Chihuahua, Chih.
Hay veces en las que el nombramiento de candidatos en un partido de izquierda se convierte en una antítesis de las luchas históricas que fueron mantenidas durante largas décadas.
Hay veces en que los votos sumados y multiplicados de la izquierda son una forma de restar el peso ideológico y político de esta fuerza, que se extravía en los laberintos del pragmatismo.
Hay veces en que las derrotas de la izquierda pueden ir mucho más allá de lo electoral, y se pueden convertir en la derrota de un programa de gobierno que se vuelve cada vez más borroso.
Con las candidaturas del expanista, Cruz Pérez Cuéllar, a la presidencia municipal de Ciudad Juárez, y del expriista, Marco Adán Quezada, a la presidencia municipal de Chihuahua, la apuesta electoral de Morena quedará convertida en uno de los acontecimientos más ominosos y más claroscuros de esta fuerza política.
En el estado de Chihuahua, Morena puede perder ganando. Con la candidatura de un converso del panismo a la presidencia municipal en Ciudad Juárez y de un converso del priismo a la presidencia municipal en Chihuahua, la derrota de la izquierda es un hecho histórico irrefutable.
¿Cómo se puede entender, el hecho de que la historia electoral de Morena sea protagonizada por personajes provenientes del PAN y del PRI en Chihuahua?
Cuando la lógica política toma la forma de la contradicción y del absurdo, todo puede ser posible, todo se vale. El principio del “laissez-faire” (“todo se vale”, “dejar hacer, dejar pasar”), por el cual ha optado Morena en la definición de sus candidaturas, es el triunfo ideológico más rotundo del neoliberalismo en las elecciones del 2021.
En los hechos, las decisiones estratégicas de Morena hacia las elecciones del 2021 son una derechización de este partido.
Morena, un partido presuntamente de izquierda, está siendo convertido en un vehículo electoral de las fuerzas y los intereses ideológicos y políticos, que se enraízan históricamente en la derecha.
En las elecciones del 2021, la maquinaria de la derechización de Morena toma una dimensión inédita.
Nunca antes, la izquierda partidista había quedado atrapada en un remolino de contradicciones y paradojas tan profundo. Nunca antes, la izquierda partidista había transitado un terreno histórico tan pantanoso.
Esta izquierda tiene atrapada medio cuerpo en un momento electoral que le resulta ideológica y políticamente castrante. Las decisiones estratégicas de Morena en las elecciones del 2021, pueden conducir a la castración ideológica y política de la izquierda partidista. Y queda claro que después de una castración ideológica y política, lo que se asoma es la posibilidad de una esterilidad histórica, de una ausencia transformacional y de un vaciamiento utópico.
En Morena, los nombramientos de candidatos en las elecciones del 2021 pueden convertir a la izquierda en una fuerza electoralmente roductiva, pero ideológica y políticamente castrante y estéril.