La detención de Omar Díaz Arias, acusado de ser uno de los asesinos de Shaib Francisco Montes Durán y su pareja Fabiola Uranga Corral, asesinados a golpes y a puñaladas en agosto del 2011, justamente cuando en el ámbito nacional se daba a conocer la existencia de un cuarto video, publicado por el periódico El Universal, en el que la diputada veracruzana de Morena, Eva Cadena, señala a la coordinadora de los diputados federales de este partido, Rocío Nahle, de ser la supuesta recaudadora del financiamiento de López Obrador, vino a poner en el tapete de la discusión los filtros de los partidos en la selección de candidatos y dirigentes partidistas.
Se da, además, en el ríspido escenario de la contienda electoral más importante del presente año, la del EdoMex, en la que, ante la renuncia del candidato del PT, Oscar González Yáñez, y su adhesión a la candidatura de Delfina Gómez, de Morena, la ha colocado, en las encuestas, en un empate técnico, lo que hace suponer que en realidad va adelante, a una semana de la elección, pues todas las encuestas muestran un muy elevado porcentaje que ha decidido no declarar sus simpatías a los encuestadores.
En ese entorno, la muy rápida y masiva difusión de la acalorada discusión -porque difícilmente a esas alturas de la entrevista se le podría catalogar como tal- entre el periodista José Cárdenas y Andrés Manuel López Obrador, muestra el grado de tensión generado por la irrupción en los primeros planos de las simpatías por el partido del tabasqueño.
Sin comprobar sus dichos, Cárdenas le preguntó como quedaría su plumaje -porque AMLO repitió su frase que su plumaje era el de los que no se manchaba al pasar por eww pantano- luego de su “alianza con Elba Esther Gordillo”, es decir, daba por cierto, el periodista, algo que corrió como un rumor, pregunta ante la cual el morenista respondió que deberían dejar de calumniarlo y ahí ardió Troya.
Los parciales de uno y otro bando argumentaran que cada uno de los protagonistas de este affaire mediático es el culpable, ambos, por el grado de responsabilidad que tienen debieron actuar de acuerdo con ella.
El periodista debe preguntar, no hacer juicios de valor dando por sentada una información no corroborada y el dirigente político que aspira a dirigir la administración pública federal debe mostramos la mesura con la que actuaría al frente de ella.
En ese escenario, que todo lo influye, es que Omar Díaz, luego de ser dirigente juvenil del PRI en la primera década del presente siglo, en el fin del año pasado fue aceptado como miembro de Morena, en un acto con el dirigente nacional, al término de una arenga lanzada por el ex dirigente juvenil priista.
Meses después, ya en la actual legislatura, accedería al grupo de asesores del grupo parlamentario de Morena.
Pero en los antecedentes de Díaz Arias se anotó una detención, en 2013, por encontrársele armas, cocaína y una granada de fragmentación. Salió libre mediante el pago de una fianza de 50 mil pesos.
Años después, en la campaña electoral del 2016, en el primer trimestre, se integró al equipo de la candidata priista a la presidencia municipal de Chihuahua, Lucy Chavira.
No pasaron muchos meses para que, ante la derrota del PRI, optara por cambiar de partido. De inmediato fue aceptado en Morena. Rápidamente ascendió hasta convertirse en asesor parlamentario.
Carrera semejante corrió la hoy controvertida legisladora veracruzana, Eva Cadena. Luego de ser regidora del PAN en Las Choapas, se convirtió en abanderada de Morena. Alcanzó la diputación, no tanto por las simpatías despertadas por su participación, sino por el tsunami electoral en que se convirtió Morena en las pasadas elecciones estatales de Veracruz, que le llevó a alcanzar casi el 35% de la votación.
Hoy es protagonista del peor de los montajes en contra de Morena, promovido por el mandatario panista, Miguel Ángel Yunes, en un aterrador adelanto de lo que será la elección presidencial, en el que acciones como las ahora vividas serán la constante. La guerra sucia será lo central.
Frente a tal perspectiva, los partidos en general deberán mejorar sus mecanismos de selección de candidatos, dirigentes y asesores. Morena está más obligada que el resto de las agrupaciones partidarias en afinar tales procedimientos.
¿Por qué?
Porque su principal consigna y mensaje emblemático ha sido el de combatir sin descanso la corrupción, de ahí la consigna del pasado de AMLO -honestidad valiente- y porque ha señalado insistentemente que las dirigencias del resto de los partidos han solapado a "la mafia del poder".
Al comportarse de tal manera, obviamente, y no sólo por eso, encontrará una gran cantidad de obstáculos y es posible que episodios como los ahora descritos puedan aumentar, luego entonces no puede dejar al vuelo los mecanismos que le permitan contar con una cierta certidumbre de la solidez ideológica y política de sus candidatos y dirigentes y deberá dejar de lado las actitudes populistas como la que le permitió a Omar Díaz, sin un análisis previo, acceder a las posiciones de decisión del principal partido de izquierda en el país.
El episodio le viene bien a Morena de Chihuahua, es posible que recoja una muy buena cantidad de votos el próximo año y su reto será, además de las tareas propias del proceso electoral, designar a candidatos para una inmensa cantidad de posiciones de poder, más allá de las que tradicionalmente los partidos de izquierda ha designado en Chihuahua, con la diferencia que algunos -o muchos- de ellos estará en condiciones de ganar sus elecciones.
Por otra parte, el ex dirigente juvenil deberá enfrentar el proceso penal. Obviamente nos encontramos sin elementos para pronunciarnos acerca de su detención, las autoridades judiciales están obligadas, como en todos los casos, a demostrar, sin margen de duda, su culpabilidad, y Omar Díaz deberá contar con todos sus derechos a fin de defenderse legalmente de las acusaciones en su contra.
Pero el episodio muestra, a plenitud, que, sí todas las personas tienen derecho a la rehabilitación y a ser aceptados, luego de purgar sus penas, a causa de haber agraviado a la sociedad, los partidos tienen el derecho, y la obligación, de depurar los procesos de designación de los candidatos y dirigentes que le presenten a la sociedad.
Por una razón, porque se convierten en gobernantes.
Nomás!!!!
[email protected]; Blog: luisjaviervalero.blogspot.com; Twitter: /LJValeroF