zozobra a la ya existente en esa región, tradicionalmente controlada por el Cártel de Sinaloa, vecina al señero municipio de donde son originarios algunos de los más renombrados jefes del narcotráfico en el país a lo largo de más de tres décadas (y algunos sostienen que mucho más).
¿Cómo es posible que el presidente de México, ante el hecho incontrovertible de que el crimen organizado controla una zona del país, él lo asuma como parte de la normalidad?
No pasa nada, dice el presidente, y a continuación se traslada en sus interminables alegatos en contra del expresidente Felipe Calderón y Genaro García Luna.
¿Acaso no era la oportunidad para aprovechar y hacer un deslinde de ese pasado que tanto critica y al que tanto dice combatir?
“No pasó nada… afortunadamente”, afirmó, con un aire de alivio.
Pero si el presidente nada dijo, tampoco los mandatarios estatales involucrados -Maru Campos de Chihuahua y Rubén Rocha, de Sinaloa- porque son los responsables de la seguridad pública de esa zona a la que acudieron y participaron en las actividades a las que está entregado bucólicamente el presidente, es decir, en la siembra de árboles por los jóvenes y la construcción de una carretera que le servirá a los jefes del crimen organizado, auténticos dueños de la zona.
El presidente propuso cambiarle el nombre, al momento que sus facciones adquirían un rictus de disgusto porque se le conoce como el “Triángulo dorado”, pero que no le apareció ante la mención del retén.
Pero el enojo le regresó cuando se acordó de la dupla Calderón-García Luna.
¿Será capaz, el presidente, de indignarse ante la humillante acción (con toda seguridad ordenada por los jefes del Cártel de Sinaloa) que le enviaron el nada discreto mensaje de que podrá ser el presidente de México, pero que en Badiguarato él no manda?
Bueno, tampoco en Culiacán. Y que así el gobierno norteamericano ordene le envíe a Ovidio Guzmán -extraditable-, que no pasará nada, que los “patrones” tienen a su favor la comedida actitud presidencial para con ellos.
¿Evidencias de ello?
¿Serán suficientes las palabras presidenciales de que en “15 días” informará del “culiacanazo” -de cuando las tropas del Cártel de Sinaloa tomaron Culiacán para evitar la extradición de Ovidio-, de un hecho ocurrido dos años y medio atrás y Ovidio sigue libre y sin preocupaciones?
¿No preocuparnos? ¿Y las decenas de mamás sinaloenses que se le manifestaron en busca de sus hijos, o desaparecidos, o asesinados? ¿Así trata un tema por demás preocupante, en la entidad en la que aún está pendiente el esclarecimiento de los periodistas Javier Valdez y Luis Enrique Ramírez?
¿Para qué nos preocupamos por un retén cualquiera, montado por un grupo de delincuentes armados hasta los dientes, despreocupados por la posibilidad de que alguna fuerza gubernamental estorbe sus acciones?
¿Podrá imaginarse siquiera, el presidente, lo que significa vivir en una región en la que las fuerzas del Estado son inexistentes, o inútiles, o ambas cosas?
¡Ah, pero ésas son cosas de los “conservadores”, que “si ustedes les creen pueden tener problemas; me refiero a que les produzcan confusión”!
Eso dijo el mandatario.
Ante ello ¿Tendremos esperanza de que en esas zonas, y otras ubicadas en Chihuahua reine la auténtica normalidad y no la ordenada por las bandas del crimen organizado, aceptada y tolerada por el presidente López Obrador?
¿Acaso sabrá que sin enfrentar al crimen organizado no habrá ni cuarta, ni tercera, ni ninguna transformación?
Es que ¡No pasa nada!
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Fuente de citas hemerográficas recientes: Información Procesada (INPRO)