Tras la marcha conmemorativa del Día Internacional de la Mujer el pasado domingo 8 de marzo, miles de mujeres mexicanas comenzaron a utilizar un filtro púrpura en redes sociales con la siguiente descripción: "Born to be wild not murdered" (Nacida para ser salvaje no asesinada).
Un mensaje muy especial que considero captura la esencia del movimiento, las mujeres del país y me gustaría agregar de todo el planeta nacieron para ser salvajes y no para ser asesinadas, ellas nacieron para recorrer libremente con su par de pies cualquier parte que deseen explorar y para soñar sin necesidad de amarrar sus anclas.
En nuestro país lamentablemente fallecen 10 mujeres al día, sin contar crímenes de transfobia que desde mi punto de vista son mujeres “rezagadas” aunque se trate de personas con caracteres sexuales distintos.
Las mujeres fallecidas son mucho más que meras estadísticas o un montón de números anotados en una pizarra esperando a que alguien los desempolve para consultarlos, aquellos números fueron mujeres con sueños y metas que no pudieron ser realizadas a causa de un odio violento y criminal en contra de ellas.
La violencia de género es una realidad que aumenta exponencialmente cruzando mares y fronteras convirtiéndose en una verdadera epidemia global.
Afortunadamente, como todo mal, existe una cura para curar o para contrarrestarlo.
Una cura para solventar la problemática consistiría en fomentar una mayor educación en cuestión de perspectiva de género en cualquier ámbito, incluyendo el familiar, escolar, social, religioso, etc.
Un México mayor informado y preparado para combatir la violencia de género es un México más fuerte y seguro.
Es una tarea que nos corresponde a todos sin importar nuestra edad, sexualidad o género.
Ninguna mujer (y persona) nació para ser asesinada, no dejemos qué nuestra indiferencia contribuya a crecer las estadísticas.