Chihuahua., Chih
Es necesario ir más allá de las poses coyunturales que feminizan simbólicamente al poder. En los mecanismos de feminización del poder hay trampas que no se perciben a simple vista. La simbolización del poder suele separarse demasiado de sus condicionamientos terrenales.
El poder suele ser sacralizado, suele ser coronado de laureles e investido de rituales que lo inflaman. Cuando el poder se torna simbólico, cuando el poder es concebido a través de símbolos que se inflaman y que se colocan más allá de lo terrenal, hay que cuestionarlo a profundidad.
El poder en Chihuahua comienza a ser simbolizado a partir de la presencia de tres mujeres en las altas esferas de la política.
A Campos le fue entregado el báculo del poder ejecutivo en una guerra de tronos que no concluye todavía. Bujanda fue ungida como pastora de los rebaños del Congreso Local. Y Hernández, vestida con los ropajes del duartismo, sostiene la balanza de la justicia mientras alguien le coloca una venda sobre sus ojos.
La prensa local se deshace en halagos, diciendo que es la primera vez en la historia de Chihuahua en la que tres mujeres ocupan las más altas esferas del poder. En las publicaciones recientes de la prensa hay una sublimación del poder, que se encarna en tres mujeres.
Este mecanismo de simbolización del poder resulta cuestionable.
¿Lo simbólico del poder en Chihuahua depositado en tres mujeres, se corresponde con lo terrenal de un poder realmente feminizado? ¿Hay una feminización real del poder en Chihuahua, o más bien lo que tiene lugar es un acto simbólico, una pose de falsa feminización del poder que se despliega sobre las pasarelas de la prensa local?
No es lo mismo hacer que el poder se encarne en tres mujeres, depositándose de manera simbólica en un triunvirato que comienza a ser sublimado por la prensa; que transformar al poder depositándolo en la colectividad de miles de mujeres chihuahuenses que reclaman el respeto irrestricto de sus derechos y una democratización feminizante que abarque todos y cada uno de los espacios de la vida diaria…